Raúl Emilio Acosta
Raúl Emilio Acosta
Dos hechos aparecen como emergentes camino al 2020. Fin de siglo y fin de ciclo. Todo final, se sabe, es un comienzo.
Dejar inscriptas algunas precisiones es necesario. En estas elecciones de 2019 se termina definitivamente un siglo; también un ciclo.
No se jerarquiza porque parece una obviedad. Votan los nacidos en el 2000. Los nacidos bajo el signo de De la Rúa y del “Chau Menem” ya son hombres y mujeres. Votan. Participan del Siglo XXI. Es de ellos. El otro terminó. Somos una especie en extinción.
No se dice por vergüenza, conveniencia o tontería. Todos usan las herramientas tecnológicas, Big Data, Small Data, Micro Data. Para explicarlo en pura bestia (obvio que eso soy y no estoy solo en mi bestialidad) el asunto va de este modo. El candidato Juan Pirulo va a una escuela. Habrá 100 personas. Eso ya no interesa. Es escenografía. Necesaria pero eso: escenografía. Disparador. Excusa. Fotos, filmaciones, grabaciones, editados.
Paralelamente, un Geo Localizador, un “Ubicador” de Posición Global especializado (GPS, Global Position System) ubica aparatos, numera cercanías, posibilidades de encendido, indica quiénes están, cuándo lo reciben, cuándo lo reenvían. Quiénes son convencidos, quiénes a medio convencer, quiénes remisos. A quiénes reenviar. El “telefonito” es mucho más que eso. Tecnología al desnudo y en uso intensivo.
Orwell era un inocente. El 60% de las decisiones aparecen por ese bombardeo inatajable. Sucedió en 2015, se confirmó en 2017 y es el eje de las campañas en 2019. Redes sociales es el centro / centro del futuro de los candidatos.
Doy la frase. “No sirven para ganar, pero quien no las usa pierde”. Ya es así.
Los tres candidatos provinciales lo usan. Mauricio lo usa y el vocero de CFK lo usará.
DEFINICIONES
Ciclos. “Serie de actos de carácter cultural relacionados entre sí, generalmente por el tema, y celebrados en un tiempo determinado”. Hasta aquí Wikipedia.
Siglo. “Período de cien años comprendido entre el 1º de enero del año uno hasta el 31 de diciembre del año cien de cada centuria. Período que transcurre desde una fecha hasta la misma fecha del siglo siguiente”. En Wikipedia todo se explica.
El Siglo XX ha terminado definitivamente. Si se contabiliza a los que tienen Guerra de Malvinas como un hecho contemporáneo se advertirá que los antiguos ya somos minoría. Para la mayoría de la población Malvinas es historia, “es una narración de algo anterior, no contemporáneo”.
Prueba contundente: en la ciudad de Rosario el debate de los posibles intendentes incluyó a 4 menores de 50 años. Algunos bastante menores. Es el Siglo XXI. Es el fin de un ciclo. Todos con “coaching”. En él gobernadores duplicaron costos.
Los tres candidatos con posibilidades de llegar a la Gobernación de la provincia de Santa Fe son los últimos representantes del siglo que se fue. Después de ellos se termina el pasado como oferta. Los últimos del ciclo anterior.
Con Bonfatti, Corral y Perotti termina el Siglo XX en la política activa de la provincia. Lo que sigue es, excepto un fenómeno de longevidad y/o un desvío de la flecha del tiempo, algo diferente. Ni mejor ni peor. Distinto.
En el Debate en Rosario, los candidatos a ocupar la intendencia se conocen, se insultan, se tratan, pertenecen a una lógica social diferente. De cómo entienden el amor, el dinero, la fe, los dogmas, las relaciones sociales se infiere claramente que tienen un nuevo siglo encima y que, por tanto, ha comenzado otro ciclo.
PRESUPUESTOS REPARTIDOS
Los partidos ya no son “fragua de hombres y debate de ideas”. Y los actores políticos no tienen con ellos una pertenencia agobiante. De hecho los más posibles intendentes de Santa Fe y Rosario (según encuestas, focus group y desarrollo sistemático de influencias) no pertenecen a partidos. Sobrevolaron, se fueron. Los partidos como entidad social son del ciclo anterior y de un siglo vencido.
Veamos... Susana Rueda, Marcelo Lewandovsky, Emilio Jatón, Amalia Granata, como antes el Midachi, que fue dos veces candidato a gobernador, arrancaron con 100 por ciento de Grado Conocimiento.
En debates televisivos chirles, adormecidos, amortajados por un esquema Siglo XX de almidón y naftalina, los candidatos dijeron aquello que convenía para que, en el verdadero juego, en las redes, se viralizara lo que correspondía. El mensaje particular. El debate fue / es una tontería, una antigualla. Importa como disparador en las redes. Ese es el asunto.
Rarísimo juego el de hablar para que se reduzca a un mensaje destinado a los que no están presentes. Debates y visitas (como la del candidato Juan Pirulo) donde lo que importan son las redes. Los memes. Las fake news. Una realidad construida, deconstruida acaso, por sistemas de algoritmos que nadie sabe cuándo se rebelarán, se independizarán.
Digresión importante. Sufre el ego de colegas sobrevaluados. Algunos analistas, otros cronistas, los mínimos, pedestres relatores del día por día hecho acontecimiento inútil y melifluo, se enojan con los nuevos sistemas de comunicación.
Difícil ser “influencer” contando tonterías sobre lo que sucedió ayer. Son otras cuestiones, acaso otras tonterías las que acumulan adhesiones. Hay algo en común, el ayer no se conserva ni produce más cadáveres. No hay más placard. El antes y el ahora vienen confundiéndose.
Se comprenden los enojos. Ni la venta de avisos es igual. Ni la propaganda. Ni los asesores.
Sin resolver claramente la Ley de Financiamiento de los Partidos Políticos en Argentina algo, básicamente un consejo, aparece como el gran triunfador, acaso definitivo. No es buena plata la que se gasta en colectivos y choripán. En Big Data es otra cosa. Los medios tradicionales ven disminuidos sus porcentajes, excepto los que son plurimedios. Todavía son necesarios.
Herido de muerte el choripán y traicionero el GPS aprovechamos para enviar el q.e.p.d. al acto, la tiza y el carbón y las pintadas de madrugada. Una FM barrial tiene 500 oyentes. Es un acto público duro de pagar. Mejor la FM que permite “tuitear” en tiempo real las mismas promesas.
Las aplicaciones tecnológicas no tienen costo, sólo consecuencias. Una de ellas la muerte del choripán. Una verdadera tristeza, créame. A los adoradores, me incluyo, nos queda la cancha de fútbol. Mientras dure.
El Candidato Juan Pirulo va a una escuela. Habrá 100 personas. Eso ya no interesa. Es escenografía. Necesaria pero eso: escenografía. Disparador. Excusa. Fotos, filmaciones, grabaciones, editados.
Rarísimo juego el de hablar para que se reduzca a un mensaje destinado a los que no están presentes. Debates y visitas donde lo que importan son las redes. Los memes. Las fake news. Una realidad construida, deconstruida acaso, por sistemas de algoritmos que nadie sabe cuándo se rebelarán, se independizarán.