The Beats vuelve a Santa Fe con un nuevo espectáculo denominado “Influencers”, recreando la música de The Beatles trayéndolos a nuestra época. Este 2019 siguiendo la tendencia digital llevarán al escenario a la banda más influencer de todos lo tiempos como nadie los ha visto. La cita será el martes en el Centro de Convenciones Los Maderos del Casino de Santa Fe a las 21. Las entradas ya se pueden adquirir en Tienda Plus del Casino Santa Fe y en sistema Ticketway.
En la previa, El Litoral dialogó con Patricio Pérez, fundador y referente del grupo, sobre la dinámica de un proyecto de más de tres décadas de vigencia.
—¿Qué nos podés de contar de “Influencers”?
—Es un espectáculo que arrancamos a hacer hace muy poquito, está flamante: lo estrenamos en algunos lugares del interior, como Córdoba y La Pampa; hicimos también el Gran Rex en Buenos Aires, con muchísimo éxito. Está lleno de sorpresas, cosas nuevas, como nos gusta poner todos los años en los nuevos espectáculos para que la gente que nos sigue de costumbre pueda encontrarse con novedades.
—¿Hay un esfuerzo escénico más allá de la banda tocando?
—Siempre lo hay, más allá de la música, siempre hay nuevas puestas a nivel teatral, visual: hacemos nuevos videos, nuevas pantallas de back y frontales, nuevas escenografías y vestuarios, cambiamos distintos instrumentos. Esto siempre se renueva: lo que mantiene la dinámica y la agilidad del espectáculo de The Beats, siempre es nuevo.
—Eso los ha distinguido en el mundo: por un lado investigar los vestuarios, y por tratar de reconstruir el equipamiento de los Beatles.
—Lógico. Hicimos un libro hace dos años que habla un poco de la instrumentación de los Beatles, se llama “1, 2, 3, 4!”, con prólogo de Alejandro Dolina. Muestra un poco la colección, porque además somos coleccionistas de instrumentos de la época: entre ellos tenemos un montón de los que usaron los Beatles en su carrera. Queríamos mostrar eso y compartir con la gente nuestra sabiduría sobre cómo trabajaban en el estudio de grabación; como crearon esa página de la historia de la música que obviamente después de ellos no fue igual. Hicieron un montón de cosas con el estudio, métodos que hoy se siguen utilizando.
—Ese coleccionismo es una inversión y una investigación. Ahora quizás es más fácil a través de las redes, pero empezaron cuando había que conseguir los libros.
—Sí, el librito, la fotito, investigar el modelo de la guitarra, qué cuerdas usaban... son muchas cosas que tenían, secretos en el estudio, que escuchando, analizando y leyendo uno se va instruyendo. En esa época era más difícil, pero en nuestros primeros viajes a mediados de los ‘90 por distintas partes del mundo pudimos conseguir algunos de los instrumentos de nuestra colección, que en ese momento no había; ahora hay un poco más, pero siempre hay coleccionistas del mundo que nos contactan porque siempre estamos sumando cosas a nuestra colección personal. Eso nos encanta, es una tarea y una pasión al margen de lo que hacemos, que nos lleva mucho tiempo y le ponemos muchas ganas también.
—También fueron innovadores en el nivel compositivo. ¿Por qué pensás que están tan vigentes, y que nuevas generaciones se siguen vinculando tanto con esas canciones.
—Primero que antes de los Beatles la música era un tanto cuadrada en ese estilo: veníamos del rock and roll que proponía Elvis a fines de los ‘50, principios de los ‘60; los Beatles tomaron un camino similar, porque arrancaron con las raíces de Elvis empezaron. Después comenzaron a inventar un pop que no existía en ese entonces, y después lo fueron regenerando, y armando de una manera innovadora.
En el año ‘67, cuando sacaron “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band” ese estilo de música no existía a nivel mundial; y de ahí todo lo que hicieron. Variaron los estilos constantemente y en cada uno de sus álbumes fueron demostrándose a sí mismos que podían dar nuevas cosas a la música.
Por eso creo que un fenómeno como el de los Beatles en el momento que fue creo que no se va a repetir nunca más, y por eso sigue vigente en las nuevas generaciones: todos los jóvenes de 15, 16, 10 ó 20 años siguen escuchándolos, por la riqueza musical que aportaron en ese entonces.
—¿Qué son para vos hoy, después de tantos años de convivir con su obra?
—Desde que aparecieron en mi vida obviamente me la cambiaron: si bien siempre fui fanático de la música (escuchaba a Gardel cuando era muy chiquito, a los cinco o seis años), cuando aparecieron los Beatles me pusieron la nariz en la nuca. Fue una novedad increíble, porque no podía creer lo que ecsuchaba: cualquier persona que los escucha por primera vez se queda pasmado.
Desde ese momento empecé a tocar sus canciones, a sacarlas con mi hermano, y empezamos a soñar lo que podía ser un espectáculo de homenaje con sus instrumentos, recreándolos. Y desde ese momento nos dedicamos a eso: le dedicamos toda la vida, treinta y pico de años a hacer una carrera con ellos. ¿Qué puedo decir objetivamente? Creo que nada (risas), porque a nivel fanático y a nivel profesional me cambiaron por completo.
—Viajaron por diferentes partes del mundo. ¿Alguna anécdota que puedas elegir de esas andanzas?
—Hay miles. Cosas raras o diferentes creo que se dan cuando vas a un país con una cultura totalmente distinta a la tuya: giras que hicimos por Japón siendo muy jóvenes. Eso nos cambió un poco la cabeza, porque veníamos de tocar en públicos argentinos o ingleses, y la verdad que los japoneses son muy distintos. Tenemos un montón de anécdotas, infinitas: no puedo rescatar una porque sería minimizar las demás, que son re lindas. Es como para hacer un capítulo aparte sobre eso. Las llevamos siempre en nuestro corazón, porque la ruta te va dando eso, cosas que te nutren y te van haciendo una caricia al alma.
—Este espectáculo va a seguir girando. ¿Cuándo empezarán a a pensar en el próximo y cuánto llevará armarlo?
—Cuando el espectáculo va llegando a su fin, cuatro o cinco meses antes empezamos a cranear el siguiente. En realización nos lleva dos o tres meses. Lo que pasa es que nunca cortamos: terminamos uno y a la semana estamos estrenando el otro. Lo vamos haciendo en los momentos que tenemos libres entre gira y gira. Siempre estamos trabajando; giramos de jueves a domingo, volvemos lunes, martes y algún miércoles para estar en Buenos Aires, pero en la época de armado de un espectáculo estamos a full: hay que meterse a hacer videos de back, diseñar escenografías y vestuarios; pensarlo, ponerlo en un papel y llevarlo a la práctica, que no es tarea fácil. Pero nos divierte, porque es un desafío constante, y eso también nos mantiene activos, está bueno eso para cualquier persona que se desarrolla en cualquier actividad.