(Enviado Especial a Salvador de Bahía, Brasil)
(Enviado Especial a Salvador de Bahía, Brasil)
“¿Sos o no sos?”, fue la pregunta, no de desconocimiento sino de sorpresa. “Sí, soy… ¿acaso estoy tan cambiado?”, fue la respuesta entre risas. Y la verdad es que el “no” debe ser rotundo, porque a los 41 años, el Changuito Cárdenas parece un pibe de 20 años, en el rostro, en el físico y en las ganas de seguir jugando. “Lo haré hasta que no dé más o hasta que me echen”, agrega. Y ahí está, despuntando el vicio en su Juventud Antoniana de Salta, el club que vio nacer futbolísticamente a su papá, al inolvidable Chango Cárdenas que llegó a Santa Fe en el 79 para convertirse, en diez años consecutivos, en el jugador con un record histórico de presencias que será muy pero muy difícil de superar. Pero ahí estuvo luego el hijo, el Changuito, para seguir con la dinastía y agregarle un logro: el ascenso de 2011 de la mano de Kudelka. Rodeado de amigos, disfrutaba de un almuerzo en el shopping Barra, uno de los tradicionales de esta tropical Salvador de Bahía, cuando lo encontró el enviado de El Litoral.
-¿Qué haces con esta multitud que te acompaña?
-¡Somos 17 amigos de Salta…! Lo lindo es que casi todos estamos casados, con hijos y mis amigos armaron el viaje y yo me sumé casi a lo último. Pero estoy feliz de acompañarlos. Ahora nos vamos a Río de Janeiro para ver Perú-Bolivia y después a Belo Horizonte para ver Argentina-Paraguay y luego nos volvemos a casa.
-¿Y qué hacemos con este equipo?
-… Seguimos siendo Messi-dependientes y eso es algo que no me gusta, se recae en él toda la presión, el equipo es previsible cuando ataca y no hay juego por las bandas. Fijáte que en todos los grandes equipos del mundo, el desequilibrio por las bandas es clave. Y nosotros no lo tenemos. Con Di María y con Lo Celso, no lo tenemos.
-¿Clasificaremos o lo ves complicado?
-Mínimamente tendremos que clasificar, pero el fútbol se emparejó mucho e insisto en que no se puede depender de un solo jugador. Lo tienen que ayudar un poquito más porque Messi solo no puede.
-¿Quién creés que debería ser el socio de Messi?
-Los que jueguen por afuera. Porque si eso no pasa, él tiene que retroceder mucho, queda lejos del Kun Agüero y también lejos del arco. Hay que acompañarlo un poquito y darle opciones de pase. Y además, si baja, lo terminan apretando y le sacan la pelota. Pasó el otro día con los colombianos. Ellos son rápidos y altos, y nosotros no tenemos altura. Así que estuvo muy complicado todo. Y en el primer tiempo le tiraron muchos pelotazos al Kun para que trate de meter diagonales por detrás de los centrales, pero fueron imprecisos.
-¿Seguís de cerca lo que pasa en Unión?, ¿qué es lo primero que te salta a la memoria?
-Sigo en lo que puedo, porque estoy lejos y no me entero de todo… Y lo primero que me salta a la vista es la cancha. Me encantaba jugar en el 15 de Abril… ¡Es el patio de mi casa…! Amo a ese club, amo esos colores y amo esa ciudad. No nací en Santa Fe, pero al año mi viejo se fue a jugar a Unión así que me crié allí.
-El Chango padre tiene un record inigualable y vos tomaste el legado y metiste un ascenso. ¿Es difícil que el apellido Cárdenas pase desapercibido?
-En los tiempos de mi viejo, los jugadores se quedaban mucho tiempo en el club. Yo creo que va a ser difícil que superen su record… Por ahí Nereo andaba encaminado, pero ahora ya no está más porque me enteré de que no le renovaron el contrato. Mi viejo dejó una huella importante y yo me llevé un lindo ascenso y a los 35 años.
-¿Pudiste volver después de ese ascenso con Kudelka?, ¿te hubiese gustado?
-No, no. Yo sabía que ahí se terminaba todo. Hacía ocho años que Unión no ascendía así que fue muy lindo aquello, valioso para mi carrera y mi contribución para un club tan lindo y del que soy hincha. Ya tenía una edad avanzada y sabía que ese era el final de mi paso por el club, por más que las ganas de seguir jugando no se me terminen todavía.
-¿Cuál es el secreto para llegar a esta altura de tu vida y seguir jugando?
-Dicen que el físico tiene memoria. Yo nunca fui de salir ni de andar por ahí tomando o haciendo tonterías en el cuidado invisible. Estoy en una división de menor categoría, pero me sigo divirtiendo y veremos hasta cuándo me da el físico. Cuidarse es todo, el físico te lo agradece.