Sin dudas que el 17 de junio de 2019 no será una fecha más en la vida de Adriana Talarico (53). De aquí en más, cada vez que el calendario se lo recuerde, ella dirá que fue el día en que nació de nuevo.
La bala rozó la cabeza y no ingresó a la cavidad craneal. En las próximas horas sería dada de alta.
Sin dudas que el 17 de junio de 2019 no será una fecha más en la vida de Adriana Talarico (53). De aquí en más, cada vez que el calendario se lo recuerde, ella dirá que fue el día en que nació de nuevo.
Es que hace apenas unas horas esta mujer sintió de cerca el aliento de la muerte. Fue en la noche del lunes cuando, en medio de un asalto en la panadería donde ella trabaja, un delincuente le disparó a la cabeza.
Pero el destino le hizo un guiño a Adriana.
Si bien la bala pegó en su cabeza, el proyectil no ingresó a la cavidad craneal. “El plomo no produjo lesiones intracerebrales, solo una leve contusión”, según explicó el doctor Juan Pablo Poletti a El Litoral.
“La mujer presentaba dos orificios en cuero cabelludo, a nivel temporal y occipital. Se suturaron esas heridas y se la dejó en observación hasta la medianoche en que se la derivó a un sanatorio privado”, agregó.
Por su parte familiares de Adriana confirmaron que ella permanece “lúcida y estable”, aunque todavía conmovida por lo sucedido. Su cuadro general es bueno y se estima que en las próximas horas le darán el alta domiciliaria.
“La verdad que el ángel de la guarda la protegió. Porque la bala rodeó toda su cabeza pero no perforó el hueso. Ella solamente tiene algunos hematomas, pero creemos que fue por algún golpe que sufrió durante el robo”, reveló su cuñada.
O>Como ya dijimos todo sucedió en la noche del lunes, en momentos que la calle se encontraba casi desierta por las pésimas condiciones (frío y lluvia) climáticas.
Fue minutos antes de las 20 cuando un sujeto irrumpió en la panadería Novo Nonino, ubicada en Rivadavia 6600, casi esquina con Castelli, esto es en el corazón de barrio María Selva.
Sin pérdida de tiempo el recién llegado (un joven de unos 20 años) arremetió contra Adriana, quien se desempeña como vendedora.
El malviviente no actuó solo. Otro rufián lo esperó en la puerta a bordo de una motocicleta. Ambos estaban a cara descubierta.
Tras escuchar amenazas de muerte, la mujer colocó el dinero de la caja y su teléfono celular en una bolsa de nylon y se la entregó al malviviente.
Pero segundos después pasó algo inesperado. Fue cuando al negocio ingresó una mujer acompañada por su hija.
La situación fue aprovechada por Adriana que atinó a escapar hacia el fondo del local. Pero en dicha circunstancia el desconocido le efectuó un disparo que la impactó su cabeza.
Cometida la demencial acción su autor salió a la calle y junto a su compinche se alejaron a toda velocidad.
Herida y todo la víctima logró ponerse de pie y llegar hasta el teléfono del comercio, donde comunicó lo sucedido al encargado.
“Vení urgente. Me pegaron un tiro en la cabeza”, fue el mensaje que escuchó el encargado, según narró ante El Litoral.
Poco después la mujer fue trasladada al hospital José M. Cullen donde ingresó en condición delicada.
Los médicos que la examinaron diagnosticaron “herida de arma de fuego en cráneo, lado izquierdo, con orificio de entrada y orificio de salida”.
En las últimas horas del lunes se informó que su condición es estable y su pronóstico de carácter reservado.
Como es de rigor a la escena del hecho llegaron investigadores de la PDI quienes inspeccionaron el lugar y entrevistaron a los posibles testigos.
En simultáneo se impartieron directivas para lanzar un operativo de búsqueda de los delincuentes, en distintos barrios de la ciudad.