(Enviado Especial a Río de Janeiro, Brasil)
Pochettino se lo llevó al Tottenham cuando en Estudiantes apenas había jugado una decena de partidos. Y pagó más de 10 millones de euros. La historia de Juan Foyth, que a El Litoral le confesó que “varias veces me enfrenté con Brasil, pero en la play…”.
(Enviado Especial a Río de Janeiro, Brasil)
Firmeza para defender y talento en el dominio de la pelota. Esos fueron sus atributos cuando apareció en la primera de Estudiantes y apenas una decena de partidos –no más que eso- lo pusieron en el candelero. Se lo disputaron varios grandes de Europa, seguramente de la mano de un buen operativo marquetinero. Y Estudiantes lo vendió en más de 10 millones de euros con apenas 19 años, una cifra inusual para un defensor y siendo tan joven. Foyth había llegado a Estudiantes siendo enganche, de un club pequeño en el que empezó a jugar de chico, llamado Victoria. Sí, como acaba de leer, era enganche. Y miraba los partidos del Milan para aprender de Kaká.
No sorprendió que en un club como Estudiantes, cuna de grandes defensores y con determinadas características, Juan Foyth termine jugando de marcador central. Es que al estirón lo pegó enseguida y ese 1,87 metros de altura le daba estereotipo de zaguero más que de enganche. Pero tenía la técnica incorporada, con suficiente talento y capacidad de aprendizaje como para aprender rápidamente a marcar.
Muchos se sorprendían por la tranquilidad con la que salía jugando desde atrás y resolvía situaciones. Eso le daba más categoría. Y si bien hubo otros equipos que se fijaron en él, como el Lille de Francia o el Zenit ruso que ofertó una fortuna, prefirió ir directamente a la Premier League, fichado por un Mauricio Pochettino que desde su lugar de ex zaguero central, le habrá visto sobradas condiciones.
-¿Cómo fue tu experiencia jugando de marcador de punta?, ¿estabas acostumbrado?
-De chico, en Estudiantes, en las divisiones inferiores, me ponían a veces en ese puesto. Y últimamente, en el Tottenham, jugué también algunos partidos. El técnico me preguntó cuando llegué a la selección si podía jugar ahí y le dije que sí, que no tenía problemas.
-¿Qué significa para vos que puedas enfrentar a Brasil?
-Algo lindo, soñado y si tengo la posibilidad de jugar, si el técnico así lo decide, va a ser algo muy lindo. En la play he jugado muchas veces contra Brasil… Me fue bien, sobre todo cuando enfrentaba a mi primo (risas).
-Volvamos al puesto. ¿Estás cómodo jugando ahí?
-No me dijeron que me iban a mantener de lateral, no es mi puesto, pero me siento cómodo. A mi me pidieron que juegue ahí y lo hice porque con tal de jugar, lo hago en el lugar que me pongan. Realmente al partido lo disfruté. Sobre todo a partir del segundo gol, cuando me dí cuenta que lo teníamos definido.
-Te tocó un jugador complicado por tu sector, como este venezolano Machís que demostró tener muchas condiciones…
-Es un delantero rápido, encarador. Lo propio pasó con Soteldo, cuando entró y se fue a jugar al rato por el costado mío.
-¿Se había hablado antes del partido con Scaloni?, ¿sabías que por tu lado iban a tratar de desbordar con jugadores de gran velocidad?
-Sí. Scaloni me lo dijo y estuvimos viendo varios videos. Todo lo que pasó en la cancha estaba hablado, Scaloni sabía que ellos podían buscar el desborde por afuera y en velocidad, por eso trataba de esperarlo, no le salía a lo loco y me paraba de costado para que pueda reaccionar más rápido si tiraba la pelota para adelante para intentar superarme en velocidad.
-¿Ves que el equipo está en crecimiento?
-Creo que en los primeros partidos no nos fue bien. Eso lo reconozco y todos hicimos esa evaluación, desde Messi hasta cualquiera de nosotros, los más jóvenes. Pero en estos últimos dos partidos, jugamos el fútbol que queremos.
-¿Cómo está viviendo este momento tu familia?
-Muy bien, ellos vinieron a Brasil a estar cerca de mí, están mis padres con mi novia y ahora se sumó mi hermana. Creo que ahora vamos a tener un rato libre para que podamos vernos un ratito. Igualmente, no soy de extrañar mucho así que estoy bien, sereno y muy enchufado en lo mío.
-¿Te imaginás que de acá hasta el martes no se va a hablar de otra cosa, en la Argentina, que del gran partido con Brasil?
-sí, claro. Uno está acá y metido en lo propio, pero desde ya que percibimos lo que se vive afuera y la gente nos lo hace recordar a cada momento. En el Maracaná había una multitud de argentinos que se hicieron escuchar y sé que todos estarán pendientes de nosotros. Es un partido dificilísimo, pero lindo para jugar. Espero hacerlo y si no, seré el primero en alentar al compañero que le toque jugar.
Juan Foyth tenía una decena de partidos en la primera de Estudiantes y se lo llevó el Tottenham de Pochettino para que juegue en Wembley. Llegó a la selección y con muy pocos partidos en este proceso de renovación, Scaloni lo mandó a la cancha en el Maracaná.
Dos estadios con una historia incomparable, ya fueron escenarios de esta carrera meteórica de este flaco, alto, de ojos claros, que cuando era chico veía a los jugadores de fútbol como “súper héroes” y que, al poco tiempo, a muchos de ellos ya le tocó enfrentarlos. O lo que es mejor aún, ser compañero. Como ocurre con Messi, que debutó en la selección mayor cuando el pequeño Juan iba a Jardín de Infantes.
Tan meteórica e increíble es su carrera, que a los 20 años ya jugó en dos templos del fútbol: Wembley y el Maracaná.