Este viernes a las 21, la Orquesta Sinfónica Provincial de Santa Fe presentará su octavo concierto de temporada en el Centro Cultural Provincial (Junín 2457). El podio estará ocupado por el maestro venezolano César Iván Lara, quien condujo a la orquesta por primera vez en 2016 y como agrupación invitada se desempeñará el Cuarteto de Cuerdas de la Vera Cruz, formado por Pablo Zamora, Raúl Vallejos, Gabriel Mateos y Georgina Mussin, todos músicos que integran las filas de la Sinfónica santafesina.
Durante la velada, el ensamble interpretará la Obertura de la ópera Cosí fan tutte de Mozart, el Concierto para cuarteto de cuerdas y orquesta, op. 131. de Spohr y la Sinfonía Nº 7 en la mayor, op. 92 de Beethoven. Según el maestro César Lara, para disfrutar a pleno el concierto, el paso más importante es dejarse cautivar por la propuesta del programa y lograr ubicarse en los mejores asientos del teatro. “Compositores considerados como los más grandes de la Historia de la Humanidad (Mozart y Beethoven) comparten espacio con Louis Spohr quien en su tiempo fue un creador muy reconocido y del cual estrenaremos en Argentina su Concierto para Cuarteto de Cuerdas y Orquesta en la menor”, apuntó a El Litoral.
—Desde 2018 estás a cargo de la Orquesta Filarmónica de Mendoza. ¿Cómo ha sido hasta el momento su experiencia allí?
—Intensa, muy productiva, llena de aprendizajes, con público acompañándonos fielmente a todas nuestras actividades. Estuvimos en el Teatro Solís (Montevideo), primera vez en la historia de la orquesta que muestra su talento y profesionalismo fuera de Argentina. Hace dos semanas terminamos el montaje de la ópera L’elisir d’amore de Donizetti, gran éxito también. Estamos agradecidos y satisfechos.
—Cumplió un papel significativo en la preparación de la “Cantata criolla” para el concierto realizado en el marco del Bicentenario de la Independencia de Venezuela. ¿Cómo fue ese trabajo?
—Se convocó una orquesta de más de 400 músicos y un coro de más de mil personas. Lograr captar la voluntad de tantos artistas en una obra tan compleja fue una experiencia inolvidable reconocida, gracias a Dios, por todos los participantes. Fue un gran concierto.
—Tuvo la oportunidad de trabajar junto al prestigioso director Gustavo Dudamel. ¿Qué rescataría de la formación a su lado? ¿Cuáles fueron los aprendizajes más importantes junto a él?
—Ambos provenimos de un mismo sistema de enseñanza. Cuando él era estudiante de dirección tuve la oportunidad de ser el director anfitrión en los cursos de dirección que realizó. Allí ya mostraba el talento que sería la base de lo que se convertiría. Luego de iniciar su experiencia a nivel internacional, en las oportunidades que podíamos charlar siempre había un comentario valioso sobre música o dirección. La experiencia temprana con grandes solistas y orquestas con seguridad moldearon el carácter y la maestría que muestra hoy en día.
—¿Qué características particulares tiene la formación de un músico, en su caso de un director orquestal, en Venezuela? ¿Cómo es la situación actual de la disciplina en un clima social tan enrarecido?
—Prevalece el elemento práctico al teórico. Igual que al tocar desde jóvenes en una orquesta. El tema gestual se hace natural pronto. Lo teórico llega después. En la actualidad, como en cualquier segmento de la sociedad venezolana hay una gran pérdida del talento humano, la emigración es una realidad. Sin embargo, las orquestas se mantienen “vivas”, la producción de músicos que tuvo el proyecto del maestro Abreu todavía lo sostiene. Es un hecho milagroso.
—Ha sido invitado a dirigir orquestas en Colombia, Nicaragua, Ecuador, México, Perú, Corea del Sur y Estados Unidos. A la luz de toda esa experiencia ¿qué visión tiene de la música académica argentina y qué lugar ocupa en el plano internacional?
—Ginastera es el referente. Estando ya en Argentina empiezo a tener contacto con el amplio abanico de maestros: Gilardi, Guastavino, Gianneo, López Buchardo, Williams y otros igual de importantes. Ahora mismo hay una generación de compositores que poco a poco están marcando una diferencia y por ende trascendiendo las fronteras. Se vislumbra un gran porvenir.
El violinista Pablo Zamora explicó a El Litoral que en el concierto del viernes, el Cuarteto de la Vera Cruz presentará al público santafesino una obra poco conocida en una primera audición en la ciudad. “Louis Spohr fue un compositor, violinista y director alemán prolífico, muy conocido en su tiempo, pero luego sus obras cayeron en el olvido, resurgiendo a fines del siglo XX principalmente por sus aportes a la música de cámara. El concierto Op. 131 para cuarteto de Cuerdas y orquesta, formación para la que existen muy pocas obras escritas, es un raro ejemplo de un verdadero concierto para cuarteto y orquesta, una combinación muy interesante ya que conjuga la sutileza de la música de cámara, el virtuosismo propio de un concierto solístico -grupalmente y de manera individual para cada uno de los integrantes-, y con el condimento de la Orquesta Sinfónica, con todo lo que ésta le aporta en expresividad, fuerza y colores”, explicó.
“Este concierto es para nosotros más especial al ser acompañados por los compañeros de nuestra orquesta, los mismos con los que hacemos música a diario desde hace años, ya que los integrantes del Cuarteto de la Vera Cruz formamos parte de la Orquesta. Y aunque nuestra principal actividad es la orquestal, compartimos el gusto y la necesidad artística de expresarnos haciendo música de cámara. Desde hace varios años venimos trabajando en distintas obras fundamentales del repertorio camarístico y brindando conciertos en Santa Fe y otras ciudades. Estamos contentos y orgullosos de ofrecer al público santafesino esta propuesta novedosa e inédita”, añadió.