Carina Mendieta (41) está presa del terror. Es que desde hace un tiempo un grupo de tenebrosos la puso en la mira y concreta acciones delictivas, sin que nadie acuda en su ayuda.
Delincuentes tirotearon una vivienda y después intentaron quemarla. Ocurrió en barrio Los Espinillos.
Carina Mendieta (41) está presa del terror. Es que desde hace un tiempo un grupo de tenebrosos la puso en la mira y concreta acciones delictivas, sin que nadie acuda en su ayuda.
El lugar donde se desarrollan estos hechos es en la cortada Yervé, de barrio Los Espinillos (San José de Rincón) donde Carina vive junto a su hijo de 8 años, y una sobrina, de 12, que está a su cuidado.
“Todo esto comenzó hace un tiempo cuando mataron a un tal Luisito Burgat. Después de eso una bandita salió a tomar venganza contra todos los que tuvieron alguna vinculación con el muerto”, dijo Carina en diálogo con El Litoral.
“Yo soy la tía de uno de los amigos de Burgat, pero no tengo nada que ver con ese lío. Sin embargo igual se la agarraron conmigo”, se quejó.
Tiros y fuego
El último de los hechos ocurrió el sábado cuando varios sujetos atacaron a tiros la casa de Carina y, no conformes con lo hecho hasta allí, después intentaron prenderle fuego.
“Aparecieron un montón de pibes y me ‘reventaron’ la casa a tiros. Después le tiraron combustible a la puerta y le prendieron fuego. Por suerte que yo no estaba con mi hijo y mi sobrina, porque si no nos mataban a todos”.
Lo que más me preocupa es que los tiros ingresaron a la casa. Tengo impactos de bala en una pared, en ventanas y hasta en un cuadro”, señaló.
“Los vecinos me llamaron y me dijeron: ‘Vení que te están quemando tu casa’. Salí corriendo y por suerte llegué a tiempo y logré apagarlo. Los bomberos demoraron un montón en venir”, agregó.
De mal en peor
Pero el calvario de Carina no terminó allí.
“Cuando fui a la policía no le dieron importancia a mi denuncia. En menos de una hora hubo cuatro tiroteos frente a mi casa y nadie hizo nada. Los tipos corrían por las calles y no hubo ningún detenido.
“Tengo miedo por mí y por la integridad de mi hijo y de mi sobrina, a quien estoy cuidando por un problema de salud que tiene mi hermana. Acá en Rincón parece que impera la ‘ley del revólver’. Los malvivientes actúan con total impunidad porque no les hacen nada. Y yo me siento totalmente abandonada por las autoridades”, culminó.
La ley del hampa
La situación de Carina remite a lo que hace pocos días le pasó a Víctor Arteriza, otro vecino de Rincón, a quien lo tirotearon y le quemaron su casa, tras denunciar a unos ladrones. Todo comenzó cuando a Arteriza un grupo de malvivientes le robó un ternero. Poco después el jornalero denunció a los rufianes en la policía. Pero la represalia no se hizo esperar. Primero lo atacaron a balazos y finalmente le incendiaron la humilde construcción en la que vivía.