Varios proyectiles impactaron en el interior del hospital de Sawani, una de las aldeas en el área metropolitana sur de Trípoli, informó un responsable de la operación militar "Volcán de la Ira", ligada al gobierno reconocido por la ONU en la capital (GNA).
"La mayor parte de las víctimas, incluidos los tres muertos, son miembros del equipo médico del centro hospitalario", explicó sin ofrecer otros detalles la fuente citada por la agencia de noticias EFE.
Hafter, que controla la mayor parte del país norafricano y todos sus yacimientos petroleros, lanzó el pasado 4 de abril una ofensiva para tratar de conquistar la capital con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, de visita oficial, en un claro mensaje a la comunidad internacional.
Desde entonces, murieron más de un millar de personas -entre milicianos y civiles-, más de cinco mil han resultado heridas, y más de 100.000 se vieron obligadas a abandonar su casa y convertirse en refugiados internos.
Fuentes militares del GNA alertaron de que Hafter desplegó nuevas unidades en la pequeña población de Wadi Marsit, al parecer con la intención de recuperar el control de la ciudad de Gharyan, situada a 75 kilómetros al sur de Trípoli, y clave para un eventual asalto a la capital
El llamado Ejército Nacional de Libia (LNA), la milicia liderada por el mariscal, pidió, por su parte, a los civiles que se alejen de los zonas de concentración de fuerzas leales al gobierno GNA, especialmente en las áreas de Salah Eddín y Al Hadaba, próximas a Gharyan y el eje sur que conduce a la capital.
Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que hace ocho años la OTAN contribuyó militarmente a la victoria de los heterogéneos grupos rebelde sobre la dictadura de Muammar Kaddafi.
En la actualidad tiene dos gobiernos, uno en el este tutelado por el propio Hafter y otro llamado de Acuerdo Nacional (GNA), sostenido por la ONU, pero cuya autoridad se reduce a Trípoli.
De la división sacan beneficios numerosas milicias y grupos mafiosos dedicados al contrabando de armas, alimentos, combustible y personas, verdadero motor de la destruida economía nacional.