¿Se puede ser internacional cuando te has declarado culpable de actos violentos contra tu pareja? La primera inclusión del wing de origen fiyiano Sevu Reece en el XV de la selección neozelandesa, para jugar contra Argentina el sábado en el inicio del Rugby Championship, ha generado controversia.
Un año después de su comparecencia por violencia contra su novia, la presencia de Reece con los All Blacks ha hecho que varios comentaristas del país apelen a la ejemplaridad de sus rugbiers.
"Estamos limpiando un comportamiento que normalmente no aceptaríamos, únicamente porque se trata de un jugador talentoso", criticó el editorialista de Radio New Zealand, Hamish Bidwell.
El wing de 22 años, sensación de la última temporada del Super Rugby con los Crusaders, firmó 15 tries con su franquicia, que se coronó campeona por tercer año consecutivo, esta vez superando en la final a los Jaguares argentinos el pasado 6 de julio.
Reece había llegado al equipo de Christchurch tras su despido del Connacht irlandés, que se separó al jugador tras los hechos de los que fue acusado.
El fiyiano, que llegó con 17 años a Nueva Zelanda, se declaró culpable y tuvo que pagar una multa, pero pudo esquivar una condena.
"Reece, en mi opinión, debía cumplir una pena más larga en el rugby de la que ha tenido", estima el periodista Chris Rattue en las páginas del New Zealand Herald.
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La presencia contra Argentina en el inicio del Rugby Championship podría ser un primer paso hacia su convocatoria con los All Blacks para el Mundial de Japón, que se disputa del 20 de septiembre al 2 de noviembre.
"Teniendo en cuenta la veneración hacia los All Blacks y que los jugadores del equipo son considerados como modelos a seguir, estaría bien que el comité de selección incluyera el civismo entre sus criterios", valora en declaraciones a la AFP Janet Fanslow, especialista en casos de violencia conyugal en la Universidad de Auckland.
"Hombres mejores hacen mejores a los All Blacks", ese es el mantra que sirvió como lema en la época del seleccionador Graham Henry. Una manera de exigir el máximo a sus jugadores, dentro y fuera de los terrenos de juego.
El actual entrenador de Nueva Zelanda, Steve Hanson, fue preguntado por la polémica que rodea la presencia de Sevu Reece.
"Sé que no hay únicamente hombres que golpean a mujeres, sino también mujeres que agreden a hombres", declaró, apoyándose en su condición de exfuncionario de la policía.
Las palabras de Hansen generaron una oleada de críticas y el seleccionador tuvo que dar marcha atrás, reconociendo públicamente que "la inmensa mayoría de las víctimas de violencia doméstica son mujeres y niños".
Contactado por la AFP, el ministro de Justicia de Nueva Zelanda, Andrew Little, recordó el deber de ejemplaridad de los jugadores seleccionados.
"Los All Blacks no son únicamente buenos jugadores, son también modelos y corresponde a la Federación decidir si los elegidos para vestir el maillot negro responden o no a las expectativas de los neozelandeses", declaró.
El caso no es el primer asunto espinoso al que se enfrenta la Federación Neozelandesa de Rugby.
En 2016, el medio scrum Aaron Smith fue visto saliendo de los baños de una aeropuerto en compañía de una mujer y jugadores de los Chiefs habían sido acusados de agresión sexual por una bailarina de strip-tease.
Pero el caso Reece recuerda más al de Losi Filipo, una joven promesa que quedó sin condena pese a la agresión en la calle de cuatro personas, entre ellas dos mujeres, al considerar el juez que una condena dañaría seriamente su carrera.
Tras haberse sometido a un programa de rehabilitación, Filipo fue convocado a principios de 2019 por una de las selecciones nacionales de rugby a VII.
"Demostró sus remordimientos, probó su compromiso y determinación para cambiar de manera positiva y el rugby continúa teniendo un papel importante en su vida", estimó Nicki Nicol, responsable del programa Respect and Inclusion, puesto en marcha por la Federación Neozelandesa.