Colón y lo que dejó la inolvidable noche de La Paternal con la victoria y los penales...
Lo bueno y lo malo de una mejoría que debe mantenerse
Más juego, mejor estado físico y eficacia, en la columna de lo rescatable; la posición del Pulga y algunos sectores de la cancha en los que todavía hay fisuras (la punta izquierda de la defensa, por ejemplo), entre lo que hay que afirmar.
Ignacio Izaguirre Mal posicionado y mal buscado. El Pulga Rodríguez jugó más de punta y quedó, muchas veces, atrapado por la marca de los centrales o, en este caso, peleando una pelota aérea con Sandoval. Su trabajo fue deslucido y se sacrificó por el equipo. ¿Insistirá Lavallén poniéndolo tan arriba?
De vez en cuándo, Pablo Lavallén agita sus redes sociales. Quizás disgustado por lo que, según él, se trató de un “ninguneo”, mostró de qué manera incentivó a sus jugadores antes de enfrentar a Argentinos Juniors. El, más que nadie, supo que en el partido de ida no se jugó para nada bien. Sin intencionalidades ni “vapuleo”, lo que se vio, se analizó, se dijo o se escribió, fue, ni más ni menos, el reflejo claro y preocupante de un equipo que fue superado y que jugó un flojísimo partido. En La Paternal, aquella imagen se revirtió.
Mejoramiento individual, colectivo y una entrega física que vale la pena resaltar. La victoria en los 90 minutos fue indiscutible desde los merecimientos, así como no había mucho lugar a discusión de lo que había pasado en Santa Fe pero a la inversa. Luego, los penales podrían haber inclinado la balanza para cualquiera de los dos lados, pero ya el rendimiento del equipo estaba a salvo de la crítica. No se lo conceptualiza ni se lo reivindica a Colón por haber pasado a cuartos de final (aunque bienvenido sea), sino porque la producción que tuvo el equipo dejó signos de alta mejoría y que resultan alentadores si se mantiene este rumbo y se lo instala como un piso para seguir mejorando.
Veamos lo que ha dejado Colón en medio de la algarabía y del desahogo después de la victoria:
Matías Nápoli Acierto de Lavallén... ¿Para mantener? Nicolás Leguizamón no fue de punta, metido entre los centrales y ocupando posiciones en el área, sino que arrancó desde atrás, levemente volcado a la izquierda. Hizo un buen partido y casi llega al gol con un disparo que pegó en el travesaño. Fue reemplazado luego de un gran esfuerzo físico. ¿Insistirá haciéndolo jugar en esa posición?
Acierto de Lavallén... ¿Para mantener? Nicolás Leguizamón no fue de punta, metido entre los centrales y ocupando posiciones en el área, sino que arrancó desde atrás, levemente volcado a la izquierda. Hizo un buen partido y casi llega al gol con un disparo que pegó en el travesaño. Fue reemplazado luego de un gran esfuerzo físico. ¿Insistirá haciéndolo jugar en esa posición?Foto: Matías Nápoli
Las cosas buenas
* 1) El mejoramiento defensivo (Lavallén decidió cambiar a los centrales y que Acevedo juegue de primer marcador y Olivera lo haga de segundo, como los antiguos “cueveros”). No fue esta, exclusivamente, la razón de esa mejoría, pero tiene que haber ayudado. Individual y en pareja, funcionó mejor la zaga.
* 2) La salida más clara desde atrás. Ya se apuntó que Fritzler era el que se metía entre los centrales para hacerse de la pelota, Acevedo se abría a la derecha y Vigo directamente se posicionaba en el medio de la cancha para arrancar desde allí. Esto hizo que no se abusara del pelotazo. Tampoco presionaron tanto los delanteros de Argentinos y, cuando lo hicieron sobre los centrales, ahí no les quedó otra que tirar el pelotazo a dividir arriba. Pero fueron las menos.
* 3) La eficaz variante que le dio la subida de Vigo. Buen partido del pibe, con un recorrido extraordinario por la bande. Los pelotazos cruzados en su búsqueda fueron un problema para la dupla Hauche-Ybañez.
* 4) La eficacia para convertir. Colón tuvo dos situaciones claras y una fue adentro. Esto sin contar las insinuaciones, como algunas jugadas que no se terminaron bien en el primer tiempo y que acarreaban potable peligro para Chaves.
* 5) La claridad que tuvieron Aliendro (figura del equipo) y Estigarribia en el manejo de la pelota. Eso, más la salida de Fritzler sin abusar del pelotazo, permitió una mejoría evidente en el juego y eso se vio cristalizado en el trámite del partido. Colón jugó mejor que Argentinos Juniors, sobre todo en el primer tiempo. Y en el segundo hubo un poco más de paridad, pero nunca fue inferior al rival.
* 6) El acierto en el planteo por parte de Lavallén. Corrigió varios aspectos y priorizó el manejo del partido por sobre la intención de llegar rápido al arco rival, como ocurrió en Santa Fe. Había dicho durante la semana que el equipo debía tener “paciencia” y la tuvo. Y también dijo que el partido no se debía ganar con un gol a los 2 minutos del primer tiempo sino que había 90 minutos para hacerlo. Y hasta vaticinó que así se iba a dar. Se nota que fue claro y eficiente. Y que el mensaje llegó de esa forma a los jugadores.
* 7) Las funciones de Bernardi y Leguizamón. Sobre todo la de este último, que sin olvidar sus dotes de delantero, entendió que el técnico prefería que arranque desde atrás. Y lo hizo bien, con potencia y decisión. Estuvo a punto de convertir un gol en una jugada que tuvo su inicio casi en la mitad de la cancha, a través suyo, y que terminó en dos toques con un remate tremendo que hizo estallar el travesaño luego de rozar en las manos de Chaves.
* 8) Hay un evidente mejoramiento físico en el equipo. Falencia absoluta en los últimos tiempos, que este cuerpo técnico pudo revertir en la pretemporada.
Las cosas malas
* 1) A la luz del resultado, posiblemente el técnico crea y esté convencido de que sirvió, pero es un error poner al Pulga Rodríguez bien arriba, metido entre los centrales. Le quita visión de juego, perspectiva y gravitación. El tucumano es un jugador que, por su experiencia e inteligencia, posee ya las dotes de armador, además de definidor. Ubica bien los espacios inexplotados o vacíos por el rival y allí se mueve; es rápido y claro para desprenderse de la pelota y si se observan los goles de Colón en la primera mitad del año, no fueron pocos los que nacieron de una pelota puesta por él. Además, ¿para qué sirve el Pulga metido entre los centrales?, ¿para tirarle centros como en algunas ocasiones del primer tiempo se intentó?, imposible que así gane, salvo que encuentre alguna pelota que supere a alguno de los centrales y justamente le caiga a él para que defina. Al no contar con chances adentro del área, su labor quedó inútilmente deslucida en lo personal.
* 2) Siguiendo con el Pulga, es de esa clase de jugadores a los que no se debe encasillar en una posición. Insisto en su inteligencia para ser eficaz para el equipo, pero siempre dejando que se mueva por los sectores que él considera potables para hacerse de la pelota. No hará una de más y es muy probable que con un toque haga lo que a otros les cuesta más tiempo o directamente no pueden. Jugando de centrodelantero y sin recibir la pelota por abajo para que pueda hacer lo que sabe adentro del área, se complica su aporte personal.
* 3) El sector izquierdo es el que todavía debe mejorar. Escobar se esfuerza, pero no da la imagen de seguridad deseada. Ya en el partido de ida, Argentinos tuvo algunos espacios para atacar por allí. Y tampoco aporta en ofensiva lo que da Vigo por el otro lado. Conclusión: Escobar debe levantar su nivel para que el añorado crecimiento defensivo sea constante.
* 4) Si bien se mejoró en la salida con esa posición antes señalada de Fritzler, hay momentos en los que si la pelota pasa por los dos centrales, ellos también tienen que garantizar un paso seguro del balón. Tiempo al tiempo, por ahora lo que mostraron en la revancha fue que se entendieron más para defender, que, en definitiva, es la función más importante que tienen en el equipo.
* 5) Los circuitos de juego, también haciendo abstracción de que se jugó mejor al fútbol, no son muchos. Aliendro y Estigarribia son buenos iniciadores en el medio o continuadores si la reciben de Fritzler. Hay que encontrar otras variantes y no sólo la que puede aportar la subida de Vigo por derecha. Zuqui es capaz de darle dinámica al juego, Esparza es vertical y útil en el “uno contra uno” y si lo de Guillermo Acosta o lo de Gonzalo Verón se concreta, sumarán variantes al mediocampo.
* 6) En todo caso, Lavallén tiene la misión, como entrenador, de mejorar al equipo y a los jugadores, encontrándoles la posición y función ideal en la cancha. Por ejemplo, lo que se vio de Leguizamón ante Argentinos Juniors fue bueno. La pregunta es: ¿será para ponerlo siempre arrancando desde atrás, sabiendo que su hábitat natural es el área?. Funcionó y fue un acierto del entrenador. Habrá que ver si es saludable su permanencia y continuidad o si no es mejor que cambie la posición con el Pulga.