Es un nombre que no pasa desapercibido en Colón. Jugó y dirigió. Formó parte de un proceso en inferiores muy exitoso, dirigió la Primera con Mario Sciacqua en algún interinato hasta que le llegó la oportunidad de irse a Corrientes, donde hace casi siete años que trabaja.
En la desapacible tarde dominguera de Lanús, las cámaras de televisión se quedaban detenidos en su figura, a un costado del campo de juego y dirigiendo a Boca Unidos de Corrientes en el partido de Copa Argentina ante el poderoso Racing del Chacho Coudet. No es el entrenador del equipo (Daniel Teglia estaba en el palco siguiendo atentamente el partido), pero conoce a fondo a los jugadores y muchos de ellos pasaron por sus manos en el trayecto de inferiores en dicho club, que ya lleva muchos años de trabajo. Roberto Gustavo Marioni, como todo Boca Unidos, fueron protagonistas de una epopeya y eliminaron a Racing de la Copa Argentina, en un partido sufrido en los 90 minutos y que lo liquidaron por la vía de los penales. “Estoy muy feliz por esto que logramos y sobre todo por Fernando Alloco, que estuvo casi un año sin jugar por una lesión muy grave y nos dio el gol del triunfo. Y también porque en el equipo jugaron siete chicos de las inferiores”, dijo en diálogo con La Primera de Sol, referenciando la figura de este marcador central que surgió hace mucho tiempo en Colón y del que no muchos se acuerdan.
—Con sabor a hazaña, Roberto...
—¡Seguro!. Tenemos poco tiempo de trabajo, un entrenador que no conoce todavía a los jugadores y algunos que llegaron hace poco y que no están preparados para jugar, como Cristian Nuñez. No teníamos nada para perder, mucho menos con jugadores que nunca jugaron en Primera.
—Y diferencias en todo sentido, siendo que no es lo mismo el alto rendimiento en una Primera que en un Federal A...
—Esas diferencias, hoy, son más perisféricas que profundas. Nosotros entrenamos con los métodos de avanzada, tenemos GPS, cuatro canchas de entrenamiento, césped sintético, gimnasio, nutricionistas, sicólogo. Lo mental influye mucho y naturalmente la preparación previa. Los jugadores de Racing, que fueron profesionales y caballeros en todo momento, no se habrán preparado igual para jugar por Copa Argentina que si fuese por Libertadores, porque no es lo mismo.
—Pero les sirvió y fue la prueba de Coudet a una semana del inicio de la Superliga.
—Racing juega como si fuese un equipo europeo, como lo hace el Tottenham por ejemplo. El primer pase siempre es de Marcelo Díaz y nosotros no podíamos ir a trabar ese primer pase, no estábamos a la altura de generar un palo y palo y menos discutiendo posesión o jugando a presionar allá arriba. Se nos venían los dos marcadores de punta, avanzaban con los centrales... Bueno, ¡qué les puedo contar de lo que ya se sabe y se vé!... Racing mereció más, hay que decirlo así y reconocerlo.
—Tuvieron problemas, no pudieron dormir bien la noche previa y este partido se jugó cuando quiso Racing. ¿Se sintieron perjudicados?
—Vinimos como el pato de la fiesta... Es que el fútbol del interior está cada vez más segregado y un ejemplo es que en la Primera Nacional, los del interior ya no van a Buenos Aires. Esa supuesta federalización que se intentó con los 30 equipos, no tuvo el período de prueba que se merecía. Y hay muchas distancias, fijáte que Estudiantes jugó en Cutral Có y Racing en el patio de su casa. Hay equipos y equipos en el fútbol argentino. Nosotros tuvimos pasajes en avión, pero en el hotel se quemó una fase a las 4 y media de la mañana y empezaron a sonar las alarmas. Tuvimos que salir de las habitaciones y la alarma sonó casi una hora porque el conserje no sabía desconectarla. Nos quedamos sin ascensor y, en otro contexto, seguramente iba a ser más escandaloso. Lo minimizamos y la organización de la Copa se portó muy bien, nos cambiaron de hotel luego del partido, pero hubo jugadores que no pudieron dormir... Salvo Cristian Nuñez, que dijo que no escuchó la alarma (risas).
—¿Cuánto hace que te fuiste de Colón?
—El 30 de noviembre de 2012, dejé mi renuncia en el predio y ese mismo día me fui a Corrientes. Habían empezado los problemas en Colón, sentí que era un alivio para la institución y para el momento, veníamos con un proceso muy bueno junto a Rubén Rossi, que es un hermano de la vida, y él me dijo que estaba difícil la situación y yo lo ví como una posibilidad, porque el proyecto se estaba derrumbando.
—Pero nutrió como nunca a la Primera con jugadores del club y ni hablar del posterior retorno económico, que fue millonario...
—Mirá, si empezamos a hablar de cifras estimativas, porque no soy el tesorero, hay que remontarse a Prediger, con 3 millones de euros al Porto; Bertoglio, con 6 al Dynamo de Kiev; Mugni al Flamento en un millón y pico de dólares, Luque al Inter de Brasil en algo más de 2, Meli a Boca, Graciani a Estudiantes, lo que se conoce de todo lo que dejó el pase de Alario y también lo de Conti. Los números hablan por sí solos.
—¿Sentís a la distancia que se abandonó ese camino?
—Hay gestiones que apuntan a otros caminos, como el de comprar y vender, que el de esperar que uno de inferiores surja porque, quizás, eso no va con los tiempos de los dirigentes y hay que aceptarlo. Yo no opino así y siempre tengo la ilusión que se retome aquello que hicimos en esos tiempos.
—¿Y se puede llevar adelante en Corrientes, por ejemplo?
—Corrientes no es una provincia futbolera, pero aparecen jugadores. Boca Unidos tiene 20 jugadores diseminados en distintos clubes de Primera y es algo que nos llena de orgullo, como contar que casi la mitad de los que estuvieron ante Racing, son jugadores surgidos de las inferiores del club.