Mientras el fútbol argentino abrió el parate, como consecuencia del receso y la Copa América, Colón no perdió el tiempo: avanzó dos casilleros —primero River de Uruguay y después Argentinos Juniors— y se instaló en los cuartos de final de la Copa Sudamericana, donde ahora espera rival: será Zulia de Venezuela o Sporting Cristal de Perú. Así, con la receta de ese doble pasaje copero, Lavallén busca construir un equipo que sea más “confiable”, desde el césped hasta la tribuna del Cementerio de los Elefantes. La medida, a las 13.15 de este sábado, será el Patronato de Mario Sciacqua.
Es cierto que el once “criollo” tendrá tres bajas respecto del once “continental”: Rodrigo Aliendro arrastra una fecha de suspensión de cuando jugaba en Atlético Tucumán; mientras que Alex Vigo y la “Pulga” Luis Miguel Rodríguez quedan descartados físicamente “por precaución”.
Las bajas hacen lugar para el debut total de Gastón Díaz —viene de Vélez— como lateral derecho. En el medio se insertará Fernnado Zuqui, afuera de la Copa por estar expusado. Y arriba, la frescura de Chancalay desplaza a la “chapa” del colombiano Morelo.
Colón, mucho más aliviado al bajarse de cuatro a tres la cantidad de equipos que descienden, sabe que el gran objetivo en esta Superliga 2019/2020 que se inicia es sumar un colchón de puntos que le devuelva la tranquilidad que siempre tenía en la tabla de los promedios.
A favor de Lavallén, además de las bajas mencionadas, hay que agregar que refuerzos como el uruguayo Mauro Da Luz o el tantas veces buscado Federico Lértora podrían concentrar en el mejor de los casos si es que llegan las habilitaciones desde la AFA. De paso, al extenderse el cierre del libro de pases una semana más, se sigue buscando “un 9 grandote que aguante” como pidió Lavallén y un arquero suplente que genere competencia con Leo Burián.
El martes, Colón conocerá su rival sudamericano, soñando con llegar a las semifinales de la Conmebol. Todavía no le programaron el cruce de Copa Argentina y debe jugar la semifinal revancha de Copa Santa Fe. Es decir que está “on fire” en los cuatro frentes. Sigue vivo en todas las competencias.
Siempre es especial un debut en casa. El equipo y la gente, cada uno a su manera, lo saben.
Y también lo sabe Lavallén, el entrenador de turno. Que pasó algunas tormentas pero ahora está enfocado en su gran desafío: que este Colón se haga mucho más confiable.