La histórica banda, integrada hoy por veteranos e hijos de miembros históricos (con Luciano Napolitano en lugar de Pappo) se presentará este sábado en Tribus Club de Arte. Con este disparador, el infatigable Vitico Bereciartúa compartió con El Litoral anécdotas, internas y vivencias de ayer y hoy.
Gentileza Iván Pinto Mi objetivo es que la gente se vaya mejor de lo que vino, contenta, alegre: habiendo visto una banda que suena como tiene que sonar. Y lo estoy haciendo , dice el Canciller del rock nacional.
“Tengo un contacto con Santa Fe tan especial porque mi padre y toda su familia nacieron en Villa Cañás. O sea que para mí es muy importante Santa Fe, ¿OK? Vengo de ahí. ¿Qué te puedo decir? Que lo que estamos haciendo con Riff suena como sonaba Riff en su momento. Está bien, no está Pappo; pero lo más parecido que quedó es Luciano”.
El que habla es Víctor “Vitico” Bereciartúa, mito viviente del rock, que por su don de gentes y su porte aristocrático se ganó el apodo de “el Canciller”. Y de lo que habla es de que llegará este sábado 3 de agosto a Santa Fe con su reformulada versión de Riff: será en Tribus Club de Arte (República de Siria 3572), desde las 21. Junto al histórico bajista y el veterano Héctor “Boff” Serafine (complemento de Pappo en la dupla guitarrística) estará la nueva generación: Nicolás Bereciartúa (hijo de Vitico) en guitarra y coros; Luciano Napolitano (retoño del Carpo) en voz y guitarra; y Juanito Moro (hijo de Oscar, baterista de Serú Girán y de la segunda formación de la banda) atrás de los parches.
Vuelta a la vida
Sobre esa alineación mixta reflexiona el Canciller: “Siempre digo que esto es como un experimento sobre genética y cromosomas. Porque tanto Pappo como Oscar Moro tuvieron un solo hijo, que se dedicó a lo mismo que ellos. Desde ya que Luciano no toca como Pappo, pero sí canta como él, porque tiene la misma voz. Juanito Moro toca muy bien, y le dije de entrada: ‘Por favor, lo que tu papá hacía en los platos vos hacelo en el charleston (hi-hat)’. Para tocar parecido a Pappo está Nicolás, que estuvo en el último año de Riff. Y además, como si todo esto fuera poco está el joven Boff, que ha crecido enormemente como guitarrista y realmente es un placer tenerlo”.
Y agrega: “El baterista más joven es necesario; las voces están más cuidadas. Ya llevamos muchas fechas, y hay gente que llora, pero de alegría: porque están viendo algo que pensaron que nunca más iban a ver”.
—Es como una resurrección.
—Ojalá: si pudiera resucitarlo a Pappo también. Pero el objetivo es que la gente sepa cómo suena una banda de rock en serio. Ese es el gusto que me estoy dando.
Vivencias
—Nunca paraste, venís laburando con Viticus hace un montón de años. ¿Cómo es sacarse un rato la camiseta del equipo propio y volver a ponerse aquella vieja camiseta?
—Tengo las dos camisetas puestas, me saco una y me pongo la otra. Porque Viticus continuó en la línea de Riff.
—Es ese espíritu.
—Absolutamente: es el mismo estilo. Te voy a decir más, para toda la gente de Santa Fe: a los gustos hay que dárselos en vida, ¿OK? Y yo a este gusto me lo daba ahora o por ahí me quedaba con la duda para siempre. Y no hay que quedarse con la duda. Desde que lo vi tocar a Juan Moro, cuando nos juntamos con Luciano... que está recuperado 90 %, siempre dejo un porcentaje que no se sabe (risas). Pero da gusto estar con él.
Volviendo a la genética: tanto en los ensayos, como cuando nos vemos o vamos a tocar, me dicen lo mismo a veces que me hubieran dicho los padres. Se ríen igual, tienen el mismo sentido del humor. Y para mí es como un revival, porque por momentos es como tenerlo a Pappo: el hijo es tan parecido, las mismas reacciones; lo mismo con Moro. Realmente es un gusto que me estoy dando, pero el gusto mío es para dárselo a la gente, para que disfrute esto. Porque es lo mejor que se puede hacer.
—¿Cómo lo viven ellos?
—Con una felicidad total, porque la combinación de las ganas y la juventud de ellos con mi experiencia es muy fuerte: yo aprendo de ellos y ellos de mí. O sea, me he convertido en una especie de vampiro (risas), pero en el buen sentido. Ellos saben cosas y tendencias de cómo es ahora, y yo lo que sé es cómo hay que sonar arriba del escenario.
Un gusto
—¿Qué temas se va a encontrar el público?
—Empecé esto con JAF, porque largábamos la primera parte de la lista con “Riff VII”. JAF cumplió muy bien, y se está yendo a Europa a probar suerte. Entonces hablé con Boff, y es un placer que haya dicho que sí y que disfrute: porque uno tiene su corazoncito, y estar con Boff como en el principio es un placer. Y los tres jóvenes que rinden.
Con (Michel) Peyronel esto no se podría haber hecho. Me dijo: “Yo por menos de 300.000 dólares no me muevo de mi casa; y no hago temas pedorros como ‘(Necesitamos más) acción’”. ¿Sabés qué? Suficiente. ¿Para qué voy a seguir hablando con él?
—Un bajón.
—Además, un baterista que no esté en training no lo puede hacer. Sencillamente porque si en el tema número 11 se cansa y empieza a atrasar delante de 20.000 personas me suicido. Porque además se quiere hacer un manotazo para 20.000 personas y llevársela en ese momento; y a mí lo que gusta es tocar: prefiero hacer 20 shows y llegar a ganar la cuarta parte de lo que hubiera ganado así, pero porque me divierte tocar.
Mirá, mi objetivo... Viví dos años en Inglaterra, y todos los fines de semana me iba a ver a una banda, desde King Crimson hasta Uriah Heep: todo lo que te puedas imaginar. Veía una banda el fin de semana y quedaba toda la semana en el aire de contento. Entonces mi objetivo es que la gente se vaya mejor de lo que vino, contenta, alegre: habiendo visto una banda que suena como tiene que sonar. Y lo estoy haciendo.
Con el Carpo
—¿Alguna anécdota para recordar?
—Te voy a decir una. Salíamos con Pappo del departamento de una señorita muy linda, dos ambientes, pero el baño estaba en el segundo y ella se había quedado dormida. Eran las nueve de la mañana y ya nos estábamos yendo después de pasar una noche muy alegre. Entonces para nos despertarla y no molestar, el Carpo se echa un meo en la piletita de la cocina, ¿OK? En ese momento abre la puerta la mina y empieza: “¡Ay, asqueroso, como vas a hacer una cosa así!”. Nos íbamos, se cierra la puerta, y a los tres pasos el Carpo se da vuelta y golpea. Sale la carita de la mina y le dice: “Te quería avisar que me eché un garco en el horno” (risas). Imaginate la mina cuando fue a mirar (risas). La gracia de que se le ocurra eso, extraordinario.
—¿Sos de hacer retrospectiva o mirás siempre para adelante?
—Siempre. A mí me gusta esto que hago y me emociona: cada show tiene que ser mejor que el anterior. Realmente es lo que más me gusta hacer, y si no lo hago con Riff lo hago con Viticus: estoy muy feliz haciendo esto.
Más acción
—¿Que se viene para el resto del año?
—Tendrías que hablar con mi manager, porque no tengo el fixture. Pero viene todo muy bien.
—¿Cuánto de Riff y cuánto de Viticus?
—Más de Riff, por el momento. Pero con Viticus estamos grabando algunos temas nuevos. O sea que hay Viticus para rato.
—Bueno, te esperamos por acá entonces.
—Los espero a todos en el local Tribus porque van a ver algo que no van a olvidar nunca en su vida ¿Entendés? Una banda sonando como tiene que sonar. Y suena como el Riff de antes, y esto es ahora. Vengan confiados, porque la van a pasar muy bien.
—Y que sea rock.
—Eso lo tenía que decir yo (risas).
Localidades
Las anticipadas en venta a través de sistema Ticketway y sus puntos de venta físicos: Credifé (Santa Fe, Rafaela y Esperanza), Nexon Santa Fe (sucursales Aristóbulo del Valle y Peatonal San Martín), Nexon Paraná (Centro), Nexon Santo Tomé. También se pueden comprar en boletería de Tribus, de miércoles a domingo desde las 18.