Por iniciativa de la Fundación Konrad Adenauer de Alemania (KAS) y la Asociación Civil Estudios Populares (Acep), la ciudad de Santa Fe fue anfitriona esta semana de la XII Cátedra Konrad Adenauer 2019, que contó con la presencia de reconocidas figuras nacionales, provinciales y locales; además del titular de la fundación, Olaf Jacob, y del responsable de la Asociación en Argentina, Oscar Ensinck.
“La Cátedra es un espacio de formación de jóvenes dirigentes que, en este caso, participan tres días en exposiciones académicas y encuentros con personas de la política con el objetivo de formarlos desde el punto de vista académico, además de las prácticas concretas de gestión, convencidos de que un joven para actuar en política debe tener que prepararse para enfrentar los nuevos paradigmas y demandas como las cuestiones de género, de pobreza, de gobierno locales. Hay que tener una mente abierta y estar formado para tomar las decisiones correctas. Nos parece muy buena esta convocatoria que hace la Konrad Adenauer en Argentina y la Asociación de Estudios Populares, que debe ser uno de los institutos más federales de formación que hay en el país”, sostuvo la diputada nacional Silvina Frana, directora de Acep filial Santa Fe.
Para el diputado nacional Daniel Arroyo, en tanto, la formación de dirigentes tiene que tener en cuenta tres características: “Una es que hay mucha conciencia de construir otras ideas y otros paradigmas. Hay conciencia de que con lo que estamos haciendo la cosa no va, Argentina no está funcionando y hay que generar otras ideas, otras políticas. La segunda es que hay una idea de generar políticas públicas, con algunas ideas básicas como que todos los chicos tienen que terminar la escuela secundaria porque de lo contrario no hay salida; hay que cortar la venta de droga en los barrios porque si al que la vende le va mejor que al que trabaja no tenemos destino; y evitar créditos usurarios porque si alguien se endeuda al 180 por ciento porque no le alcanza la plata, termina mal. Y la tercera es que hay más idea de convivencia, evitar la grieta que se convirtió casi en una actitud adolescente”.
—¿Cómo se hace para trasladar esas ideas a la vida cotidiana de la gente?
—Arroyo: Creo que la sociedad está tres pasos adelante de la política y tiene claro que la situación es complicada. Para mí se rompió el contrato social, una parte de la gente dejó de creer en el gobierno, que había generado expectativas. Ahora quiere ver qué hace la oposición, es como que nos está tomando examen. La gente tiene claro que la salida no es fácil, que es muy difícil reconstruír, pero quiere escuchar, está frente al camino de que esto no va, pero quiere saber cuál es la alternativa.
—Hay una idea en la gente que quien se mete en la política lo hace para salvarse y hay muchos casos en los que no es así. ¿Cómo enfrentan esta situación?
—Frana: En general son más noticia aquellas cosas que están mal. Y se da en muchos ámbitos. En mi caso veo en muchos espacios políticos gente que es responsable, que trabaja, que debate seriamente. Y me parece que hay que aprender a destacar estas situaciones porque de lo contrario dejará de existir la democracia. Hoy lamentablemente la clase política está denostada por situaciones que no son buenas pero también porque se le da una gran difusión e ir contra la política es ir contra la democracia. Nosotros lo que pretendemos en la cátedra de la Konrad Adenauer es la formación y el debate serio. No pertenece a ningún espacio político, la forman dirigentes de distintos espacios, no se convoca a un determinado partido sino que se lo hace en general cuando selecciona a los becarios. Creo que son pasos y ejemplos que buscan convivencias.
—Arroyo: Lo que tengo en la cabeza son los conceptos de claridad y coherencia. Lo que digo tiene que ser claro, se tiene que entender y tengo que ser coherente con lo que voto en el congreso, que tiene que ver con la historia, con mis planteos. Me parece que lo que hay que lograr es que la buena gente participe. Cuando los buenos se retiran quedan los vivos y los inescrupulosos. Hay que fomentar la participación, lo que hace Silvina con la cátedra que es recorrer, buscar jóvenes, potenciarlos.
—¿No creen que lo que le falta a la gente de parte de las clases dirigentes, no solo la política, son ejemplos?
—Frana: Me parece que como sociedad tenemos que recuperar valores en general. En última instancia todos somos parte de una misma sociedad, aunque ocupemos diferentes lugares. Y es allí donde el valor de la buena convivencia, del debate constructivo, se deben retomar.
—Arroyo: Y hay una demanda de ejemplaridad. La sociedad mira más de lo que parece lo que sucede, se informa más y ven en quién puede confiar y en quién no. Lo que está buscando es gente común en quién confiar, gente sana que la pelee. La sociedad entiende cuando alguien quiere llevar adelante una determinada política y no le sale. Lo que quiere ver es que trabaje en serio.
Prensa Silvina Frana Olaf Jacob, Oscar Ensinck, Silvina Frana y Daniel Arroyo.
Olaf Jacob, Oscar Ensinck, Silvina Frana y Daniel Arroyo.Foto: Prensa Silvina Frana
La cuestión social
—¿Cómo definirían hoy la cuestión social en el país?
—Arroyo: A mí me parece que en este momento hay algo más profundo que una crisis. Hay una catástrofe social. Una crisis es algo acotado a un grupo, una zona del país, un sector económico. Lo que ha pasado es más profundo. Los más pobres tienen hambre, la gente que hace changas trabaja dos días por semana con suerte, hay 300 mil personas que se quedaron sin trabajo, los que perdieron el empleo perdieron poder adquisitivo con la inflación, el docente que tiene dos cargos se endeuda y el fletero aunque trabaje todo el día se funde porque no le alcanza para pagar los gastos. Estamos frente a una situación social muy compleja que atraviesa la sociedad. De todo eso, las dos cosas que hay que resolver el 10 de diciembre a las 11 de la mañana es el costo de la canasta básica de los alimentos porque si los precios siguen subiendo no hay nada para conversar y el endeudamiento de las familias con la creación de un sistema de créditos no bancarios a tasas muy bajas para desendedarlas.
—Hay un tema paradójico y grave en el país es que hoy el que trabaja es pobre. ¿Que país se puede construir en esas condiciones?
—Frana: El tema es grave. Así mañana haya una redistribución del ingreso, hay un 25 por ciento de los argentinos cuya atención requiere medidas estructurales. Desde 2003 hasta 2012 se pudo avanzar en el combate a la pobreza y al trabajo informal. Pero hay una línea muy difícil de atravesar y eso requiere repensar políticas que seguramente tendrán que ver con el hábitat, que tendrán como principal factor la educación. Estas situaciones requieren que discutamos como distribuimos los recursos, sobre todo los del Estado. Hoy no hay margen para aumentar ningun impuesto, sin afectar el nivel de consumo y de pobreza. El aumento de la nafta empeora lo que nos está pasando. Entonces me parece que con este nivel de recursos tenemos que repensar como atendemos estas situaciones y atravesamos esa línea. Y allí claramente tenemos que revisar la visión productiva del país, las economías regionales.
—Esto tiene que ver con un cambio de modelo económico.
—Arroyo: El modelo del gobierno es soja, minería, sector financiero y salarios bajos. Esto deja afuera a 20 millones de personas. Yo creo que Argentina es además construcción, industria textil, metalmecánica. Sin mercado interno no hay manera de que entremos 44 millones de argentinos en el país. Por el otro lado tenemos que empezar a generar un mecanismo para descentralizar recursos. La reconstrucción de la Argentina viene de abajo hacia arriba. Hay que transferir recursos y fortalecer las economías regionales, generar un mecanismo claro del derecho al primer empleo para que una empresa que tome un joven tenga beneficios impositivos. Efectivamente en la próxima etapa hay armar un esquema de acompañamiento de planes con trabajo. Las personas que tienen planes las podemos dividir en tres: un tercio si la economía crece entran directamente porque hoy estan desacomodados porque el mercado expulsa gente; un tercio necesita capacitación y el otro tercio está muy lejos del mercado laboral por capacitación, adicciones, etc. Todo eso hay que reconstruirlo pero es con mercado interno.
—Y con economía en crecimiento.
—Arroyo: Si acá no crece la economía, esto una sabana corta. Lo que está claro es que si uno quiere desacomodar la vida de los argentinos tiene que aumentar los alimentos, aumentar el transporte y trabar la industria textil y la construcción, que es donde trabaja la mayor parte de la gente pobre. Es eso lo que ha pasado. ¿Si los franceses cuidan su producción primaria como nosotros no vamos a cuidar los sectores donde trabajan mujeres y jovenes? Hagamos mucha obra pública intensiva porque hay un millón y medio de jóvenes que no estudian ni trabajan. Rearmar todo ese esquema me parece que es un punto clave. El gobierno tiene una mirada equivoca: cree con determinados sectores van a venir inversiones que van a derramar sobre el empleo. Como reonstruimos con lo que tenemos es nuestro desafío.
-¿Como impacta el empeoramiento de las condiciones sociales en las adicciones?
-Frana: Hoy las únicas políticas que a nuestro juicio deberían ser prioritarias son las de cercanía que tienen que ver con los temas locales, con la presencia en los barrios. En las cuadra donde no está en Estado hay otras cosas y el Estado puede estar en la escuela, en el deporte, en la generación de oportunidades para que un chico tenga otras opciones que no sea la esquina de la casa. Y para eso se necesita una fuerte inversión social.
Arroyo: Hoy hay un nuevo sujeto social que es el que vende drogas, que no solo le va mejor en términos económicos sino que termina dando créditos. Nosotros tenemos que cortar la venta de drogas, generar un nuevo sistema de créditos, rearmar las escuelas, generar condiciones para los jovenes y tener los centros de atención de adicciones que están faltando en el país.