En los mercados de granos prácticamente no hay operaciones desde el pasado lunes. “En momentos de incertidumbre, el productor prefiere esperar a ver cuál es el valor de su soja, su trigo o su maíz”, comentó un analista.
Desde el lunes prácticamente se encuentran paralizadas las ventas. El salto del dólar dejó sin precio a las cadenas productivas.
En los mercados de granos prácticamente no hay operaciones desde el pasado lunes. “En momentos de incertidumbre, el productor prefiere esperar a ver cuál es el valor de su soja, su trigo o su maíz”, comentó un analista.
Tanto es así que los agroexportadores insistieron con la importancia de que se logre cuanto antes la estabilidad en el tipo de cambio. Desde el sector, reforzaron que el salto del dólar frenó las ventas de grano por parte de los productores y manifestó que si los sobresaltos se mantienen, las cerealeras no podrán comprar ni exportar, y como consecuencia de esa parálisis habrá una merma en el ingreso de dólares, lo que complicará aun más el panorama.
El Mercado de Rosario no registró operaciones los días lunes y el martes por la escalada del dólar tras las Paso ni tampoco se registran valores abiertos debido a la volatilidad del tipo de cambio y a las pérdidas que exhibieron los granos en Chicago.
Para el economista jefe de la Fundación Fada, David Miazzo, al tener el precio de referencia en dólares y cotizar de manera interna en pesos, los granos necesitan un tipo de cambio de conversión. “Con la volatilidad de dólar, no pueden expresar estos dólares en pesos. Nadie quiere concretar ninguna operación porque nadie sabe si el tipo de cambio es de $ 55 $ 57 o $ 61”, remarcó.
Y profundizó: “Al sector agropecuario le impacta de manera distinta según la actividad. El tambo, el feedlot, el engorde de cerdo y el de aves son actividades que tienen granos en su alimentación, por lo que una parte del costo está apuntada en dólares y la demanda está orientada en pesos en el mercado de interno. Les resulta más caro producir y les cuesta transferir este incremento de precios . Esa complicación tarda varias meses para corregirse en un contexto recesivo”, subrayó.
El analista agregó que en este contexto se requiere mayor inversión para la siembra de granos, por lo que “hay que ver cómo estos resultado políticos juegan en esta decisión” de trabajar por ejemplo el maíz. La incertidumbre también tiene que ver con las condiciones de exportación que se darán en un próximo gobierno.
En otros sectores
Según los analistas, la situación de esperar a ver qué sucede se replica en otras actividades de la agroindustria. Por caso los molinos de harina de trigo. Diego Cifarelli, presidente de la Federación de la Industria Molinera (Faim), remarcó ante las consultas de los medios nacionales que las firmas del sector están abasteciendo de manera normal a sus clientes, atendiendo pedidos de la semana previa con precios anteriores ($ 900 la bolsa), mientras se toman nuevos encargos pero con precio a fijar “una vez que se recupere la calma”.
“La actividad harinera tiene 80% de sus costos dolarizados, con lo que el traslado (de la devaluación) será prácticamente lineal, pero una vez que se estabilice”, aclaró Cifarelli quien, no obstante, estimó que la remarcación rondará entre 15% y 20%, y reforzó que esa suba debería incidir en no más de 3% en el valor del pan al consumidor.
Pedido de aceiteros
El presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y del Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), Gustavo Idígoras, manifestó que “el resultado de la Paso es un resultado muy sorpresivo y marca tendencia para las elecciones de octubre”.
“Como industria exportadora esperamos tener una economía estabilizada en todos estos meses, permitir que se llegue a las elecciones de octubre en un marco de tranquilidad, y que podamos seguir trabajando”, señaló el titular.
Según Idígoras: “Venimos de un año muy negativo con una fuerte sequía, y esta es una gran campaña agrícola, donde tenemos que tratar de comercializar y exportar de la mejor manera posible. Para ello necesitamos tener un tipo de cambio estable, cosa que no sucedió en el día de ayer”, añadió.
“Si no se estabiliza el dólar, no sólo va a perjudicar a los exportadores, sino también a toda la Argentina ante la falta de ingreso de divisas. Estamos en una semana clave. Ayer salimos a comprar la tonelada de soja a $ 12.000, cuando habitualmente estaba en $ 9.500 promedio, y eso no generó ningún tipo de reacción por parte de los productores. Tenemos gran parte de la cosecha aún sin comercializar”, explicó.
Leche y carne
Otra actividad que vuelve a tener los problemas que había enfrentado desde agosto de 2018 es la lechería. Tras haber comenzado a recuperar rentabilidad en marzo último luego de 13 meses consecutivos de números en rojo y cierre de establecimientos, y con un precio por litro en torno a $ 16, la suba del dólar volverá a impactar en los costos de alimentación de las vacas, sobre todo el alimento balanceado, un insumo clave en la actividad que también sigue al dólar.
“Volaron los costos de los tambos, y el precio de la leche cayó de u$ s 0,35 a u$ s 0,26/litro” en tranquera” de tambo, señaló un reporte de la Caprolecoba.
Similar situación enfrentan los productores de ganado para carne, con valores del kilo vivo con leves subas en pesos. Todo en medio del financiamiento cortado ya hace meses por las altas tasas de interés.