La verdad es que se me hace muy difícil encontrar la última vez que comenté un partido de Colón con la satisfacción de hacerlo después de haber visto jugar al equipo como lo hizo anoche ante Zulia FC de Venezuela.
Con un gran segundo tiempo, Colón venció 4 a 0 a Zulia de Venezuela y se metió entre los mejores cuatro de la Copa Sudamericana. El Sabalero es el único equipo argentino entre los semifinalistas del certamen.
La verdad es que se me hace muy difícil encontrar la última vez que comenté un partido de Colón con la satisfacción de hacerlo después de haber visto jugar al equipo como lo hizo anoche ante Zulia FC de Venezuela.
Pienso que lo mismo le debe haber pasado al hincha rojinegro. Luego de tanta malaria futbolística y de resultados, sobre todo en la Superliga, el 4-0 frente al elenco venezolano tiene que haber “empalagado” al Sabalero.
Ya voy a entrar en lo estrictamente futbolístico, que razonablemente quedará en segundo plano después de superar esta llave de la Copa Sudamericana. Porque lo que logró Colón la noche de ayer en el Brigadier López ante más de 32.000 personas es algo histórico y con el paso del tiempo se convertirá en otro de los “mojones” de la vida de la entidad del sur de la ciudad.
En el cotejo internacional número 40 disputado, Colón se ha metido entre los mejores cuatro equipos del segundo certamen de clubes en importancia del continente (después de la Copa Libertadores), siendo el único que representará a Argentina en semifinales.
Ahora sólo resta saber si Colón enfrentará en esa instancia a La Equidad de Colombia o a Atlético Mineiro de Brasil (la semana que viene jugarán el encuentro de ida en Belo Horizonte); así que solamente le quedan dos choques para instalarse en la final (partido único), que se disputará el 9 de noviembre en el estadio Pablo Rojas de Asunción de Paraguay. Y después de la producción de anocheà, ¿por qué el hincha rojinegro no puede comenzar a soñar?
¡Por fin!
Ahora sí, vamos a hablar de lo sucedido anoche en el campo de juego. Recordemos que Colón venía de perder en Venezuela 1-0 (mostrando una pálida imagen, pero que hubiese cambiado si no le anulaban el gol lícito de Olivera); que en la Superliga perdió los dos partidos que jugó (y el promedio se vino abajo); y que a raíz de eso Pablo Lavallén estaba “grogui” (nadie asegura que después de la goleada haya recuperado totalmente su figura).
Lo que es innegable es que el equipo (quizás por la obligación) mostró otro aspecto, otra fisonomía. Si bien el primer tiempo fue malo desde lo técnico, casi parecido a lo que venía exponiendo, por lo menos se notaba otro tipo de carácter, yendo a buscar el empate 1-1 en el global desde el inicio. Lo tuvo Bernardi, pero su zurdazo fue interceptado por las piernas del arquero visitante.
De todos modos no encontró la fórmula para entrarle a la ordenada defensa de los venezolanos en todo el período. Lo rescatable en 46 minutos de juego fueron las ganas, pero más que nada sin caer en la desesperación.
En el complemento entró otro Colón. Con las mismas ganas, es cierto, pero además con Morelo de entrada, quien a los dos minutos metió un derechazo imposible de parar por Morales para el 1-0 e igualar la serie.
Lo principal ya estaba. Pero no se quedó con eso. El equipo siguió apretando (con los 32.000 hinchas haciendo lo mismo desde afuera) y por eso no extrañó que llegara el segundo, a los 20 minutos, con una gran contra definida exquisitamente por la “Pulga” Rodríguez. Zulia se caía a pedazos, el árbitro expulsó a dos jugadores visitantes y Colón aprovechó para asegurar la llave con el 3-0 de Chancalay. De todas maneras, todavía quedaba el premio para el “batallador” del equipo, Lértora, que con una hermosa definición cerró el resultado.
En una semana muy complicada para el país después de las elecciones, Colón obtuvo un triunfo sin “grietas” que se cotiza más que el “dólar”. Por lo menos hay una parte de la ciudadanía que se permite soñar, es el pueblo Sabalero, que mira el futuro (el internacional sobre todo) con mucho optimismo.
Burián (5): a excepción de algún remate de media o larga distancia, o en un par de centros, no tuvo necesidad de intervenir en todo el partido.
Vigo (4): jugó sólo el primer tiempo. Regular en la marca e impreciso con la pelota. Después se supo que no estaba 10 puntos físicamente.
Acevedo (5): con algunas dudas cuando tiene la intención de salir jugando; esta vez no tuvo tantas fallas defensivas como venía mostrando.
Olivera (7): uno de los pilares de la defensa y del equipo. No perdió ningún mano a mano y ganó siempre que se decidió a anticipar.
Estigarribia (6): buena labor del paraguayo como lateral izquierdo. Zulia no atacó mucho por su lado, eso lo favoreció y pudo sumarse en ofensiva.
Bernardi (6): perdió varias pelotas, como casi siempre, pero no hay que negar que siempre “está”. Pudo abrir el marcador apenas empezó el partido.
Lértora (7): muy buen rendimiento del mediocampista central, cumpliendo esa función y la de auxiliar a la zaga central. Convirtió el cuarto gol con una gran definición.
Zuqui (6): en la etapa inicial, como “doble cinco”, no se destacó tanto como cuando jugó de lateral derecho en el complemento, en lugar de Vigo.
Aliendro (6): mucho despliegue físico, pero además se nota que se conocen mucho con la “Pulga” Rodríguez, con quien se asoció bastante en el segundo tiempo.
Rodríguez (7): en el primer período apareció muy poco; en el segundo, aun equivocándose en algunas jugadas, fue fundamental con su gol, el segundo, que tranquilizó al equipo.
Leguizamón (4): en el primer tiempo, las pocas que tocó, las resolvió mal; en el segundo mejoró, participó en la jugada del primer gol y luego fue reemplazado por Fritzler.
Morelo (7): le cambió la cara al equipo. Ingresó al comenzar la segunda etapa y a los 2 minutos puso el 1-0. Luego fue una continua amenaza para la defensa venezolana.
Fritzler (5): entró por Leguizamón después del 2-0 para ayudar a Lértora en la contención.
Chancalay (6): reemplazó al extenuado Aliendro a los 32 minutos del complemento y a los 36 puso el 3-0 tras una buena jugada de Bernardi por derecha.