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Aunque aún no hay una definición, si en octubre se repitiera el resultado de las PASO volverían al poder quienes tomaron al sector como un enemigo. Cuidar las relaciones, sobre todo dentro de la empresa, es una de las claves propuestas por el asesor Fernando Ravaglia.
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¿Cómo puede prepararse un productor agropecuario para una vuelta al populismo autoritario que durante doce años atacó sistemáticamente al agro? El resultado de las PASO, aunque aún no han establecido ninguna definición, indica que la posibilidad es muy alta. Y frente a esto es preciso aprovechar el tiempo para tomar algunos recaudos.
“En caso de que se confirme la tendencia de las PASO hay cosas objetivas para plantearse”, señaló el asesor Fernando Ravaglia. Si bien su criterio es “hay que esperar lo mejor y prepararse para lo peor”, de ratificarse en octubre los resultados de las primarias sugirió “hacer una economía de guerra en la empresa, cuidar al máximo los recursos que tengo, consolidar las relaciones con proveedores y clientes”.
Uno de los puntos centrales que planteó el asesor se asienta en las relaciones inter personales. Y recomendó cuidarlas, tanto en la familia como con quienes se hacen negocios. En este sentido recordó “los líos en los que se metió el sector en momentos de pum para arriba, con explosión de precios”, en referencia a las consecuencias del auge de los pooles y la soja. “Fue un momento de euforia absoluta en los que un montón de gente tiró a la basura relaciones de años con proveedores y clientes con quienes tenían confianza y por dos mangos más los dejaron colgando, los perdieron y después se fundieron”.
También les sugirió: “traten de tener cintura, no jueguen al límite; no se aten a esquemas productivos súper rígidos; mantengan flexibilidad y resto financiero en el bolsillo si es posible; preparen a sus familias para pedirles sacrificios”. Lo mismo hacia el personal empleado, con quien debe haber una relación consolidada. “Yo quiero empezar una situación complicada sabiendo que la gente que tengo al lado me acompaña y puedo confiar en ella, no empezar a ver que se me va el tractorista, el tambero, un empleado y quedarme colgado”, alertó.
En la fase administrativa, propuso a la empresa agropecuaria prepararse tratando de llegar con reservas. “No tener todo el dinero en el circuito productivo; tratar de tener un resto financiero, plata guardada -obviamente no un plazo fijo en pesos- en bienes realizables”. Por caso los agricultores en granos o los ganaderos en novillos. “Es dinero que pueden hacer rápido para pegar un volantazo ante una necesidad”.
La posibilidad de volver a un gobierno populista “es un sopapo”, dijo Ravaglia, y frente a eso planteó: “qué suerte que me lo dieron dos meses antes”. Porque hay tiempo de ordenarse, incluso para el conjunto de la sociedad. Y para eso consideró importante “poner cabeza, corazón y tripas”.
El primer punto implica “poner la cabeza objetivamente” y no dejarse llevar por el desánimo, para evaluar qué tan solida es la situación personal en el presente y ante la situación potencial que puede darse a futuro.
El segundo, es “ordenar mis sentimientos; manifestar lo que siento, no tragármelo”. Ante la bronca, “charlarlo y exponerlo con mi familia, pero no esa bronca de desparramar quejas, lamentos, puteadas porque eso es energía desperdiciada”. Según su visión, “blanquear esos sentimientos, por un lado me permite liberar la cabeza, que no funciona con claridad cuando los sentimientos están entreverados”.
Y las tripas “vienen por el lado del bolsillo, de ordenar la economía de la empresa; prepararse para usar la coherencia y el sentido común, en caso de que haga falta qué recortes tendré que hacer, qué sacrificios o postergaciones deberé realizar y en qué voy a poner el foco para que mi empresa siga funcionando”. Por ejemplo para seguir pagando insumos, sueldos y los costos del funcionamiento familiar.
Ordenados esos tres elementos, sigue recuperar la energía y el ánimo para salir a pelearla. “Y cuidar lo verdaderamente importante; los afectos, sobre todo la familia; mi salud, para poder tirar del carro y no ser una carga”.
Ravaglia remarcó que “para todas la situaciones hay que saber sacar lo bueno dentro de lo malo”. Y en las crisis se puede aprender mucho, se pueden hacer cambios.