“Los humedales en buen estado prestan innumerables beneficios a la población, de tanta importancia como seguridad alimentaria, seguridad del agua, un seguro ambiental gracias a la formación de zonas tampón naturales frente a los daños que causan las tormentas, inundaciones y sequías. A todo ello, hay que añadir su valor espiritual, recreativo, educativo y cultural”. La definición es del diputado Fabián Palo Oliver (UCR) al justificar el proyecto de ley aprobado por la Cámara Joven que declaró de interés provincial “la preservación, conservación, defensa y mejoramiento de los humedales y sus elementos constitutivos que, por sus funciones y características, mantienen y contribuyen a sostener el orden de dicho ecosistema”.
El legislador fue el autor del proyecto aprobado y girado en revisión al Senado y que tiene fijados una serie de objetivos a cumplir: el ordenamiento del emplazamiento poblacional, la actividad industrial, y la actividad agrícola-ganadera existente; y la expansión de las fronteras productivas, en función del resguardo del hábitat y su entorno; la utilización racional del suelo, el agua, la flora, fauna, paisajes, y demás recursos naturales en función de los valores del ambiente, su defensa y preservación; la creación, protección, defensa y mantenimiento de áreas y monumentos naturales, refugios de vida silvestre, reservas forestales, áreas verdes de asentamiento humano y cualquier otro espacio que conteniendo suelo o masa de agua con flora nativas, y exóticas, elementos culturales o paisajes, merezcan ser sujeto de un régimen especial de cuidado y atención; el control, reducción o eliminación de actividades, procesos, actividades o componentes del medio que ocasionen o puedan ocasionar perjuicio al ambiente y la salud del hombre, como también a su flora y fauna; desarrollo y fomento de procesos educativos y culturales a fin de promover la preservación, conservación, defensa y mejoramiento del ambiente; y la planificación y aprovechamiento de los humedales considerando el uso sustentable y respetuoso de sus características ecológicas no pudiendo prescindirse de su elasticidad, teniendo en cuenta la relación existente entre la superficie ocupada durante la fase de máximo anegamiento, inundación y de sequía extrema, así como también la conservación de los servicios ambientales que brindan.
En otro artículo considera servicios ambientales de los humedales a los beneficios tangibles o intangibles derivados de la estructura y funciones de estos ecosistemas.
Dispone además que se podrán realizar en los humedales todos aquellos aprovechamientos tradicionales que no afecten su funcionamiento y sean compatibles con los objetivos de la norma que deja en manos del Ministerio de Medio Ambiente la aplicación.
El artículo segundo del proyecto votado precisa el significado y la comprensión del término humedales que son “las extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de aguas, sean éstas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros, así como también sus zonas ribereñas o costeras adyacentes, y las islas o extensiones de agua marina de una profundidad superior a los seis metros en marea baja, cuando se encuentren dentro del humedal, y especialmente cuando tengan importancia como hábitat de aves acuáticas”.
Palo Oliver destacó a El Litoral que “el valor principal de proteger los humedales es proteger el valor intrínseco de nuestra naturaleza” y subrayó que ese complejo ecosistema al verse afectado solo uno de sus componentes “alteraría de gran forma el estado natural creado”.
Destacó el legislador la importancia que tuvo la definición del gobierno provincial del sitio Ramsar Jaaukanigas para la región norte santafesina. El sitio pertenece a una categoría de reserva reconocida a nivel internacional, y “que desde su origen viene reflejando los efectos positivos del desarrollo y protección de la misma, en todos los aspectos, tanto en lo laboral, social, cultural y de armonía con el medio”.
Por último el legislador instó a repetir esa actitud. “Es imprescindible continuar por este camino a modo de proteger el hábitat para bienestar , ya no sólo, de los pobladores locales, sino de la comunidad toda”.