Nadie duda de que Lucas Ariel Pirovano (28) era un buen muchacho. Y fue quizás esa bonomía la que lo condujo a su propio final.
Luego de agonizar varios días, falleció en el hospital Cullen. No hay detenidos.
Nadie duda de que Lucas Ariel Pirovano (28) era un buen muchacho. Y fue quizás esa bonomía la que lo condujo a su propio final.
Todo comenzó el sábado pasado cuando alguien lo invitó a una reunión de amigos. Lucas, como siempre, asistió confiado. Sin embargo esa reunión terminó siendo una cita con la muerte.
Durante dicho encuentro, celebrado en un modesto inmueble de pasaje Braile al 4700 (en Santa Rosa de Lima), Lucas advirtió situaciones que no eran de su agrado (le pedían plata). Es por eso que, al cabo de un rato, optó por retirarse.
La partida de Lucas no cayó del todo bien en el resto del grupo. Pese a que le insistieron para que se quede, el joven partió en dirección a su casa.
Fue entonces cuando uno de los individuos decidió darle una reprimenda por el rechazo. Este sujeto salió tras los pasos de Lucas y en plena calle lo despojó de sus pertenencias.
Su último acto
Aturdido por lo ocurrido, Lucas se tomó unos minutos hasta que decidió regresar al lugar de la reunión para intentar recuperar sus cosas. Claro que sin saber que con ello ingresaba a la antesala de su muerte.
Solo unos segundos pasaron hasta que el filo de un hacha se estrelló contra su cabeza. Luego otro golpe para rematarlo.
Los autores de la agresión, quizás creyéndolo muerto, arrastraron el cuerpo varios metros hasta que lo dejaron en cercanías de un pasillo. Poco después, con total impunidad, tiraron agua y arena para borrar los rastros de sangre.
Ese mismo sábado el infortunado ingresó al hospital Cullen en estado desesperante. Luego de la atención de los médicos, quedó alojado en la Unidad de Terapia Intensiva hasta el mediodía del jueves en que se produjo su fallecimiento.
Pocas pistas
A partir de entonces el caso es analizado por los agentes de la PDI quienes procuran determinar quiénes fueron los asistentes a aquella fatídica reunión.
En este sentido algunas versiones señalan a un tenebroso sujeto como el autor del crimen de Lucas.
Este individuo es un conocido “personaje” que cobró fama por “empastillarse” y disparar contra los vecinos con una carabina, entre otros hechos.
Profesor de oficios
La muerte de Lucas provocó un profundo dolor no solo entre sus familiares (era el menor de seis hermanos), sino en otros ambientes donde se lo conocía.
El joven se desempeñaba como profesor interino en la escuela técnica 1299 (frente a la Maestranza Municipal), donde daba cursos de refrigeración (instalación de aire acondicionado y reparación).
Su tiempo libre lo repartía entre la crianza de sus hijos (menores de edad) y en ayudar a su padre en el taller de bicicletas ubicado en Mosconi y Lisandro de la Torre.