En la puerta del Colegio Mayor Universitario hay un cartel hecho en computadora que dice: “Se terminó la ayuda. No hay más chicles”. Los chicles son de ayuda en un montón de ocasiones, pero aquí se alude a una bien concreta: quienes concurren al edificio, que es sede del Movimiento Los sin Techo, lo hacen para buscar comida, alguna posibilidad de changa, un mínimo auxilio para pasar la jornada. O una golosina, como el chicle, que se pueda vender en la calle para comprar algo de todo lo demás.
Las golosinas y alimentos son provistos por una empresa de la región que colabora de esta manera con Los sin Techo, y son bienvenidos para paliar una situación que, como se verá, es grave. En esta mañana de sábado, en la sede del Colegio está José Luis Zalazar, responsable de Hábitat y Desarrollo Comunitario del Movimiento, quien no duda en asegurar que en los últimos tres años se observa “un aumento creciente, notable, asombroso y sostenido de la indigencia”, que está arriba del 4 ó 5 % en la ciudad.
Pero más allá de la cifra que espanta y conmueve, dice que es mejor saber “qué es la indigencia”, concepto que comprende a “aquella familia que vive en la marginalidad y no tiene para comer”. Esa es la condición que ha crecido en la capital provincial donde hay 3.225 familias que no acceden a lo mínimo.
Mientras tanto, “para que las 1880 calorías diarias le lleguen a cada hijo y las 2770 a cada adulto, cada una de esas familias necesita 12.500 pesos por mes. No los tiene. Tal vez tenga dos hijos con sus respectiva Asignación Universal. Faltan 7500 pesos para completar el total y no están”.
No es necesario aclarar que detrás del cálculo descarnado que esboza Zalazar hay historias de vida complejas, complicadas, de una miseria arrastrada por años y agravada en los últimos años por la merma o desaparición de las changas, uno de sus principales sustentos.
“El indigente de hoy era el jornalero de la clase media que ahora también se tuvo que ajustar”. Para el referente de Los sin Techo, “ahí se produce un crack, esa es pobreza perpetua, la de un padre de familia que se levanta en uno de los 2200 ranchos que hay en la ciudad y sabe que no tiene para darle de comer a sus hijos”.
Argentina es el Titanic: la primera clase siempre se salva. El resto se va a ir hundiendo uno por uno. No hay salida si no es invirtiendo”.
José Luis Zalazar (Movimiento Los sin Techo)
Para Zalazar, como para otros integrantes del Movimiento que se han expresado en estos años sobre el tema, la decisión para resolver la indigencia es “política”. Y el cálculo es de 20 millones de pesos mensuales para poder decir “Santa Fe libre de indigencia”.
Mientras tanto, la situación compromete el presente y el futuro: “Varios de nuestros jardines maternales trabajan en conjunto con Conin y hemos descubierto que el 35 % de esa población está desnutrida o malnutrida”. “Es obsceno” -se escanzaliza Zalazar-; hay que dar vuelta la taba y revertirlo”.
Y cita entonces al recordado Atilio Rosso, fundador del Movimiento, que hace 20 años -10 antes de morir- “pronosticaba esto cuando decía ‘resuelvan el problema de la pobreza porque va creciendo’, y es el sistema capitalista el que tiene que invertir; es una decisión política”.
En el mismo salón donde transcurre esta charla hay computadoras. Son las que utilizan jóvenes que integran el Vuelvo a Estudiar Virtual, que puso en marcha el Ministerio de Educación.
Para Zalazar, “el programa es lo mejor que hubo en los últimos años”. Y describe la situación que se repite cuando hay clases y “las mujeres vienen a terminar la secundaria con sus hijos, alguno prendido de la teta, y hay tutores para hacer el seguimiento y gente del Colegio que acompaña a los niños”. El programa está vigente en cuatro barrios donde el Movimiento tiene base, además de la sede central; y de la población que asiste, casi todas son mujeres. “Hay que ver el cambio: cuando llegan vienen hechas ‘harapos’, con mucho sufrimiento detrás y cuando están por terminar, cambian la autoestima, la manera de hablar”, dice quien promete hacer una fiesta cuando alguna de ellas anuncie que, al fin, podrá ingresar a la universidad.
>>> VIVIENDAS POR RANCHOS
Para este lunes está prevista la firma de un convenio entre el Movimiento Los sin Techo y el gobierno de la provincia para construir 200 viviendas: 140 en Loyola y 60 en Santo Domingo. “Es una buena noticia, es alentador”, se entusiasma José Luis Zalazar aunque aclara: “Cuando se levantan, quienes gobiernan la provincia, la municipalidad y el país tienen que saber que en Santa Fe hay un rancho nuevo por día y ésto se resuelve con 400 casas por año”.
“Solamente quienes lo viven pueden describir cuál es el cambio de un rancho a una casa, cómo cambia la autoestima de los chicos, del abuelo, de la mamá que lo habita”, reflexiona.