A partir de este lunes 2 de septiembre, empezó a funcionar el aumento de un 15 %, que definió la Asociación de Transportistas Escolares (ATEA) de Santa Fe, para el traslado de alumnos a las distintos establecimientos educativos. De esta manera, el piso (que era de $ 2.000), ahora oscila entre los 2.300 y los 2.500 pesos, con techos de hasta 3.000 y 3.200, según el trabajo, la distancia, si hace contraturno (es decir si hay que esperar un alumno a que salga un poco más tarde del horario habitual), etc.
“En principio se habló de un 20 % de aumento, pero en la reunión de comisión decidimos que no sea tanto para no afectar el bolsillo de nuestros clientes. Es una cuestión lógica, teniendo en cuenta que si aumentamos mucho, no vamos a tener pibes para llevar porque los padres no pueden pagar el servicio”, comenzó diciendo Jorge Blesa, tesorero de la ATEA.
“No podíamos aguantar más la situación. Lamentablemente siempre tenemos que subir la cuota después de las vacaciones de julio, porque sino, no nos podemos mantener. Y este aumento, no tiene nada que ver con la suba del combustible, de hecho fue lo que menos modificaciones tuvo en nuestro rubro. Pero lo que se nos fue por las nubes son los precios de los repuestos, que están directamente relacionados al dólar. Y también la mano de obra de algunos mecánicos. Pero además tenemos incrementos en prepagas, seguros, pago a empleados etc.”, agregó Blesa.
El dirigente transportista también confesó que muchos padres que se quedaron sin trabajo, no les quedó otra opción que dejar de mandar a sus hijos en transporte, porque dicho servicio, no es prioritario para ellos. “No todos trabajamos con hijos de empleados públicos o cuyos padres están en una buena posición económica. Sino que también lo hacemos con aquellos que tratan de estar pendientes de alguna changa para poder ayudar en su familia. Hoy llegamos a la puerta de las escuelas y vemos que el chico que llevábamos hace un tiempo atrás, se vuelve a la casa con el papá o la mamá en moto o en bicicleta”.