El gobernador Miguel Lifschitz objetó este lunes las medidas de control cambiario anunciadas el fin de semana desde la Casa Rosada. “Son medidas de coyuntura -disparó el mandatario-. El propio gobierno las cuestionó y criticó durante cuatro años, y ahora las aplica de manera absolutamente improvisada y de modo inexplicable. Porque si eran buenas, no se entiende porqué no los instrumentó antes; y si considera que son malas como parecía que era lo que pensaban, tampoco se explica porqué las están anunciando”, reflexionó.
Tras participar en esta ciudad del acto por el día de la Industria (ver aparte) y consultado por El Litoral, el mandatario describió el impacto que esta nueva coyuntura genera en las finanzas públicas. “Todo esto paraliza la actividad económica y eso tiene un impacto directo después en la recaudación de los recursos provinciales y nacionales que se coparticipan. Y ello, al margen de las medidas impositivas que ha tomado el gobierno nacional durante la semana anterior y que también tienen un impacto alto sobre las finanzas provinciales”, explicó. “Estamos muy preocupados -admitió el gobernador-. Estamos analizando la situación día a día porque permanentemente se van agregando nuevas disposiciones y también estamos atentos a la situación social”.
Lifschitz hasta relativizó la instancia electoral prevista para octubre donde se deberá definir -o confirmar- el futuro presidente de la Nación.
“Me parece que eso pasa a un segundo plano. Todo indicaría que el resultado electoral ya está como cantado; difícilmente haya modificaciones al menos en la categoría presidente. Creo que nadie seriamente considera que pueden modificarse los resultados de las primarias. De todas formas -admitió-, faltan dos meses. Es un tiempo demasiado largo en esta situación de inestabilidad y va a depender mucho de la responsabilidad del gobierno actual y de quien hoy ha sido prácticamente ungido de manera virtual como próximo presidente”.
El gobernador desestimó que adelantar las elecciones sea una salida saludable. “Eso sería agregar más nafta al fuego”, sentenció, ante la consulta de este diario. “Es inviable jurídicamente -acotó-. La Constitución no lo permite. Me parece que eso sería generar un tembladeral desde el punto de vista institucional, mucho más grave todavía. Lo que hay que hacer es tratar de transitar estos meses intentando poner paños fríos, estabilizando la economía y buscando un camino de diálogo y transición entre las fuerzas más importantes de la provincia”.
Lifschitz sostuvo que ante la situación que se atraviesa “todos los sectores están pidiendo ayuda porque nadie la está pasando bien; desde los más vulnerables y postergados, hasta los empresarios. Todos están atravesando serias dificultades. Unos, para poder alimentarse; y otros para tener la fuente de trabajo. El país está en una situación muy crítica en cuanto a lo social, lo económico y lo político.”, concluyó.
Para Miguel Lifschitz, “no tiene sentido” ponerse a discutir ahora sobre la necesidad de mantener o modificar la instancia de las primarias. Pero dijo que sí es un debate para el futuro. “En otro momento de la Argentina habrá que establecer seriamente un sistema electoral que sea estable, permanente y que no pueda ser modificado según la conveniencia del gobierno de turno”, planteó.
Lifschitz admitió que debieron reforzar las partidas destinadas a salud porque frente al déficit del Pami y otras obras sociales, como también, las restricciones de nación frente a la provisión de medicamentos, se ha visto “sobrecargado” el sistema de salud pública. “Nos vimos obligados a reforzar esas partidas”, reveló.