Lisandro Plank
El viernes 6 de septiembre, a las 21, Sig Ragga regresa a Tribus Club de Arte (República de Siria 3572) para presentar la primera parte de su cuarto álbum. La segunda y tercera parte serán publicadas en los meses de octubre y noviembre, respectivamente.
Lisandro Plank
Con más de veinte años de trayectoria, la banda Sig Ragga supo consolidar un estilo musical único en su especie, buscando siempre nuevos horizontes estéticos y estilísticos. Desde su primer disco, homónimo, los santafesinos comenzaron a tener un roce internacional que seguirían cosechando en cada una de sus placas, con varias nominaciones en diferentes categorías de los Grammy Latinos.
A pesar de que en sus inicios se los intentaba emparentar con la música reggae, nunca fue fácil encasillarlos en ningún género específico, sobre todo por la búsqueda incansable que los músicos llevan a cabo en cada canción, explorando universos artísticos tan propios como heterogéneos. Desde el uso de un dialecto propio, que llega a ser aprendido por sus seguidores de todas partes del globo, hasta la utilización de numerosas pistas para construir sus canciones, Sig Ragga evoluciona en cada disco.
En agosto, los santafesinos publicaron la primera parte de “Relatos de la Luna”, su cuarto trabajo discográfico que irán presentando paulatinamente para alimentar así la curiosidad y la expectativa de sus fanáticos, y seguir construyendo esa especie de mundo mágico, con leyes propias, que estos polifacéticos artistas han sabido construir en su extensa trayectoria.
Para desandar las claves de su nuevo trabajo y también palpitar cómo será la presentación del próximo viernes en nuestra ciudad, dialogamos con Tavo Cortés, tecladista y vocalista de la banda.
—¿Cómo definís “Relatos de la Luna”?
—“Relatos de la Luna” es un disco de canciones que tiene cierto formato collage, que es algo que siempre intentamos mantener a nivel estilístico: muchas canciones que son muy diferentes entre sí. Pero, por otro lado, por ahí desde las letras, desde las temáticas que tratan las canciones, puedo percibir cierta continuidad. En este disco hay una necesidad de expresar ciertas cosas que tienen que ver con la realidad social que vivimos, con las injusticias y con ciertos temas tabú: la Iglesia, el Estado, el feminismo, la situación que se vibra en la calle. Yo lo asocio directamente con el momento del país que estamos viviendo. Los últimos años fueron bastante intensos y vemos cómo hubo un viraje bastante extremo hacia una realidad angustiante, y no solamente en Argentina, sino en todo Latinoamérica y en el mundo. Lamentablemente estamos pasando un momento bastante complicado, y quizás eso influye en que estemos más atentos y más indignados, o con más necesidad de hacer algo desde el lugar que ocupamos.
Con lo cual puedo resumir que veo que es un disco bastante heterogéneo en cuanto a lo estilístico, pero que tiene como hilo de continuidad una impronta temática que apunta a esa sensación de respuesta y rechazo hacia la realidad social que estamos viviendo. En cuanto a lo estrictamente musical, seguimos abriéndonos a estilos que no habíamos tocado y exploramos cosas que no habíamos hecho, o que quizás habíamos comenzado a investigar en los discos anteriores y que ahora profundizamos.
—¿Por qué “Relatos de la Luna”?
—La idea aparece con una canción que tenemos hace bastante, y que próximamente estaremos presentando, que se llama “La Luna y el castor” y que fue muy movilizadora, por lo menos para mí. Apenas surgió me apareció esa sensación de “acá tenemos el disco”, en esa canción percibí por dónde íbamos y hacia donde nos dirigíamos; por más que después resultó ser muy distinta a las demás pistas, ahí estuvo el germen. La letra habla de un castor, y una conversación del animal con la luna y terminó siendo una metáfora del trabajo y de la explotación; aborda desde un modo fantástico la idea de la naturaleza como un ser viviente, dándole cierta subjetividad al animal y a la luna conversando, también apareció esa idea de lo nocturno y de una especie de oscuridad que después se terminó materializando en el concepto de este disco que tiene como protagonista a la Luna.
—¿Cómo fue la producción y grabación de este cuarto disco?
—La grabación y la producción del disco fue larga, la hicimos casi enteramente en mi estudio casero, en Santa Fe y otra parte, la de edición, la terminamos justo cuando me mudé a Buenos Aires. Fue largo, porque en realidad empezó hace como tres años; empezamos a componer mucho y libremente, agrupando todo en una carpeta, donde ya teníamos bocetos, y muchas ideas sueltas que habían quedado afuera del disco anterior. Nosotros nos manejamos así, tenemos carpetas; “ideas”, “ciencia ficción”, “la luna”, “industrial”, van surgiendo cosas y vamos grabando. Así que durante varios años fuimos llenando esa carpeta, y fuimos desarrollándola. A veces juntos, a veces por separado, paulatinamente lo fuimos concretando. Todo grabado en casa: los teclados, las guitarras, las percusiones, las voces; y después la batería las grabamos en un estudio en Buenos Aires porque para eso ya se necesita otra infraestructura con la que no contamos. Y el bajo lo grabó Juanjo (Casals, bajista) también en su casa. Y ahí, con todo el material en mano, se dio la posibilidad de trabajar nuevamente con el sello S-Music, con quienes hicimos el disco anterior y ellos nos fueron acompañando para terminar de ensamblar todo.
—¿Cómo surgió la idea de publicarlo en diferentes etapas?
—Es una idea que nos sugirió el sello. Fuimos conversando en cómo lo íbamos a publicar y hablando con el director de S-Music, nos propuso esta idea que tiene que ver con cómo está cambiando la realidad de la actividad musical, de cómo está desapareciendo un poco la cultura del disco. Por ahí al principio no nos sedujo mucho la idea porque nosotros somos de una generación que ve al disco como una pieza integral. Creemos que tiene un gran valor escuchar todas las canciones concadenadas porque incluso terminan teniendo un sentido completo cuando se las escucha en el contexto global del disco y más con el tipo de canciones que hacemos nosotros. Pero después comprendimos que la propuesta tenía que ver con la idea de poder presentar material nuevo durante un período de tiempo un poco más extenso. Eso fue lo que nos gustó, y por eso terminamos aceptando. Uno por ahí larga un disco y está siempre esa idea de que haya un tema exclusivo de promoción, que es una dinámica que nunca nos gustó pero que siempre se termina cayendo por una cuestión de los medios y de los modos de consumo cultural. Entonces, con esta idea de ir presentando de a partes, terminamos dándole igual importancia a todas las canciones. De todas formas, seguramente para fin de año ya va a estar disponible el disco completo y hasta quizás en formato vinilo, para que tenga cierto encanto, con lo cual el que quiera escuchar el disco de principio a fin, lo va a poder hacer, y en el camino le vamos dando protagonismo a todas las canciones.
—En cuanto a lo musical, ¿pueden decir que construyeron el disco pensándolo de las partes al todo o viceversa?
—En este disco se puede decir que fuimos desde las partes al todo. Como te contaba anteriormente, fuimos armándolo como un collage a partir de todas estas ideas que fuimos juntando. Lo que pasa es que también termina teniendo cierta continuidad porque se dio en un período de tiempo preciso, en una etapa, en un momento puntual del grupo, entonces todo lo que compusimos en ese lapso, termina teniendo una relación estilística, una línea estética; porque siempre que creas estás transmitiendo lo que te pasa en determinado momento de tu vida, de tu historia. Pero sí, en este caso fuimos más de las partes al todo, porque le fuimos dando forma al concepto a medida que crecían las canciones, las partes.
—¿Cómo fue la producción del video-clip de “Esperando la Magia”?
—El video clip lo hizo mi hermano, el Pepo Cortés, baterista. Lo dirigió, hizo el guión y lo llevó a cabo. Es todo un trabajo de él, en continua comunicación con nosotros, en el sentido de consultarnos esto y lo otro, pero el grupo siempre le dio y le da libertad para que él cree a su modo y desde su intuición. Porque en realidad sabemos que las mejores cosas resultan cuando se trabaja con libertad, sobre todo con él.
—¿Por qué eligieron esa canción para hacer el primer video del disco?
—Creo que tiene que ver con que hay canciones que te inspiran más que otras para pensarlas en un trabajo audiovisual, que no quiere decir que te guste más que otra. Él tenía una idea para desarrollar algo visual que iba muy bien con “Esperando la magia” y terminamos eligiéndola un poco entre nosotros y en conjunto con el sello, pensando también en cómo queríamos presentarnos como banda. Quizás en otro momento de nuestra carrera hubiéramos elegido otro tipo de canción, pero en este contexto que estamos viviendo nos pareció importante salir con este video que trae consigo una visión política. Porque la temática de “Esperando la magia” tiene que ver con todas estas transformaciones que estamos viviendo como sociedad y con todo lo que trajo consigo el debate de la Ley del Aborto. En la actualidad, por suerte, estamos poniendo en discusión un montón de temas, paradigmas y formas de relacionarnos como seres humanos que antes eran tabú para la sociedad y que dejábamos pasar como la normalidad.
—¿Cómo es la gira que están planificando y como será específicamente el show que darán en Tribus el viernes?
—Bueno la gira que estamos armando la vamos a empezar tocando en nuestra ciudad, en Tribus y después empieza un recorrido extenso, pasaremos por Córdoba, Buenos Aires, Rosario y al ser una gira nacional, seguramente se van a ir agregando nuevas fechas. En el show que daremos en Tribus vamos a presentar las tres canciones nuevas, y también vamos a mostrar muchas modificaciones de canciones anteriores, pero no voy a adelantar tanto porque es como que te cuenten una película, a mí eso mucho no me gusta que me pase (risas). Pero sí anticipar que va a ser un show largo, que va a incluir las tres canciones nuevas y que presentará muchas novedades de arreglos y modificaciones de las canciones que recopilaremos de los discos anteriores.