Aunque todavía genera resistencias en algunos sectores de la comunidad, la Educación Sexual Integral es un hecho en las escuelas santafesinas. Y su instrumentación ha permitido, entre otras muchas cosas, que salieran a la luz casos de abusos y de violencia que antes permanecían ocultos.
Mientras continúa el debate y los esfuerzos por consolidarla como política de Estado, la ESI lleva más de diez años de desarrollo en la provincia. Fue en 2008, cuando se creó el primer equipo con Mabel Busaniche (por las Ong), convocada por la entonces ministra de Educación Élida Rasino, a quien se sumó Fernanda Pagura (del ámbito académico), luego Gloria Shuster (por Insgenar) y Silvia Bertero (por Acción Educativa).
Pagura, Prof. en Ciencias de la Educación, y Bertero, fonoaudióloga y educadora sexual, recorrieron, en una charla con este diario, el camino que se trazó desde entonces y que tuvo otro hito semanas atrás, con la titularización del 37 profesionales encargados de formar en ESI a docentes de todas las áreas y modalidades.
“En los primeros años fue necesario instalar el conocimiento de una norma que no se conocía”, reconocen ambas especialistas y aluden a la Ley Nacional 26.150 de Educación Sexual Integral. También integran el “paraguas” legal bajo el que se desarrolla esta actividad, las leyes 26.206 Nacional de Educación, y la 26.061 que consagra los derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.
Pero, por entonces, el desconocimiento era general y por eso una de las primeras actividades consistió en recorrer las regionales en que está dividido el territorio para llevar respuestas a dos cuestiones centrales que aparecían en el debate: ¿había que pedir permiso a las familias para trabajar ESI? ¿Va a ser otra obligación más para la docencia?”
Era un momento en que “estaba muy instalado el tema de la familia como primera educadora que siguen sosteniendo los movimientos que postulan ‘con mis hijos no te metas’”, coinciden.
—A nivel normativo y ministerial, la aplicación de ESI avanzó y se titularizaron cargos. A nivel de las familias, ¿cuesta todavía que comprendan el valor de que sus hijas e hijos reciban educación sexual integral?
Bertero: —Siempre es complejo, pero es distinto. De lo que empezamos hace diez años hasta ahora cambió totalmente. Se instalaron otros paradigmas, como el que establece que quien habita la institución escolar es sujeto de derecho. El eje de la diversidad atravesó toda la escuela. Además, se produjeron otros debates en el contexto nacional como fue la legalización del aborto que también llegó a la escuela. Este reposicionamiento específico de quién es “celeste” y quién es “verde” produjo otras realidades que antes no teníamos.
Pagura: —Veníamos en un trabajo disrruptivo pero continuado en términos de política pública en poder contrargumentar. Empezamos a visualizar, y la docencia lo hizo, que la familia no tenía inconvenientes en abordar el tema, no encontraban escollos. Pero el contexto es cambiante, y este último año y medio volvió a aparecer la noción de la familia como primera educadora, como un tema de lo íntimo y de volver a batallar y discutir lo público y lo privado. Las familias que van a la escuela, y manifiestan sus temores, que tampoco son tantas, lo hacen a partir del desconocimiento de qué es la ESI. Mientras tanto, estamos trabajando este año en un dispositivo de fortalecimiento de la ESI en el sistema educativo con toda la línea de supervisivos de todas las modalidades y, en cascada, con directivos y docencia para que podamos escuchar a las familias, no sancionarlas ni echarlas.
Bertero: — La familia que viene a preguntar es aquella a la que le han llegado noticias -muchas veces por las redes sociales- con decires sobre la ESI que son erróneos y sesgados, y que la vinculan con un modelo genital. Entonces, piensan que la palabra “sexual” significa iniciar tempranamente a los niños y niñas y jóvenes en prácticas sexuales. Cuando el tema se empieza a poner en palabras, se abordan cuántas cosas se trabajan en la escuela y que también son educación sexual, esas resistencias bajan.
Pagura: —El oscurantismo provoca miedo y volver al oscurantismo es lo que a lo mejor algunos sectores están proponiendo y desde el Equipo ESI se está haciendo el proceso inverso: convocar a las familias, volver a hablar. Y cuando el diálogo se agota, volver a charlar.
—Dicen que volvió a cambiar el escenario hace un año y medio, ¿lo vinculan con el debate sobre la legalización del aborto?
Bertero: —Desde 2015, con el movimiento #NiUnaMenos empezó a haber una resistencia por temor a que se relajen determinados controles o vigilancias sobre el cuerpo y la sexualidad femenina.
— Es una paradoja que esa resistencia surja en simultáneo con una movida en contra de la violencia de género.
Bertero: —Hubo un antecedente en 2011 cuando se debatía la ley de matrimonio igualitario y hubo una movida en Santa Fe, fundamentalmente de parte de algunas iglesias, no solamente la católica, para oponerse. Ahora esta “movida” está mucho más organizada.
Pagura: —La organización supera al territorio argentino: estamos observando que hay un movimiento regional que toma Perú, Brasil. Costa Rica, Argentina, Chile, algún país de Europa y otros de África. No es solo en la Argentina y por eso hay que hacer una lectura más global de lo que está pasando con procesos más macro que nos impactan en el tema de ESI y contra el empoderamiento de derechos, en diversidad sexual, abuso sexual y los cuerpos de las mujeres en términos de control reproductivo.
— En el otro extremo está el avance que significa la titularización de cargos para ESI.
Bertero: —De lo contrario el equipo hubiera quedado vulnerable frente a un cambio de gestión. Ahora se logró que sus integrantes formen parte del organigrama ministerial y que todo lo trabajado tenga una continuidad y se incorpore como política pública. Estamos trabajando en transversalizar la ESI porque si hay un mensaje prescriptivo en un recreo de una persona que dice “esto es así”, no hay lugar donde reflexionar sobre la norma. Entonces, es posible que en Formación Ética profundicemos en igualdad de oportunidades y tratos, pero es necesario que también se visualice este concepto en las prácticas cotidianas.
Pagura: — Como en el uso de los patios en los recreos, cuando los varones juegan a la pelota y las niñas se quedan en los pasillos. En realidad, puede que ellas no quieran estar quietas y ellos, como varones, a lo mejor no quieran jugar al fútbol. La ESI tiene que ir al último rincón de la escuela.
—Hasta ahora, ¿a qué lugar llegó?
Bertero: — Está muy instalada en el aula y ahora estamos trabajando para que llegue a otros espacios, a los actos escolares, al saludo y los uniformes, donde también operan formas reguladas, como el pelo recogido para las niñas y el cabello corto para los varones.
—Más allá de las resistencias que subsisten, es un cambio imposible de frenar.
Bertero: —Por eso viene a cuento de la titularización de la ESI. Recibimos a diario demanda de las instituciones que necesitan acompañamiento, que estemos en las escuelas para resolver situaciones específicas, pero también para dar continuidad a proyectos.
Pagura: —La ESI ha tomado carnadura, es imparable. Que los agentes del Estado estén consustanciados con el derecho del estudiantado ya no es algo que decimos nosotras, lo dice la docencia. Es un avance impresionante y no hay marcha atrás.
La Educación Sexual Integral comenzó a aplicarse en la provincia en el año 2008, a la luz de la Ley Nacional 26.150 y las convenciones internacionales que interpelan y obligan a los Estados a llevar adelante políticas de protección de derechos. Mientras tanto, en la provincia el marco legal espera sanción definitiva en el Senado: una ley del año 1992, que planteaba la educación sexual (no integral) quedó perimida. Se presentó un proyecto en 2015 que perdió estado parlamentario; se volvió a impulsar, obtuvo media sanción de Diputados pero no tuvo sanción definitiva en la Cámara Alta. Además se presentó en diputados el proyecto de Ley de Educación con dos artículos que abordan la ESI y tampoco logró el aval del Senado.
“De ESI se habla” es la propuesta de aula abierta que habilitó días atrás el Ministerio de Educación de la provincia para docentes de todo el territorio. Para ello se diseñaron dos espacios virtuales: un blog de acceso universal para quienes ingresen al campus educativo de la provincia, y una suerte de “caja de herramientas” con recursos y materiales producidos por el equipo nacional y el provincial que requiere de una clave de intranet. Esta “biblioteca virtual” de fácil acceso, incluye material chequeado y enmarcado en la normativa vigente, con perspectiva de género y de diversidad sexual, anticiparon Fernanda Pagura y Silvia Bertero, expertas en ESI.
titularizó la provincia para integrar los Equipos de ESI, encargados de formar a docentes en los contenidos que luego se replican dentro de las aulas de todos los niveles.