Crédito: Gentileza Organización
Preocupado por la situación que atraviesa la Argentina, sobre todo en materia de vulnerabilidad social, el disertante proveniente de la Universidad de Ginebra, Enrique Arnanz Villata comenzó: “Sinceramente con lo que vengo escuchando desde que llegué no sé que decirles”. El referente del Centro Avanzado de Estudios en Justicia Juvenil Restaurativa señaló que detecta un aumento de “aporofobia”, es decir, “rechazo, temor a los pobres y marginados”.
Se enfocó en su charla de afirmar que “lo restaurativo no es la Justicia, sino la Educación, porque ya se ha demostrado que el castigo no sirve de nada, por eso debemos buscar aplicar educación inteligente adaptándola al medio”.
En este sentido, “¿podemos reconocer que las cosas nos andan bien si debemos bajar la edad imputabilidad, cuando aumenta la reinserción, cuando no se aplican métodos innovadores y detectamos una falta de formación en los agentes de Justicia?”, lanzó.
Arnanz Villata fue claro y contundente a la hora de expresar que “estamos en crisis, que el sistema tal y como está no se aguanta”. “No debemos nunca impedirle a nadie la posibilidad de lograr cambiar, es su Derecho”, fue lo que subrayó a la hora de criticar el sistema carcelario y los centros de detención para jóvenes.
En rigor, dijo que “los niños son sujetos educativos y que debemos estimular programas que les permitan aprender a hacer, convivir, formar parte de la comunidad; es necesario armar un proyecto a largo plazo y personalizado y, para ello, es imperioso invertir en política pública con enfoque restaurativo”.
Reinserción y sociedad
“Está claro que los y las jóvenes conforman uno de los sectores más vulnerables de nuestra sociedad y esto recrudece cuando encuentran conflictos con la ley”, comenzó diciendo en un auditorio repleto la directora nacional de Mediación y Métodos Participativos de Resolución de Conflictos en el Ministerio de Justicia y DDHH, Raquel Munt.
En su exposición la disertante hizo hincapié en que hay que “trabajar en la diferenciación entre la conducta y la persona, porque debemos propiciar la prevención, detección temprana y tratamiento oportuno de manera eficiente y eficaz” y siguió: “Hay que dar respuestas restaurativas y favorecer la desjudicialización, lo que derivará en una justicia más amigable”.
Munt aclaró que “ya no se puede hablar de que los métodos son formas alternativas de abordar las problemáticas, sino que hoy en día son los mecanismos adecuados”. “Debemos insertar y aplicar métodos participativos de resolución de conflictos y lograr que los jóvenes internalicen el daño hecho para poder emprender el camino hacia la reparación en la sociedad y para esto la misma sociedad es la clave para la reinserción”.
Luego, expuso algunas diapositivas en las que explicaba que están “trabajando para contribuir en la consolidación de un modelo de Justicia Juvenil poniendo el foco en tres niveles de prevención: primario, secundario y terciario”.
“En el primario -continuó- fortalecemos la Red Federal de Centros de Mediación Comunitaria para la prevención y transformación de conflictos de convivencia con especial foco en las problemáticas asociadas a los jóvenes”.
“En el secundario articulamos con jueces, fiscales, defensores, abogados del niño y organismos de protección de niñez para el desarrollo de procesos restaurativos con jóvenes, entendiendo e impulsando el mensaje de que es un derecho el ser escuchado y tomar en cuenta la opinión de los niños y niñas”.
Finalmente, Munt comentó la tercera y última etapa: la terciaria. “Aquí aplicamos un protocolo de mediación penal juvenil restaurativos y acuerdos restaurativos (aprobado por Resolución Ministerial 813/2018) y desarrollamos experiencias de procesos restaurativos con jóvenes en contexto de encierro”.
"¿Sociedad o suciedad?"
Esa fue la pregunta con la que inició la charla el coordinador de Gestión de Conflictos de la Defensoría del Pueblo de la Nación, Alejandro Nató, quien prosiguió con una serie de críticas hacia el accionar diario de los ciudadanos en constante convivencia con la violencia física, verbal e, inclusive, material.
“El poder punitivo que se está aplicando actualmente es inhumano; tenemos problemas de sociabilización primaria y estamos todo el tiempo conviviendo con una violencia densa”, aseguró y agregó: “Tenemos que entender que los contextos de violencia van excluyendo de cuestiones fundamentales como la salud, educación y justicia”.
Nató reflexionó que “según como miremos será como intervengamos”. Esta frase la dijo al tiempo que comentaba que dentro de las instituciones existen personas que también ejercen violencia cuando deberían ser las primeras en tratar de ayudar “con amor” a los más vulnerables, pero “convivimos con gente dentro del sistema que tiene una mirada punitiva”.
En un silencio absoluto de todo el Auditorio Príncipe de Asturias, el representante de la Defensoría del Pueblo de la Nación aseguró que “hay prácticas restaurativas que son peores que un juicio; necesitamos llevar adelante procesos integrales de transformación”.
A modo de cierre, lanzó algunas preguntas sin respuestas al público para que una reflexión sobre la temática: “¿Estamos en condiciones de armar programas que colaboren en la restauración de jóvenes vulnerados y vulnerables? ¿Cuánto Estado hace falta para culminar con contextos que generan que muy pocos logren salir -como Carlitos Tevez- y la mayoría se quede?”.
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