Madelón dijo después de San Lorenzo que para Arsenal iba a tener a Cavallaro, Carabajal y Méndez disponibles. La evolución de los jugadores es buena, pero la realidad marca que hay que ir con suma cautela, sobre todo en el caso de Carabajal. Y a pesar de las ganas del jugador por volver y del técnico por ponerlo, es un hecho que no irá a Sarandí —salvo que vaya acompañando al plantel como lo hizo al Nuevo Gasómetro— y que llegue ciento por ciento (o en un porcentaje muy cercano) al encuentro con Rosario Central, del viernes 20.
Carabajal es, potencialmente, el jugador más importante que tiene Unión al momento del manejo de la pelota. Por eso, más allá de la preocupación por las tres derrotas consecutivas que naturalmente existe, lo ideal es que el jugador retorne cuando esté bien. A veces, la prudencia es más aconsejable que las ganas. Unión lo necesita, pero lo necesita entero, al ciento por ciento. Y los tiempos no colaboran, porque el desgarro que sufrió el jugador —grado 3— es el más grave de todos y su recuperación excede la normal.
Contra Arsenal, Carabajal recién tendrá cuatro semanas completas de recuperación. En un desgarro más leve, sería tiempo suficiente; en este caso no y por eso la cautela obliga a que se analice bien si es aconsejable que juegue el sábado o directamente ponerse como meta el partido del viernes de la semana que viene.
Distinto es lo de Méndez y lo de Cavallaro, más allá de que ambos no estuvieron en el equipo que Madelón puso el sábado en el partido de entrenamiento que se armó ante la reserva.
Allí, Moyano; Blasi, Gómez Andrade, Franco Godoy y Corvalán; Bonifacio, Acevedo, Elías y Comas; Troyansky y Bou fueron los jugadores que puso en cancha el técnico tatengue. ¿El esquema?, si bien la práctica fue a puertas cerradas, algunos hablan de un 4-4-2, otros de un 4-3-3 con Bonifacio más arriba y otros de un 4-2-3-1. En cualquiera de esos esquemas, la idea es que Gastón Comas, debutante ante San Lorenzo, vuelva a ser titular y jugando como carrilero por izquierda.
En la práctica del sábado no estuvo Federico Milo como titular. Su rendimiento ante San Lorenzo tuvo altibajos, al igual que el de Corvalán, sobre todo en el primer tiempo. Comenzaron a mejorar en el final del primer tiempo y en el segundo tiempo, Madelón decidió sacarlo para armar un esquema más ofensivo (terminó jugando con tres delanteros con los ingresos de Cuadra y de Troyansky).
A propósito de Troyansky, no habría que descartar que el técnico lo pruebe por izquierda en alguna oportunidad. Así entró ante Lanús. Requiere obviamente de preparación y de un cambio de funciones para un jugador que es, en escencia, delantero. De todos modos, ese lugar es de Carabajal, quien se siente cómodo por allí, ya que aprovecha su buena pegada y tiene capacidad para saber en qué momento debe enganchar hacia adentro en diagonal para aprovechar la posibilidad del remate al arco.
Volviendo a lo de Milo, una de las alternativas de Madelón es que juegue Corvalán de “6” y Milo de “3”. No fue la que usó en el entrenamiento, pero es una posibilidad. Corvalán conoce el puesto de marcador central y, de hecho, Madelón lo utilizó a principios de este año y en otras ocasiones, inclusive en partidos trascendentes. Milo es, en escencia, marcador de punta con proyección, por lo cual también puede rendir como volante por izquierda y ha sido el puesto en el que el técnico lo ha colocado en estos pocos partidos que lleva jugando en Unión.
El trabajo semanal que arrancó con un lunes cargado de lluvias, tendrá el miércoles su máxima expresión cuando se realice —a lo sumo el jueves también— la práctica en la que el técnico decidirá con qué formación viaja a Sarandí para enfrentarse con Arsenal.