El 13 de diciembre se cumplirán 50 años de la inauguración del túnel subfluvial que une no solo a Santa Fe y Paraná, sino a toda la región mesopotámica con el resto del país.
En el marco de un ciclo de celebraciones conmemorativas del cincuentenario del viaducto, el Ente Interprovincial Túnel Subfluvial realizó un evento recreativo para que los exempleados que participaron de la construcción se reencuentren y compartan sus recuerdos.
El 13 de diciembre se cumplirán 50 años de la inauguración del túnel subfluvial que une no solo a Santa Fe y Paraná, sino a toda la región mesopotámica con el resto del país.
En una época donde los puentes sobre el río Paraná aun no habían sido construidos, los gobernadores Raúl Uranga (Entre Ríos) y Carlos Sylvestre Begnis (Santa Fe), consideraron la posibilidad de llevar adelante una obra inédita no solo en el país, sino en toda Sudamérica: un túnel subfluvial que, al estar soterrado, no involucrara jurisdiccionalmente al gobierno nacional que poco o ningún apoyo les manifestaba ante el problema de la inaccesibilidad. Por entonces, solo se podría cruzar en tren o navegando, y construir un puente por sobre el espejo de agua era – al igual que ahora – un atribución del gobierno de la Nación. Así, los gobernadores decidieron importar el novedoso sistema constructivo, en este caso a cargo de la compañías Hochtief AG (alemana) y SAILAV S.A. (argentina).
Los por entonces 3000 empleados en distintas áreas trabajaron a destajo durante siete años hasta que el 13 de diciembre de 1969 pudieron cruzar caminando por debajo del Río Paraná, en un evento inédito en estas latitudes del planeta. En la tarde del viernes, 300 de esos trabajadores, acompañados de sus familiares, se dieron cita en el Club Náutico de Paraná para rememorar aquellos días. Lamentablemente, muchos existen ahora solo en los recuerdos de sus allegados, algunos de los cuales también participaron del encuentro.
El acto comenzó con unas breves palabras de los directores del ente biprovincial, Juan José Martínez y José Mariano Romero Acuña, por Entre Ríos y Santa Fe, respectivamente. A modo de bienvenida, Martínez recordó una anécdota de su infancia: cuando era pequeño el Paraná se cruzaba en una lancha que salía cada dos horas, su padre estaba internado en Santa Fe y venía a visitarlo con su mamá; ella tenía el número 45 y él el número 46 y como la lancha tenía capacidad para 45 pasajaros no solo quedó separado de su mamá sino que tuvo que esperar dos horas para abordar el próximo viaje, solo; incluso mencionó palabras del entonces gobernador Uranga: “Allá era Argentina, acá el barro”, para ejemplificar el claro contraste de infraestructura de la región entrerriana en relación al resto del país. A su turno, Romero Acuña recordó que su padre fue ministro de Obras Públicas santafesino en la época de la construcción de viaducto, expresó su orgullo por haber llegado a ser director del Ente y agradeció al personal de entonces -y al actual- por el enorme esfuerzo que ha implicado construir, mantener y sostener en forma operativa el túnel durante medio siglo: “esta obra les pertenece”, manifestó.
A continuación, los presentes pudieron disfrutar en pantalla gigante un corto institucional con un repaso de los hitos de la construcción del túnel. Inmediatamente después, los animadores -Cristian Bello y Luis Mino, dos reconocidos conductores de la región- dieron la oportunidad a los extrabajadores de participar a micrófono abierto con historias y anécdotas: “nos comunicábamos mediante golpes en los tubos”; “no había calculadoras, sacábamos las cuentas con lápiz y papel”; “había dos turnos de doce horas, pero el que quería se podía quedar y seguir trabajando”; “una vez me quedé 36 horas seguidas porque había que esperar la finalización del proceso de un tubo que tenía un químico que si se llegaba a secar no lo sacaba ni Dios”; “fue la experiencia laboral más importante de mi vida, tuve que esperar un mes para entrar a trabajar porque tenía apenas 16 años y sólo se podía a partir de los 17”; “de noche, todo iluminado, era una ciudad entera”; “a varios después nos convocaron para trabajar en el exterior”, fueron algunas de las remembranzas. Incluso se animaron a hablar los familiares de los obreros: “estaba días en la construcción, si volvía a la casa a descansar unas horas me tiraba piedritas en la ventana y así yo sabía que seguía vivo”, relató la esposa – entonces novia – de uno de los constructores.
Y mientras seguían reviviendo sus experiencias, en una carpa dispuesta fuera del salón actuales empleados del túnel digitalizaban fotografías analógicas de la época – “prestadas” por los invitados – que ahora formarán parte de los registros del nuevo museo que se construye en el complejo del viaducto.
En simultáneo, otros actuales empleados del túnel acompañaban a los presentes a recorrer una muestra de objetos, documentos, maquetas e imágenes relacionados con la historia de la institución.
Los asistentes tuvieron cuatro horas para “ponerse al día” con sus excompañeros de trabajo, convidados por un servicio de catering impecable. Para amenizar, tampoco faltó entretenimiento porque el grupo “Los Leñeros” volvió a ponerle música al túnel. Ya lo habían hecho en acto inaugural en 1969, e incluso lograron en ese momento llamar la atención de Pipo Mancera -presente en la ocasión-, quién los invitó luego a su programa de alcance nacional.
El evento culminó al anochecer, con una entrega de medallas recordatorias a los presentes y los familiares de los ausentes. Fue el primero de una serie de encuentros programados para celebrar 50 años de vigencia de la conexión vial más importante del siglo veinte.