La primera fase de una competencia mundial tiene partidos y partidos. Obviamente siempre, y por suerte, hay sorpresas, como ya se dieron con las victorias de Uruguay y Japón a Fiji e Irlanda respectivamente. No obstante, muchas veces hay partidos malos.
Lógicamente, no era el caso de Australia y Gales. Este partido prometía y mucho. El ganador, casi con seguridad se quedará con el primer lugar del grupo. Una zona que es mirada de reojo por Eddie Jones (presente en la cancha), entrenador de Inglaterra,. Mario Ledesma, entrenador argentino, y Jaques Brunnel, el head coach de Francia. El primero de la zona D (Gales por ahora), evitaría a los ingleses y podría ser el rival de Los Pumas o Francia. Pero eso es otra historia. Australia y Gales brindaron en la tarde japonesa, un espectáculo. Del minuto 0 al 80.
Salida de mitad de cancha. La pelota que es tomada por el capitán australiano Michael Hooper, pero el contra ruck galés fue más fuerte. Ovalada recuperada para los europeos, y a los 30 segundos de iniciado el juego, Dan Biggar, de drop, abrió el marcador.
13 minutos de partido y el tanteador que se vuelve a modificar otra vez en favor de Gales. Gareth Davies aprovechó una ventaja (por tackle alto al capitán Alun Wyn Jones) que había a diez metros del ingoal australiano y abajo de los palos, para abrirle la pelota a Biggar quien otra vez usó correctamente el pie. Patada cruzada para que, en el aire, la tome Parkes y caiga directamente para apoyar el primer try del partido. La jugada se completó con la conversión del 10 galés que de a poco se iba convirtiendo en pieza clave.
La reacción australiana no iba a tardar en llegar. Con la misma fórmula del try de Gales, sobre la mitad del primer tiempo, y luego de varias fases donde 12 y 13 (Kerevi y O'Connor) ganaron varios metros, Bernard Foley “de memoria”, con su pie derecho, le cruzó la pelota al eterno Adam Ashley-Cooper, que pisó para adentro, trastabilló y finalmente anotó su duocécimo try en mundiales, para quedar a sólo tres del récord que mantienen el sudafricano Bryan Habana, y el recordado wing neocelandés, Jonah Lomu.
A diez del final, y luego de que saliera por lesión el 10 de Gales, el conjunto conducido por Michael Chieka, volvió a sumar. Esta vez, a diferencia de la fácil conversión del try de Cooper, Foley sumó de a tres y puso el partido 10 a 8 en favor de los “dragones rojos”.
Rápidamente el “colorado” reemplazante de Biggar, Rhys Patchell, se hizo cargo de un penal a los palos y el partido se puso 13 a 8 para los europeos.
Sobre el final de la primera etapa, las emociones para Gales volveiero a llegar. Primero hubo un nuevo penal de Patchell que pegó en el palo y entró. Luego, a falta de un minuto para que suene el “gong”, el medio scrum de Australia, Will Genia, abrió una pelota muy “cantada” a sus backs. Conclusión: el pase es interceptado por Gareth Davies que corrió media cancha para otra vez llegar al ingoal.
Lo más positivo para Australia en esta etapa fue que “zafó” de dos amarillas. Una debería haber sido al capitán, Hooper, por golpear sin la pelota, y la otra al centro, Kerevi, por ir con el codo demasiado alto. El francés Poite no lo vio de esa manera.
Fin del primer tiempo y victoria parcial para Gales por 23 a 8. Todavía faltaba mucho más...
El comienzo de la segunda etapa sería un calco. Gales en ataque, y sobre los cuatro minutos, Patchell, al igual que Biggar al inicio, de sobrepique aumentó a 18 la diferencia.
Luego de eso, momento clave en Australia: salió Foley, de flojo partido, e ingresó Matt Toomua, quine en pocos minutos le cambió la cara al equipo. Al punto tal de profundizar un ataque que terminó con try del fullback Haylett-Petty. El partido estaba abierto.
El cambio de la pareja de medios en Australia (también entró Lukhan Salakaia-Loto por Will Genia, que también anduvo bajo, teniendo en cuenta sus rendimientos habituales), le dio otro aire a los de Cheika. Empezaron a jugar y a animarse mucho más.
De esta manera, y después de casi 10 minutos atacanco e insistiendo, con penales incluidos, todo dentro de los cinco metros del ingoal de Gales, el capitán oceánico, Michael Hooper, logró sumar de a cinco. Conversión, diferencia de cuatro puntos para los europeos y a jugar un último cuarto de hora apasionante.
Un nuevo penal de Toomua, a falta de doce para el cierre, ponía a los autralianos a un punto de los entrenados por Warren Gatland.
Recién a los 31 minutos, Gales pudo volver a modificar su score y un nuevo penal de Patchell le daba algo de aire en el encuentro.
No hubo mucho tiempo más. Tuvo otra chance Australia, pero la defensa galesa recuperó la pelota y la tiró bien lejos, para que el francés Romain Poite decretará el final.
Festejó Gales la victoria, Australia se quedó con las ganas y el público disfrutó de un partido difícil de olvidar.
A falta de tres minutos para el final del partido, cuando la pelota “quemaba”, varias de las luces del Tokyo Stadium se apagaron. No fue inconveniente para concluir el encuentro, debido a que la potencia de los reflectores que quedaron encendidos, eran suficiente.