“¿Cómo se atreven?”. La voz temblorosa, quebrada al punto de estallar en lágrimas; la mirada dura, desafiante; una mezcla de bronca, hartazgo y valentía. La pequeña Greta Thunberg interpeló esta semana a los líderes del mundo reunidos en la Cumbre de Acción del Clima de la ONU, en Nueva York, por lo poco que están haciendo para revertir las consecuencias del cambio climático. Su grito es interno, visceral, con una voz suave que transmite un mensaje intensísimo.
La Cumbre 2019 cerró con un compromiso insuficiente contra la crisis climática. Solo unos 70 países ratificaron el Acuerdo de París celebrado en 2015 para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero. Entre ellos no están EE.UU., China e India, los que más producen. Hace 4 años, 195 naciones habían firmado ese acuerdo. ¿Es una mala noticia? Depende de qué lectura se haga. En algunas ocasiones, la calidad es mejor que la cantidad; y éste parece ser un caso. Una mirada optimista podría apuntar que es mejor contar con 70 países realmente comprometidos, que con 195 que no logren ponerse de acuerdo y no hagan nada. De hecho, los científicos advierten que en los últimos cuatro años las emisiones han aumentado, al igual que la temperatura de los océanos y del sistema climático en general.
En Santa Fe, como en el resto del mundo, ya se observa un incremento de eventos climáticos extremos, con la presencia cada vez más frecuente de tormentas severas, lluvias intensas y olas de calor sostenidas. Lo advierten los científicos, y los padecen junto a los vecinos. Este cambio que parece tan lejano, tan abstracto; este fortísimo reclamo al mundo de una adolescente de 16 años, también nos toca a los santafesinos.
Cuando las decisiones del cambio real están en las manos de los grandes líderes, creemos que como ciudadanos individuales es poco lo que podemos hacer. ¿Sirven acciones solitarias? ¿Cambia algo recolectar plástico, reemplazar un bife por un plato de lentejas; o dejar el auto y caminar más o usar la bicicleta? Ante esto, Greta responde: “Nuestras acciones son importantes, no porque tengan un efecto material sobre el cambio climático, sino por el mensaje que envían a los demás”, dijo en una entrevista que le hizo la BBC News. Es simple: lo que haces influye en tus amigos y familiares y, probablemente, ayude a presionar a que los gobiernos y las empresas tomen medidas. Eso, a su vez, podría contagiar a otras personas y países a hacer más, a que se genere un círculo virtuoso.
Y algunos santafesinos han comenzado a despertar. El viernes hubo manifestaciones en el Puente Colgante, y una pedaleada “por el planeta” para visibilizar el tema, en consonancia con la marcha mundial. Hay cada vez más ONG’s preocupadas por este tema e involucradas en movilizar un cambio de actitud. A nivel ciudad, Santa Fe dio en 2010 un paso ambiental clave, que otras grandes ciudades (como Córdoba, por ejemplo) aún no han dado, y es que comenzó a separar en domicilio los residuos húmedos de los reciclables, instrumentando días específicos de recolección para que valga la pena el esfuerzo que hacen los vecinos. Casi 10 años después, todavía cuesta que todos incorporen esta práctica sencilla que verdaderamente ayuda al planeta. Faltan más conciencia y acción ciudadana.
Aunque algunos detractores deslegitiman la lucha de Greta, porque la acusan de que detrás de su discurso hay intereses económicos de empresas cuyo modelo de negocio es producir energía sin combustibles fósiles, la joven sueca grita su mensaje e inspira a miles de personas alrededor del mundo. Con sus huelgas escolares de cada viernes y con sus intervenciones viscerales en encuentros internacionales, se ha convertido en la voz de la juventud mundial que insta a los gobiernos a tomar medidas contra el cambio climático; y ha puesto nervioso hasta al propio presidente Donald Trump, que esta semana le dedicó un sarcástico mensaje en twitter, la red social donde Greta ya cosecha 2,5 millones de seguidores. El cambio climático avanza, mucho más rápido que el cambio de actitud, de modelos, de estilos de vida. Y los más jóvenes son los que heredarán el problema en apenas unas décadas. Por eso, Greta fue contundente al cerrar su discurso en la ONU: “Los ojos de todas las generaciones futuras están sobre ustedes. Y si eligen fallarnos, nunca los perdonaremos. Se viene el cambio, les guste o no”.
En Santa Fe, como en el resto del mundo, ya se observa un incremento de eventos climáticos extremos, con la presencia cada vez más frecuente de tormentas severas, lluvias intensas y olas de calor sostenidas.