La violencia e inseguridad volvieron a azotar a la ciudad en las últimas semanas. Sus calles se ensordecieron con el silencio de miles de vecinos que vencieron la apatía a movilizarse, y exigieron justicia. Justicia por los crímenes que resonaron en estos últimos días al haber sido cometidos en ocasión de robo, y por todos aquellos que se perpetraron en estos años y siguen sin ser esclarecidos. Interpelados, el Poder Judicial y el político.
Funcionarios y legisladores ensayaron reacciones; la Cámara de Diputados citó para el próximo miércoles al ministro de Seguridad, Maximiliano Pullaro, con el propósito de escuchar una rendición de cuentas. El Poder Ejecutivo intervino la Unidad Regional I, cuyas dependencias fueron recorridas por el propio gobernador. En medio de la emergencia, en medio de la transición, Miguel Lifschitz intentó retomar la iniciativa política. Convocó a la prensa para -en off y en on- convencer de que “no se perdió la calle”, de que “no hay complot policial” ni zonas liberadas en esta capital.
Lifschitz eligió ese mismo diálogo con los periodistas para revelar detalles de la reunión que había mantenido apenas días atrás con su sucesor, Omar Perotti. El encuentro había sido reservado, como otros que los dos protagonizaron y nunca trascendieron; y según se dijo, en la mayor discreción posible. Pero el líder socialista decidió hablar del hecho; contar los temas de la agenda y aquellos sobre los que supuestamente ya hubo acuerdo. Todo, mientras el otro partícipe de la charla estaba a más de trece mil kilómetros de distancia. Perotti, en Medio Oriente, fue a buscar inversiones; Lifschitz, en Santa Fe, habló del cónclave que compartieron. Versión unilateral de los hechos, que al rafaelino disgustó.
El gobernador electo tuvo otro sinsabor; en su ausencia, el jefe de la bancada de senadores del PJ decidió no seguir integrando la comisión de transición. ¿Es relevante el portazo de Armando Traferri o, como sugieren algunos, solo ladridos a la luna? El retorno de Perotti, o quizá el tiempo, pondrán las cosas en su lugar. El senador por San Lorenzo advirtió que no lo participaron de determinadas decisiones tomadas en el ámbito de la comisión -como el pedido de prórroga de la presentación del Presupuesto 2020-, pero los que se quedaron en el equipo de delegados del futuro mandatario dicen que nada de ello se hizo sin el guiño de “Omar”. Son los mismos que describen al rafaelino como un conductor que en su estilo de construcción no dejará espacio para relaciones confortables con el socialismo.
“Omar”, nombre de origen árabe que descontractura algunas presentaciones protocolares en esas tierras elegidas por el próximo gobernador como primer destino internacional para asegurar inversiones. Perotti conversó con Alberto Fernández antes de viajar. Y habla en su nombre, ante los interlocutores orientales. La realidad del país es compleja, admite, pero el país será reencauzado -elecciones mediante- por el futuro presidente de la Nación. No hay intenciones de default, plantea; en cambio, avidez de préstamos para poder financiar obras. Perotti encarna el mensaje nacional, mientras en términos locales, ratifica ante los organismos de crédito que es su pretensión darle continuidad al vínculo que desde hace años mantienen con la provincia.
En medio de la emergencia, en medio de la transición, Miguel Lifschitz intentó retomar la iniciativa política
Perotti conversó con Alberto Fernández antes de viajar. Y habla en su nombre, ante los interlocutores orientales.