Sergio Dawi, Semilla Bucciarelli, Tito Fargo y Hernán Aramberri sumarán amigos e invitados para revivir los clásicos de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Antes del show, Dawi le contó a El Litoral sus vivencias de este reencuentro que une nostalgia y presente.
Gentileza KVK Fotos / Edgardo Andrés Kevorkian La formación ampliada de Los Decoradores, con la que vienen girando en el último tiempo.
El viernes a las 21 tendrá lugar la Kermesse Redonda en Tribus Club de Arte (República de Siria 3572). Después del ciclo con localidades agotadas en Capital Federal y de la gira por distintas ciudades del país, cuatro integrantes de la historia de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota (Sergio Dawi, Semilla Bucciarelli, Tito Fargo y Hernán Aramberri) e invitados sorpresa harán revivir el espíritu de la banda como Los Decoradores.
Las anticipadas están en venta a través de sistema Ticketway y los puntos físicos para adquirirlas son: Credifé (Santa Fe, Rafaela y Esperanza), Nexon Santa Fe (sucursales Aristóbulo del Valle y Peatonal San Martín), Nexon Paraná (Centro) y Nexon Santo Tomé. También se pueden comprar en boletería de Tribus, de miércoles a domingo desde las 18.
Antes de la llegada, Dawi conversó con El Litoral sobre los entretelones de este reencuentro que homenajea a una vigencia.
Reunión
—¿Cómo surgió la idea de este reencuentro?
—Después de 2001 cada uno de los Redonditos fue tratando de hilvanar su nuevo presente, su próximo futuro. Es muy conocido el Indio (Solari) con sus discos, Skay (Beilinson) con su actividad solista; Semilla siguió con su actividad plástica y yo también empecé con un grupo, Los Estrellados, con los que hice tres discos. Pero con Semilla continuamos teniendo un espacio común que tenía que ver con la experimentación, en donde él ponía el brazo de la plástica y yo el brazo de la música.
—Eso fue SemiDawi.
—Eso es SemiDawi, porque continúa. Walter (Sidotti) también estaba colaborando con muchas bandas, especialmente con The Comando Pickless. En un momento, un amigo nos plantea a Semilla y a mí la posibilidad de complementar el presente de SemiDawi, con el pasado. Esto sucedió hace dos años y pico; “¿Por qué no?”, dijimos, también teniendo la incertidumbre de ese “final que no tuvo final” de los Redondos nos había dejado con un sabor de boca que no era grato. Entonces por qué no plantear un espectáculo en donde SemiDawi abría, continuaba The Comando Pickless, y después hacíamos algunos temas redondos. Ahí fue el primer acercamiento a lo de la Kermesse: hacíamos cinco o seis temas, fue el reencuentro con los temas: nosotros como músicos, volviendo a reinterpretarlos.
Llegó un momento en que nos invitaron a un evento benéfico para ver qué hacíamos, y en ese instante dijimos: “¿Por qué no hacemos solamente los temas redondos?”. Cuando sucedió eso fue llamativo lo que nos pasaba a nosotros, principalmente, porque era reencontrarnos con los temas.
Intimidad
—¿Cómo se sintió el reencuentro con esas canciones, que ustedes los trajinaron un montón?
—Básicamente fueron temas que nos marcaron: no solamente de tanto tocarlos y transpirarlos en el vivo, sino también en el momento de la captura, de la grabación, fueron una cantidad de discos que los vivimos muy intensamente. Retomarlos fue darnos cuenta de que no solamente tenían un significado con ese pasado al que nos remitía, sino que también estaban hablando de un presente. Fue muy fuerte, y a través de la corta historia de la Kermesse lo fuimos confirmando: tanto es así que fuimos a una fábrica recuperada y vimos cómo realmente esos temas estaban hablando para adentro y para afuera de la fábrica.
Eso le sumó un sentido más allá de ese trago amargo de no haber tenido una despedida: a nuestra manera queremos también tener un reencuentro con lo que teníamos, este homenaje. Porque si hay una palabra que sintetiza, más allá de la palabra básica que es reencuentro, es el homenaje a todos los Redonditos que peregrinan por el país, que han sabido mantener la antorcha redonda. En su momento lo han cubierto con los discos, con los grupos tributos.
Para nosotros es muy emotivo, muy intenso, poder estar viviendo estos temas, en donde en el vivo se reproduce también lo que pasaba en los shows originales: la gente participaba de tal manera que empezamos a decidir que nosotros éramos el pogo y los Redonditos eran los que estaban cantando, bailando, intercomunicándose con nosotros.
Por otro lado, la escala que tienen estos shows permiten una cercanía, una intimidad...
—Que se había perdido.
—Se había perdido con el estadio. En estos momentos no hace falta ver en las pantallas de video lo que está pasando: nos pueden ver las arrugas de muy cerca (risas), y nosotros podemos ver cómo se da esta situación de que viene el abuelo con el hijo y con el nieto. Eso le da una intensidad, una contundencia que nos hace sentir muy bien.
Esto que es un proyecto muy casero, que lo llevamos adelante con Semilla nos tiene muy conmovidos con todo lo que está pasando, y con toda esta recorrida que estamos haciendo por todos lados. Vemos que en estos momentos de oscuridad el poder dar unas horitas de bienestar le da un sentido a esto. En el último show comenté que todos (músicos, técnicos, público) se van mejor de lo que vinieron. Hemos constatado que hay como una complicidad, una familia que está sintiéndose junta. Ojalá que ahora cuando vayamos a Santa Fe podamos irnos más contentos de lo que llegamos.
Compañeros
—¿Quiénes van a completar la formación con la que van a venir?
—Básicamente,estamos Tito Fargo, Hernán Aramberri, Semilla y yo, de la época redonda. Después tenemos a Jorge Cabrera, que es el cantante principal; también canta Fede García Vior; tenemos a Osky (Oscar Kamienomosky), que es un excelente guitarrista. Y vamos a llevar un par de invitados, cantantes, una de las características de este show: poder convidar a otros intérpretes a que puedan transmitir su versión de los temas.
Eso nos permite abrir las puertas de los temas a amigos intérpretes: un juego que nos gusta hacer.
—Por un lado, los Redondos del grupo no convivieron todos en la formación (Tito y Hernán, por ejemplo). Y por el otro, hay shows donde se han sumado figuras de otras bandas, como Ale Kurtz (El Bordo), Lula Bertoldi (Eruca Sativa), la cantora de tango Julieta Laso (Orquesta Típica Fernández Fierro)...
—El Chino Laborde (ex Fernández Fierro), Cardenal Domínguez, Manuel Quieto (La Mancha de Rolando)... Tratamos de que sean variados los invitados. También tratamos de que vengan mujeres. Es una oportunidad para abrir las canciones a muchos músicos que han vivido estas canciones no desde el escenario, sino en sus vidas. Son invitados que tienen metidas las canciones adentro, no las tienen que estudiar (risas).
—Dijiste alguna vez que la idea no era que quede sólo en la nostalgia. ¿Cómo se hace presente eso?
—Primero por las letras tan vigentes, tan brillantemente escritas por el Indio hace 30 años, que siguen hablando de lo que nos está pasando; no solamente en el plano social, sino en todas las referencias a historias amorosas. No sé si se complementa esta brillantez del Indio con que estamos también en un mundo bastante cíclico, donde las cosas se van repitiendo.
Esas letras están hablando de un presente. Eso es muy determinante en el show. Por otro lado también poder estar en este presente, viviéndolo con una visión bastante objetiva de lo que está pasando en el país y en el mundo. La nostalgia por supuesto que no la podés sacar; sacar de cada uno lo que ha vivido con esas canciones. Nosotros estamos nuevamente transpirando esas canciones: ya eso nos significa presente.