La ciudad de Santa Fe y su inserción internacional
Un primer acercamiento a la problemática cultural será el relevamiento de hacedores culturales de la sociedad civil que tengan proyección internacional. Esos actores internacionales que desarrollan actividades en la ciudad como también aquellos locales que tienen relaciones con el exterior.
D.R.
16:26
Hasta las últimas décadas, las relaciones internacionales se establecían casi exclusivamente a nivel de los estados nacionales, sin embargo se fueron desarrollando e intensificando, de forma clara e irreversible, las relaciones directas entre municipios de todo el mundo tanto a nivel oficial como de la sociedad civil. Las entidades territoriales deben pensar al mismo tiempo de manera local y global, ya que el espacio de acción se ha ampliado, y presenta ofertas y demandas concretas respecto de las cuales se debe actuar. Si bien esta dinámica se presenta en cualquier territorio, es en las ciudades donde se acentúa. Las ciudades, al concebir sus políticas públicas, rescatan valores como la identidad, el lugar y el sentido de pertenencia, estos factores son aliados para proyectar a la ciudad en el escenario internacional.
La aparición de un nuevo localismo globalizado transforma el papel de la ciudad, renovando sus valores y características para situarla como nuevo actor del sistema internacional. Esta nueva situación reclama una nueva governance multinivel, transnacional y cooperativa, un gobierno relacional con la inclusión de diversos actores en la elaboración y ejecución de políticas públicas más democráticas e innovadoras. Esta governance debe reconfigurar el sistema de representación en este escenario globalizado. Han sido intensas las gestiones llevadas a cabo por la administración de José Corral (2011-2015, 2015-2019) vinculadas a las relaciones de la Ciudad de Santa Fe con el exterior, la organización de ferias y encuentros comerciales, la obtención de préstamos internacionales, las participaciones en organismos multilaterales de cooperación y viajes al exterior han redundado en notables beneficios para la ciudad, crecimiento y fortalecimiento de las empresas vinculadas al comercio exterior, recuperación del patrimonio histórico cultural y ambiental son algunos de los ejemplos de este trabajo de vinculación exterior.
La puesta en marcha de la Agencia de Cooperación, Inversiones y Comercio Exterior a fines de 2012 (creada en noviembre del año 2011 a través de la Ordenanza municipal N° 11.830), ha sido sin dudas beneficiosa y una introducción de la ciudad en materia de relaciones internacionales pero debemos tomarlo como punto de partida hacia un estadio más abarcativo y complejo. El sesgo principal, hasta la actualidad, es netamente comercial y sería oportuno ampliar las bases y alcances para considerar todos aquellos aspectos necesarios para lograr una inserción internacional más profunda y sólida que represente una Santa Fe moderna y cooperativa, competitiva en los más altos niveles de relacionamiento.
Las relaciones multinivel requieren el esfuerzo en la creación de una verdadera Oficina / Dirección de Relaciones Internacionales de la Ciudad de Santa Fe. Los temas están profundamente vinculados y es casi imposible desagregarlos. La cuestión cultural en sí misma y en relación a otras temáticas, como comercial, turismo, educación etc. adquiere una trascendencia vital. En este punto es importante considerar que una ventaja competitiva subyace paradójicamente en un proceso cooperativo, tanto con ciudades afines en nuestra región como Rafaela, Rosario o Paraná como con ciudades del exterior. Un primer acercamiento a la problemática cultural será el relevamiento de hacedores culturales de la sociedad civil que tengan proyección internacional. Esos actores internacionales que desarrollan actividades en la ciudad como también aquellos locales que tienen relaciones con el exterior. Es a partir de la relación cultural que se establecen contactos y a partir de ello, puede crearse un vínculo comercial. El establecimiento de la paradiplomacia cultural es en esencia de vital importancia, en algunos países ha sido central desde hace muchos años. Francia fue el país pionero, a comienzos del siglo XX, en la organización de una política cultural exterior y en la creación de instituciones oficiales encargadas de su planificación y ejecución. Alemania e Italia, y más tarde la Unión Soviética, Gran Bretaña y los Estados Unidos, también establecerían algunos años después diversos organismos dedicados a fomentar esa dimensión de su política exterior. De hecho, es uno de los sectores más importantes de Itamaraty “La diplomacia cultural es un importante instrumento de acercamiento entre los pueblos, permitiendo abrir mercados para la industria cultural y entablar vínculos culturales y lingüísticos. Es también una herramienta que permite incentivar el diálogo político y económico, ya que fomenta el entendimiento mutuo y genera confianza, interés y respeto entre las naciones”, dice en su página web el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil.
Un primer acercamiento a la problemática cultural será el relevamiento de hacedores culturales de la sociedad civil que tengan proyección internacional. Esos actores internacionales que desarrollan actividades en la ciudad como también aquellos locales que tienen relaciones con el exterior.
Es a partir de la relación cultural que se establecen contactos y a partir de ello, puede crearse un vínculo comercial. El establecimiento de la paradiplomacia cultural es en esencia de vital importancia, en algunos países ha sido central desde hace muchos años.
Una adecuada planificación es parte fundamental de una negociación comercial, así como el obtener la mayor información posible y el detalle que se debe tener al entablar contactos con otras culturas. Asimismo, existen estrategias que permiten a los gestores conseguir mejores resultados en sus negociaciones comerciales internacionales. Sin embargo, un aspecto indispensable que se tiene que tomar en cuenta antes de hacer cualquier de negociación es el aspecto cultural. Necesitamos ese espacio de coordinación general de estas acciones y no dejar librado al azar o a la buena voluntad de las partes involucradas en las gestiones.
Todos los sectores deben ser reconocidos para evaluar el estado de la situación y elaborar estrategias de inserción. Por otro lado debería evaluarse la estructura educativa que tiene la ciudad y la zona para la formación de profesionales vinculados al tema, las carreras de Relaciones Internacionales, Comercio Internacional, Comercio Exterior, Profesorados y Traductorados de Idiomas, entre otros, nos darán la posibilidad de adaptarnos rápidamente a las estrategias de posicionamiento internacional, por el contrario, un diagnóstico negativo nos hará tomar medidas para subsanar la brecha que nos relega. La puesta en acción de una estrategia donde la paradiplomacia santafesina sea fuerte y exitosa dependerá en gran medida de la formación de recursos humanos debidamente preparados para esa determinada función.
Será entonces la Oficina / Dirección de Relaciones Internacionales de la Ciudad, ese “Espacio” pensado, diseñado y construido para el fortalecimiento de una estructura que permita una inserción internacional sólida y permanente, con objetivos claros y que sea responsable de articular políticas públicas que cohesione los stakeholders (partes interesadas grupos de interés) redundando en mayores beneficios materiales e inmateriales para nuestra comunidad y que esta nueva situación retroalimente nuevos ciclos virtuosos de inserción.
De las relaciones internacionales de la ciudad pueden surgir compromisos cooperativos que mejoren notablemente temas como medio ambiente, movilidad sostenible, transporte público, seguridad, desarrollo comercial y otros que nos preocupan día a día pensando en estrategias que permitan cumplir con los ODS 2030.
Son, en definitiva, tres los puntos clave a tener en cuenta: 1) el compromiso del gobierno local; 2) la iniciativa privada y las asociaciones público-privadas; y 3) la aceptación e involucramiento de la sociedad civil.
Es más que factible el logro de estas propuestas, depende de la voluntad política de seguir un camino consecuente con nuestros objetivos de desarrollo, modelos a considerar existen y muy buenos, podremos basarnos en ellos para construir nuestra propia propuesta. Es nuestra oportunidad de dar un salto de calidad.