Mario Negri: "La pobreza en el país es una deuda moral de la política"
El diputado nacional mostró su confianza en que Cambiemos pueda revertir el resultado electoral de las Paso y expresó que Santa Fe y Córdoba coinciden en la cultura del esfuerzo y del trabajo. Como también, en la participación de las universidades “incorporadas al sistema productivo”.
El diputado nacional por la provincia de Córdoba, Mario Negri, estuvo en nuestra ciudad para cumplir una serie de actividades y mantuvo un diálogo con El Litoral. El legislador se explayó sobre varios temas aunque el denominador común son aquellas cuestiones que están vinculadas con el futuro del país y cómo la Argentina se prepara frente a una serie de retos que tienen que ver con la educación y las demandas tecnológicas, la necesaria apertura de los mercados -“no resiste más eso de que podemos vivir con lo nuestro”- y la adecuación a las nuevas demandas.
Señaló que, a diferencia de lo ocurrido con las Paso en agosto, “ahora sí estamos en campaña” con una mayor “proximidad” y que, aunque difícil, “se puede revertir el resultado y llegar al balotaje. Se mostró preocupado por los índices de pobreza porque pasan a ser estructurales y la consideró una “deuda moral” de la política.
— Tras los resultados de Mendoza y en su opinión ¿queda alguna chance de poder revertir lo ocurrido en las Paso de agosto entre Cambiemos y el Frente de Todos?
—Personalmente creo -y por convicción- que la única batalla que se pierde es la que no se da. Pero después, lo de Mendoza lo que nos enseña, independientemente de las características propias de las elecciones provinciales, es que hay una fuerte volatilidad en la opinión pública y en las Paso algunos quisieron tirarnos de las orejas por las crisis, otros tiraron dos orejas y no una. Y así como el resultado sorprendió a propios y a extraños creo que hay observar en la sociedad un comportamiento que, no sé si es por agotamiento o por qué, pero que viene sorprendiendo por sus conductas.
Creo que sí, que se puede dar vuelta, que se puede ganar, pero depende mucho también del modelo de campaña de 30 días en el que estamos. Y en eso, según estimo, Cambiemos cambió. Porque en las Paso no hubo campaña o no la hubo en el concepto de cómo desarrollarla cuando hay crisis. Porque la crisis requiere cercanía y explicación. Eso es insustituible y lo estoy viendo con el presidente cuando estuvo en Córdoba y en cada uno de los lugares a los que va. Por supuesto que alguno puede pensar que eso es un anabólico, no el resultado, pero de cualquier manera después de un número que era totalmente inesperado y con un nivel de votantes inferior al que tuvimos en 2015. En Córdoba tuvimos una participación del 72 por ciento y ahora vamos a rondar el 80 %, por eso creo que tenemos todas las posibilidades de ir al balotaje, porque están dadas las condiciones. Y no tenemos que aflojar en el modelo de campaña de cercanía, de explicación, de humildad y haciéndose cargo de los errores. Del gobierno de Cambiemos, del presidente Macri, se conocen los errores, se conocen los aciertos, se sabe lo que piensa del mundo, se sabe lo que el mundo piensa de él, lo que falta saber, porque estamos compitiendo con un pasado inmediato, es qué es lo que piensan del mundo y qué es lo que proponen...
—Conocido es el rol que ha cumplido Córdoba en cada elección nacional en la que ha participado Cambiemos. ¿Qué rol le toca en esta oportunidad a Santa Fe? Porque las adhesiones han ido y han vuelto...
—La diferencia en esta provincia fue la aparición del socialismo, que produjo una alianza con el radicalismo y después, una crisis. Pero si fuera por lo que se expresa socialmente, por la economía, nosotros somos primos hermanos entre santafesinos y cordobeses. Y son provincias donde el populismo cuesta que pueda entrar porque, opino personalmente, hay una cultura de inmigrantes, una cultura de trabajo, una cultura del esfuerzo, del valor agregado en el trabajo y en la industria... y, en paralelo, algo muy significativo que es el nivel educativo y la universidad incorporada en el sistema productivo. Por eso al populismo le cuesta.... y eso que hace muchos años que decían que Rosario era la ‘capital del peronismo’, pero eso quedó en la nostalgia. Entonces, veamos, este gobierno ‘le sacó la pata’ al campo a pesar de que en lugar de las siete plagas le tocaron dos malas cosechas, una por exceso de lluvia y otra por sequía, por lo que perdimos 10 mil millones de dólares. Pero el cordón agroindustrial de Santa Fe y de Córdoba -que tienen una visión del mundo, del valor agregado, de lo que hay que sumar, del desarrollo del conocimiento, del emprendedor, de la Pyme; está intacto. Nosotros casi que deberíamos viajar en el mismo auto y juntos, por lo menos en el imaginario de la Argentina que queremos.
—Si gana Macri, va a haber una política hacia el sector agropecuario más firme. Porque hubo quita de retenciones, postergaciones y nueva imposición...
— Con las dos devaluaciones que hubo los cuatro pesos quedaron licuados y prácticamente desaparecieron... Pero además a la política agropecuaria por un lado como la energética, por el otro, hay que ponerle un palote a favor en el gobierno porque se han abierto muchos mercados en el mundo. Hemos vuelto con los limones a los Estados Unidos, en Córdoba estamos haciendo biomasa, biocombustibles, energía solar, energía eólica... hay muchos emprendedores trabajando en el valor agregado en productos del campo, hay investigación, maquinaria agrícola.... Si tuvo un acierto y que debería estar casi afuera de cualquier discusión aunque alguno pueda no compartir sus ideas, es que Mauricio Macri hizo de la política exterior no un camino alrededor de la ideología sino un camino para dar respuestas a los intereses de un país que se tiene que insertar en el mundo.
Hay que recordar que veníamos de un lugar muy chico, muy cerrado. Nadie podía imaginar que se podía exportar harina de soja, nadie podía imaginar que íbamos a exportar carne de cerdo en la manera que lo estamos haciendo con China, nadie imaginaba que íbamos a volver con limones y con carne a los Estados Unidos, acaban de salir los embarques de carne congelada a China con hueso desde Córdoba; la cuota Hilton, la recuperación de nuestras cabezas de ganado luego de perder diez millones de cabezas; los productores lácteos que aún en el medio de la crisis el precio del litro está por encima de los 10 y 11 pesos; volvimos a abrir la exportación de la leche en polvo -porque cometimos el sacrilegio más grande durante el kirchnerismo cuando valía unos 5.000 dólares la tonelada de leche en polvo y nosotros cerrábamos la exportación....
Frente al mundo usted tiene dos imágenes: la última que hizo Cristina en Vietnam y en Angola, llevando una cosechadora trucha que habían hecho en Entre Ríos y diciendo que había que comer gallinas o cerdo contra esta política comercial de exterior que, por supuesto, va acompañado de un tipo de cambio competitivo y que también se produzca una baja de impuestos. Porque si la presión tributaria es inmensa, no se puede competir. Además, nosotros en la Región Centro tenemos que incorporar el conocimiento y el desarrollo científico porque nosotros competimos en el mundo contra la genética. La manzana y la pera de Villa Regina que éramos los únicos que les vendíamos al mundo, hoy compiten con nosotros otros ocho países que lo hacen con genética. Entonces ése es el país en el que hay que pensar y nosotros somos unos privilegiados, los que vivimos en Santa Fe y en Córdoba, por la diversificación de nuestras economías. Podríamos ser un país de Europa, tranquilamente, ¿no?
—Algunos países del subcontinente nos están pasando por encima, como lo es el caso de Chile con sus TLC...
—Pero fíjese cuál ha sido la reacción con el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea luego de tantos años de pelea. Pero la idea de competir políticamente te lleva a negar lo que debería ser una conquista de una política de Estado. ¿Saben lo que es abrir ese mercado? Por supuesto que hay que tener salvaguarda...
—Brasil no lo discute...
—Y ellos, que fueron el gran freno. Y acá decimos que se va a morir la industria nuestra, pero la firmaron los brasileños, que son los que tienen que cuidarse. Porque son ellos los que tienen la gran industria automotriz de la que los cordobeses dependemos en gran medida y en Santa Fe también, en parte. Entonces cuál es el click que hace en nosotros que Alberto Fernández haya dicho que hay que tener mucho cuidado con el acuerdo con la Unión Europea cuando, en verdad, debería estar fuera de discusión.
Obvio que habrá partes que serán muy rápidas para articular y otras que tendrán los años de salvaguarda porque nadie puede estar pretendiendo abrir una economía de un momento para el otro porque está nuestra industria que, además, se tiene que reconvertir para poder competir. Si no tenemos valor agregado, no exportamos y no ingresan divisas, vamos a dibujar una Argentina donde la política le dice a los ciudadanos que se puede vivir con dos pesos pero que apenas se da vuelta tiene que emprender con la maquinita o pedir prestado cinco veces más para satisfacer a alguien. Eso no funciona más....
Guillermo Di Salvatore.
Foto: Guillermo Di Salvatore.
— Argentina conserva el territorio común, el idioma, pero hemos perdido la moneda...
—Sí, hace muchos años que no la tenemos. Salvando las distancias del tamaño de la economía, Brasil tiene un nivel de deuda cinco veces mayor al nuestro... pero en reales. Tenemos un sistema bimonetario en el que los pesos alcanzan para comprar alimentos en la verdulería, pero si la gente tiene miedo se refugia en el dólar y ahorra ahí. Y es una cultura que es el resultado de nuestras recurrentes crisis económicas. Lo primero que tiene que hacer la política es hacerse cargo. No puede ser que cada uno que esté llegando diga que recién comienza. Con Cambiemos tenemos una competencia con el pasado y podemos ganar o perder... ahora... estuvieron doce años. Nosotros no pudimos bajar la pobreza, pero ellos la dejaron en el 30... pero o resolvemos el problema de la pobreza entre todos o no la resolvemos. La inflación la hecho goles a los radicales, a los peronistas, Macri creía que la podía resolver en dos días porque venía de una visión empresaria y con una sobreestimación de la capacidad para resolver el problema. Así, somos uno de los tres países con más alta inflación en el mundo... entonces si todo esto ocurre, el problema está en tu casa. No podemos seguir queriendo comprar la película que indica que se puede vivir con lo nuestro. Es imposible eso.
—Indudablemente que inflación y pobreza nos castigan con fuerza. Ahora bien, en ese ámbito supuesto de debate entre las fuerzas, una de las pautas principales debería ser el de la educación. Porque hay un montón de chicos que ya no tienen futuro...
—No solo no tienen futuro sino que ya hay dos generaciones que no trabajaron nunca. Si me pregunta cuál es el orden de prioridades y las puedo ordenar y desordenar. Pero pongo pobreza porque es una deuda moral. Es muy difícil fortalecer la democracia con un 30 ó 35 por ciento de pobres. Podemos agregar o quitar uno o dos puntos, pero hay un piso del 30 por ciento que se está convirtiendo en estructural. Construir democracia con eso, es una tarea ciclópea.
En segundo lugar, o el primero debería ser: la educación. Con Albor ‘Nicky’ Cantard siempre conversamos sobre quién acierta más sobre cómo hemos caído en el nivel educativo; en qué posiciones quedamos en nuestros exámenes y en el progreso y yo le diría que es casi determinante la base de la calidad educativa hoy depende de los gremios y no de lo que pueda hacer el Estado porque tiene una puja en la que subalterniza la legitimidad de la lucha por un salario a la pérdida o no de la calidad educativa
¿Cómo vamos a estar discutiendo en este siglo si son 180 los días de clases? Algo nos pasa. Y sucederá que el hijo de un vecino de Santa Fe se va a pelear por el trabajo pero no con el hijo de otro vecino sino con un robot, se va a pelear con el conocimiento, con la tecnología. Éste es el gran dilema del mundo. En California hay un grupo de cientistas sociales que estudia qué va a pasar con el mundo de la robótica de aquí a 20 años. ¿qué va a hacer la gente? ¿va a trabajar o se queda en la casa? y si se queda en la casa, ¿se le paga un sueldo?, ¿una asignación?. Y eso, ¿cómo se hace...?, ¿se le cobra un impuesto al robot?, y la seguridad social de esa persona, ¿cómo se cubre?
O el mundo del trabajo que, con la tecnología actual, se hace en un domicilio como la prestación de servicios... entonces si la Argentina no pone como norte esto y, por el contrario, vive de la nostalgia de lo que fuimos a principio de siglo con la escuela pública, aquella del guardapolvo blanco y la que nos puso igual a todos pero no entendemos que la velocidad del desarrollo del conocimiento como de la tecnología no tiene barreras, el mundo nos va a pasar por arriba, aunque no quedemos discutiendo quién va a ser el próximo presidente. Lo que no vamos a tener es futuro y no va a haber trabajo porque el problema no es que venga el robot sino es que hay que aprender a manejarlo y hay que preparase para eso.
Los fallos de la Corte Suprema
- La Corte Suprema, lo digo con el mayor de los respetos, durante los cuatro años de gestión de Mauricio Macri le deja dos cosas muy significativas. Lo recibió con un fallo después de siete años que no había resuelto por el cual ordenó pagar lo que les correspondía a Santa Fe, Córdoba y San Luis y el gobierno llamó a todos los que no demandaron al gobierno -porque le tenían miedo a Cristina Fernández- para pagarles a todos. Sobre la finalización del mandato, antes de saber si es reelecto, resuelve algo que hay que observar desde dos vías.
Jurídicamente es un debate, pero si lo mira desde el punto de vista de la solidaridad del federalismo, del cinismo o de la hipocresía que tomó un grupo de gobernadores, obviamente lo segundo está indicando que la solidaridad no es la base del federalismo para ello. Máxime con un gobierno que les dio de federalismo, sobredosis. La que no tuvieron nunca porque lo que tenían los gobernadores en la década kirchnerista era abstinencia de federalismo porque si no era del palo, no entraba ni a Olivos. Hoy he visto que las provincias deben 140 mil millones de pesos a la Anses por préstamos que han sacado y desde enero hasta agosto de este año, por encima de la coparticipación el gobierno les ha mandado a las provincias 115 mil millones de pesos. Entonces si usted ha tenido una crisis en la que ha incidido una devaluación que se traslada a precios y que golpea a las familias más necesitadas y resulta que esas 15 provincias sus diputados han presentado proyectos de ley en estos cuatro años imputándole a Mauricio Macri que estaba a la derecha porque no subía el mínimo de Ganancias o porque no le quitaba el IVA a los alimentos de la canasta básica pero en el medio de la crisis, cuando lo hace, van y se presentan para hacer un juicio... mire eso no es de insensibles o de pijoteros, eso habla muy mal de quienes lo hicieron porque con tal de pegarle un golpe al gobierno le interesa muy poco lo que pueda sufrir la gente si pierde ese derecho que ha ganado.