Un hombre fue condenado a reclusión perpetua por el crimen de un estudiante de 13 años, asesinado de un balazo en 2017 durante un intento de robo cuando volvía de rendir una materia en la localidad bonaerense de Gregorio de Laferrere, informaron hoy fuentes judiciales.
El fallo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de La Matanza, conformado por los jueces Alfredo Drocchi, Matías Rouco y Andrea Schiebeler, recayó sobre Luis Alberto Soto (37), alias ‘Pocho‘, por el crimen de Martín Alejandro Leguizamón.
Fuentes judiciales informaron a Télam que la fiscal de juicio Celia Cejas pidió en su alegato que el acusado sea condenado a reclusión perpetua por el delito de ‘homicidio criminis causa‘, es decir matar para ocultar otro delito, en este caso el robo, y lograr la impunidad.
La representante del Ministerio Público requirió además a los jueces del TOC 1 que la pena otorgada a Soto fuera ‘por tiempo indeterminado‘, porque esta sería la cuarta condena de Soto.
Es que, según el fallo al que accedió Télam, Soto había sido sentenciado el 15 de junio de 2017 a cuatro meses de prisión por un ‘robo simple‘, también en Gregorio de Laferrere, en un hecho similar, ya que la víctima ‘fue un niño del secundario, a quien le arrebató un celular, dos camperas, trescientos pesos, un boleto secundario y una tarjeta SUBE‘.
Los voceros señalaron que ‘Pocho‘ recuperó la libertad en octubre y dos meses después asesinó a Leguizamón.
Por su parte, la primera causa que tuvo Soto fue en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, también por un robo, añadieron los informantes.
Por este motivo, el TOC 1 accedió al pedido solicitado por la fiscal y le otorgó la reclusión por tiempo indeterminado al condenado, debido a la ‘gran peligrosidad demostrada‘.
Al respecto, explicaron que esta resulta ‘de la capacidad delictiva específica, de que pese a haber estado privado de su libertad durante diecisiete años, los delitos que iba cometiendo eran cada vez más graves, la actitud agresiva en su declaración en el juicio, la pluralidad de intervinientes que denota asociación para delinquir y el empleo de un motovehículo como instrumento‘, argumentó en el fallo el juez Drocchi.
El hecho ventilado en el debate oral ocurrió el 22 de diciembre de 2017, cerca de las 18, en Río Cuarto y Murguiondo, en Laferrere, partido de La Matanza.
Según se dio por acreditado, la víctima regresaba de rendir inglés en su colegio cuando dos ‘motochorros‘ lo interceptaron con fines de robo.
El delincuente que iba como acompañante estaba armado con un arma de fuego calibre .32 y tras descender del rodado amenazó al chico de 13 años con el objetivo de que le entregara todas sus pertenencias.
Según las fuentes, el asaltante le quiso sustraer un morral que llevaba colgado y su teléfono celular por lo que lo tomó del cuello, pero el estudiante se resistió al robo.
En ese momento, Leguizamón recibió un balazo en la espalda, que impactó en la escápula derecha y cayó gravemente herido al suelo.
En tanto, los delincuentes huyeron del lugar de inmediato, sin concretar el robo, y amenazaron a un vecino que se había acercado al observar el hecho.
El mismo vecino declaró durante el juicio que asistió primero al adolescente y que luego otros habitantes del barrio lo llevaron en un auto particular a un hospital cercano, donde ya ingresó fallecido.
De acuerdo con la autopsia practicada, el estudiante tenía ‘un orificio de entrada a nivel del quinto espacio intercostal posterior con perforación y proyectil alojado en esternón a nivel del quinto espacio intercostal lateral derecho‘, y ello le provocó ‘un paro cardiorespiratorio traumático a raíz de un neumohemotórax traumático, causado por arma de fuego‘.