Un camionero entrerriano de 37 años fue condenado la semana pasada a seis meses de prisión en suspenso por transportar 160 paquetes de hojas de coca que compró en Salta y que según dijo, era para vender a sus pares de Santa Fe y Entre Ríos porque “acá es difícil conseguir”. Fue apresado el 23 de abril del año pasado por Gendarmería, cuando transitaba por la ruta provincial N° 4, a la altura de La Pelada, y terminó firmando un acuerdo de juicio abreviado en el que asumió su responsabilidad por el delito de “encubrimiento de contrabando”, en infracción al Código Aduanero.
La sentencia fue dictada el martes 8 de octubre por el juez del Tribunal Oral Federal de Santa Fe, José María Escobar Cello, luego de que el fiscal general Martín Suárez Faisal consintiera el abreviado propuesto por el abogado particular Ignacio Alfonso Garrone, en representación del transportista, Javier Gregorio M.
Éste último, fue detenido cuando personal del Escuadrón Seguridad Vial “San Justo” de GNA, que realizaba un operativo de ruta, secuestró en su poder 160 paquetes de forma rectangular que contenían 38,625 kilogramos de hojas de coca, además de $ 25.750 en efectivo. El hallazgo fue producto del control físico y documentológico del camión Volvo que provenía de Las Lajitas, en Salta y se dirigía a la ciudad de Villaguay.
El conductor fue indagado en el Juzgado Federal N° 2 y -aunque excarcelado el 4 de mayo-, lo procesaron “como presunto autor del delito de transporte de materia prima para producir estupefacientes”. El 30 de noviembre de 2018 el fiscal federal solicitó la elevación de la causa por el mismo delito, aunque “lo cierto es que no existen certezas respecto a que las hojas de coca hayan tenido como destino dicha finalidad”, expresó el juez de la causa.
En su defensa, el camionero reconoció haber comprado las hojas de coca en Salta y que las llevaba consigo para su propio consumo o de algún par, porque “acá en la zona de Santa Fe y Entre Ríos es difícil de conseguir”.
“Encuentro verosímiles sus manifestaciones”, sostuvo Escobar Cello, que ancló sus dichos a una arraigada costumbre en el norte provincial, donde la oferta de hojas de coca “es absolutamente abierta y masiva, incluso promocionada mediante cartelería en la vía pública” y tiene por finalidad “mitigar el cansancio y el hambre” en los camioneros mientras realizan sus viajes.
Además, argumentó que “está probado que en su estado natural las hojas de coca no producen dependencia física o psíquica, por lo tanto, no califican como ‘estupefacientes’ en los términos del art. 77 del código penal. Por lo tanto, su falta de nocividad no pone en riesgo el bien jurídico tutelado por la ley 23.737 que es la ‘salud pública’”.
Y respecto a la utilización de éstas para la fabricación de estupefacientes, según surge de un informe técnico requerido en la causa, de la cantidad secuestrada (38,625 kilogramos) podrían obtenerse tan sólo 190 gramos de cocaína. Por ende “debo descartar la calificación escogida por el fiscal federal al requerir la elevación de la causa a juicio. Entiendo que la que corresponde es la seleccionada por el fiscal general y admitida por el encausado-, es decir, encubrimiento de contrabando (art. 874 inc. 1 d del C. Aduanero)”.
Para el tribunal, los 160 paquetes de hojas de coca están valuados en $ 77.166 y su posesión “constituye una infracción de tenencia en plaza de mercadería extranjera (ya que la misma se cultiva en el exterior), con fines comerciales sin justificar el ingreso, atento que dicha cantidad supera la considerada compatible con un uso o consumo personal”, según un informe elaborado por el administrador de la Aduana de Santa Fe.