“La idea es trabajar más en el tema narcomenudeo, que es la última instancia en la lucha contra las drogas, conformando equipos de trabajo entre Nación y provincias para desactivar bandas que operan localmente”.
El Presidente prometió extender a todo el país las acciones contra los búnkeres en los barrios. El secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco, dijo a El Litoral que el plan incluye aumentar intervenciones en esta capital y en la ciudad del sur.
“La idea es trabajar más en el tema narcomenudeo, que es la última instancia en la lucha contra las drogas, conformando equipos de trabajo entre Nación y provincias para desactivar bandas que operan localmente”.
En esos términos sintetizó el secretario de Seguridad de la Nación, Eugenio Burzaco, la promesa de campaña lanzada hoy por el presidente Mauricio Macri bajo el título “terminar con la droga en los barrios”.
“Este año, lanzamos un programa para terminar con la venta de droga en localidades seleccionadas. En estas zonas, neutralizamos un 74% más de búnkeres de venta de droga. Por eso proponemos a llevarlo a todo el país”, escribió el jefe del Estado en su cuenta de Twitter.
Macri sostuvo que en sus casi 4 años de gestión se incautaron 550 toneladas de droga y se realizaron 80 mil detenciones, y que se marcó un récord nacional. Como resultado de esas intervenciones, los barrios involucrados “son más seguros y hay menos chicos que consumen”.
El último eslabón
En diálogo con este diario, Burzaco confirmó que “nosotros ya venimos haciendo ésto en varios lugares, y con bastante éxito, pero la idea es, en los próximos cuatro años, y sumado al trabajo que hacemos sobre el macro-narcotráfico, que es la desarticulación de bandas grandes y la detención de drogas en la frontera -donde se detiene el 85 %-, trabajar también en lo micro, que es donde se genera mucha violencia y criminalidad.
-La queja recurrente de los vecinos es que muchas veces tienen identificados los locales o personas que se encargan de la venta de drogas, pero no se actúa contra ellos.
-Es tal cual, a los vecinos les genera mucha frustración ver estos puestos de venta chicos, que además son los que más violencia suelen producir, porque las peleas entre bandas por controlar esos territorios son las que provocan enfrentamientos y muerte. Con lo cual trabajar sobre el narcomenudeo es una etapa más de esta política que hemos llevado adelante durante estos cuatro años, y que claramente tiene que hacerse en conjunto con los gobiernos y las fuerzas provinciales para tener éxito.
-¿Santa Fe y Rosario están incluidas en el programa?
-Sí, obviamente es un programa que hay que ir haciéndolo crecer con el tiempo, porque el despliegue de las fuerzas federales es limitado. La idea es comenzar con casos testigo en varias provincias, y de ahí, en la medida en que vamos avanzando y teniendo éxito, seguir multiplicándolo. Esto es lo que han hecho otros países de la región, que complementa las acciones contra el tráfico ilegal, atacando el último eslabón. Que es al que a veces no se le da mucha importancia, pero es el que más violencia genera. Y también la amenaza para las familias de que tomen a sus hijos como soldaditos. Tanto Rosario como la ciudad de Santa Fe están entre las que vamos a trabajar.
-¿Cómo funcionó la colaboración con el gobierno santafesino? Porque hubo cruces, tensiones...
-Lo que hicimos fue mejor que lo previo que se había hecho. Varias bandas fueron desarticuladas, la tasa de homicidios en la provincia bajó. No todo lo que querríamos, ni es una pelea que haya terminado, pero obviamente hay un panorama mejor que cuando llegamos.
-¿Se mantiene el nivel de presencia de fuerzas federales o fue reducido?
-Seguimos con el compromiso de sostener los 3 mil efectivos federales en la provincia. A veces cambiamos la composición, sumando más gendarmes y prefectos, por razones económicas y de costos de los extras. Pero la idea es sostener ese proceso porque ha llevado una mayor tranquilidad, así que hay que sostenerlo.