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Un productor porcino de Marcelino Escalada reclama la construcción de un alteo o un ripiado en los 6 kilómetros que lo separan de la Ruta 11 para poder vender la mejor genética porcina al resto del país y al mundo.
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Rubén Alcaraz tiene una granja porcina muy particular en Marcelino Escalada. Allí no sólo produce genética de cerdo de primera calidad, sino que reaprovecha los efluentes mediante la incorporación de una maquinaria especialmente diseñada y fabricada en San Justo bajo su dirección.
La misma utiliza los deshechos de bosta y orina, que son mezclados con un compost para la elaboración de fertilizantes naturales, los que a su vez van a parar a los campos del maíz con el que alimentan a los cerdos. Lo que se dice, una economía circular 100%.
Alcaraz destaca el buen momento por el que atraviesa la producción porcina en el país, que le permite afianzar un circuito comercial con provincias del norte argentino.
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“Por la alta demanda de animales, estamos atendiendo diferentes clientes de varias provincias, y van rotando clientes de Salta y Misiones”, admite.
También reconoce que en las actualidad hay una gran demanda de genética. “La gente está invirtiendo en reproducción, en recambio de madres para una producción porcina más eficiente. Hoy el cerdo vale más que el novillo, es algo histórico, el hecho que un capón valga más que un novillo en pie, es un aliciente para los productores, traccionado en el creciente mercado interno que crece fuerte y por la demanda de los chinos, lo que incrementa una suba en el precio”, agrega. “Es un buen momento para captar esos valores, a pesar que el maíz no tenga retenciones, el precio cierra aún usando derivados de la soja para alimentación”.
Sin embargo, este viento de cola para la actividad sigue sin aprovecharse en su totalidad para un productor como Alcaraz, que cada vez que tiene que cargar los animales, deber realizar una verdadera proeza. Que -dicho sea de paso- echa por tierra todo el proceso de bienestar animal implementado en la granja (y cada vez más reclamado por los mercados).
“Hace 7 años que le demando las mejoras al camino en lo que respecta a un alteo o ripio para llegar a la ruta, pero hasta el momento no se cumple, son sólo promesas, y eso dificulta enormemente la carga de los animales. El animal debe ser cargado en un acoplado para llevarlo hasta la ruta, y luego trasbordado hacia un camión, para luego viajar durate 30 horas hasta Salta, lo que acarrea un enorme estrés al animal y su carne”.
Por último, se lamenta que también están atendiendo a clientes de Misiones, pero que esos mercados peligran porque semejante trajín “nos dificulta entregar a los animales en las mejores condiciones para afrontar ese viaje”.