“No lo esperaba. Pero, ¿quién lo espera? Un día la vida cotidiana se modifica de manera abrupta, imprevisible. el trabajo se altera, el ritmo se altera, la sonrisa, el sueño, los anhelos. Sólo hay preguntas en momentos acuciantes, que pulsan por irrumpir en la conciencia”. Así describió el momento que atravesó cinco años atrás Cecilia Ausgburger, autora de los textos que completan la muestra “Entretiempo”.
Y en diálogo con este diario cuenta cómo fue aquella decisión de poner el cuerpo para que Silvina Salinas lo registre en fotos: “Cuando recibí el diagnóstico le pregunté si estaba dispuesta a participar, a acompañarme, a hacer fotografías sobre lo que significaba este proceso”.
En medio de la preocupación y la angustia “por cuestiones muy desagradables y penosas que significan estar enferma, el diagnóstico, las cirugías y todos los procesos por los que hay que pasar, me inquietaba la idea de cómo transcurrir una situación que no sea solamente en modo pasivo; cómo hacer para no estar solamente con pena o sufrimiento. Me pareció importante la posibilidad de hacer algo creativo que me sacara de ese rol de objeto en el que inevitablemente estás cuando se hacen intervenciones médicas sobre el cuerpo de la persona; y lo artístico lo permitía”, reflexiona.
La idea de la muestra tiene ese espíritu: “Cambiar el sentido de algo que es muy penoso, muy poco atractivo hacia los ojos, y colocarlo en valor con otro color y significado”.
Ese lazo de amistad permitió acordar los límites: “En los momentos en los que estaba mal o cuando no quería ni levantarme de la cama, no había fotos”. Y el acompañamiento fue en lo cotidiano: “Silvina me preguntaba ‘¿hoy qué vas a hacer’’ y le decía que tenía que comprarme una peluca, o hacerme los análisis, o que me iba a caminar o a tomar un café”. Entonces, iban juntas las dos y así se hicieron las fotos.
Cuando aquel proceso terminó, no hubo publicidad ni difusión. Cinco años después pareció el momento adecuado para volver sobre aquel momento y también sobre el recuerdo. A la certeza de estar en condiciones de revelar el trabajo conjunto y revivir esa etapa, se sumó la invitación del Coad para montar allí la muestra.
- ¿Como fue volver sobre aquel momento de tu vida?
- Muy movilizante. Por un lado me gustó mucho presentarlo. Y además era saldar una deuda con Silvina: una fotógrafa hace fotos para mostrar, no solamente para que las imágenes sirvan de contención y apoyo para una amiga. Algunas imágenes me parecieron muy bellas y movilizantes, como la de las manos que se trenzan, que es la mano que lastima pero también sana. La imagen de la sala de espera también es fuerte: todos tenemos salas de espera encima.
- Tengo alta completa, soy una persona sana.
- ¿Tenés más miedos que antes?
- No creo tener más miedo que antes, no creo haberme vuelto una persona más precavida de lo que era como el común de las personas con los controles regulares y los cuidados de alguien que está activa. No creo que eso se haya modificado. Sí la percepción de que hay que ponerle mucho valor a la vida y no hay que postergar las cosas que interesan. La cercanía a un diagnóstico de cáncer es una situación muy traumática e impactante
- ¿Por qué la muestra se llama “Entretiempo”?
- Pensamos el nombre cuando decidimos montarla. Conversamos mucho con Silvina y en un momento ella la tituló y me pareció que era muy elocuente respecto de lo que significa un proceso de enfermedad. Transcurrió un año desde los exámenes preliminares, el diagnóstico y el alta. Y fue un entretiempo, una interrupción, un lapso de reposo entre los tiempos en los que estás en el campo de juego. Ahí estás esperando, te estás recuperando, descansás para volver a tener energía, así que me gustó esa metáfora deportiva del nombre.
El sentido de la muestra es sensibilizar, concientizar porque no tenemos por qué morirnos de cáncer de mama. Es una enfermedad con detección precoz, tiene una altísima probabilidad de sobrevida. La muerte por cáncer de mama es completamente evitable”. Cecilia Augsburger.
“Entretiempo” va a permanecer abierta al público en la sede de Osdop (Obra Social de los Docentes Privados), Tucumán 2955, a partir del lunes y por dos semanas, en el horario de 7.30 a 14.30.