-Estuvo al frente de Ansés en un período complejo, que termina con mayores complejidades todavía. ¿Qué balance hace de su gestión?
Maneja el fondo más grande de la Argentina y, aunque admite que fue afectado por la devaluación, asegura que está “cuidado” y no es una “caja” del Estado. Asegura que las prestaciones previsionales a futuro están garantizadas, pero hay que hacer cambios progresivos en el sistema. Y destaca la ejecución de un programa de créditos “sin precedentes” en el país.
-Estuvo al frente de Ansés en un período complejo, que termina con mayores complejidades todavía. ¿Qué balance hace de su gestión?
-Estamos muy contentos, siempre con ganas de hacer más cosas. Uno siempre quiere más, pero estamos muy contentos con el avance. Porque la realidad es que recibimos un sistema deficitario, que había que poner en orden por un lado, y lo conseguimos. Y esto es importante, porque garantiza las jubilaciones a futuro. Por otro lado, recibimos un sistema jubilatorio que había tenido muchos vaivenes. Recordemos que en los últimos 20 años se había privatizado de un día para el otro, después se había estatizado sin debate previo en el Congreso. Nosotros pasamos a una ley en 2016 diciendo que queríamos un sistema público, hubo consenso al respecto, y a partir de ahí comenzamos a mejorar todo lo que faltaba. Uno a veces en Argentina tiene la sensación de que cuando viene alguien nuevo quiere cambiar todo lo que había. Y no fue eso lo que hicimos en Ansés, sino que hicimos un plan de gobierno, nos fijamos cuáles eran las cosas que estaban funcionando mal, y trabajamos específicamente en eso, sobre lo que ya existía.
En ese sentido, uno de los principales problemas era el de los juicios. Cuando nosotros llegamos había 350 mil juicios. Había 60 mil sentencias firmes, definitivas, confirmadas por la Corte. Y había más de 1,5 millones de personas que tenían derecho a litigar también.
-Y con la jurisprudencia ya trazada
-Claro. Esto definitivamente era un problema, porque la mayor cantidad de juicios que tenía el Estado argentino eran contra la Ansés, desde los jubilados. Justo un público que tenemos que cuidar, porque un país que no respeta a los que nos precedieron, a los que nos dieron la vida, nos cuidaron, no tiene futuro. Por eso hay una primera decisión muy valiente del presidente Macri de lanzar la reparación histórica. Con eso conseguimos bajar los juicios a la mitad. Esto no tiene precedentes. Es verdad que falta mucho, porque queda la otra mitad, pero es un avance significativo.
-¿Las expectativas eran mayores?
-No, está en línea con lo que queríamos, porque son casi 1,2 millones de jubilados que aceptaron la propuesta. En promedio son $ 7.500 más por mes, la gran mayoría de los jubilados que recibió la propuesta la aceptó. Es una política de Estado muy moderna, porque se hace todo directamente por internet, es con firma digital. Mientras tanto, es cuando más sentencias por año se están pagando: 50 mil, contra 30 mil que se pagaban antes.
-El otro gran tema es la atención de la niñez...
-Bueno, sobre eso, en su momento la Dra. (Elisa) Carrió había impulsado la Asignación Universal, que ahora cumple 10 años. Nosotros mejoramos esa política pública. Hemos ampliado la cobertura, hemos agregado a los hijos de monotributistas. Trabajamos mucho para que se cumplan las condicionalidades: que el niño vaya a la escuela, que cumpla con las vacunas obligatorias y los controles de salud. El año pasado fue el récord de presentación de libretas. Y eso nos pone muy contentos, porque si conseguimos que los chicos vayan a la escuela, tengan esta cobertura, tengan las vacunas obligatorias y los controles de salud, sin duda vamos a tener futuras generaciones mucho mejor preparadas.
Créditos
-También se toma como referencia al organismo en materia de asistencia crediticia.
-Nosotros lanzamos una política de créditos como hasta ahora no había habido nunca. Dimos en estos tres años 11,5 millones de créditos. No hay un número así en ninguna institución pública ni privada, por lo menos en Argentina. Y hay que tener en cuenta que en la gran mayoría de los casos estamos hablando de familias que no podían acceder a un crédito en un banco. Esto es un antes y un después, y especialmente tomando en cuenta que más del 60 % de los beneficiarios lo usaron para mejoras en las viviendas. Y esto genera un dinamismo en la economía que es muy importante, y sobre todo en una situación económica difícil, sobre todo en barrios vulnerables, donde hacen falta las changas y el tipo de trabajos que estos créditos habilitan.
-¿Estas líneas de crédito se mantuvieron, se acotaron o se incrementaron en el actual contexto económico?
-Hace unos meses los hemos aumentado, vamos mejorando el valor de los créditos. Hoy para jubilados el valor es de $ 200 mil, y vamos a seguir sosteniendo esta política pública. Es interesante porque, en orden a no destruir lo que había sino mejorarlo, nosotros recibimos un programa que se llamaba la tarjeta Argenta, que era como un crédito, pero había que consumir la mitad en determinados comercios que estaban adheridos a la tarjeta. Y en un centro de jubilados nos dijeron: “Bueno, pero por qué no me ponen el crédito todo en mi cuenta”. Porque hay lugares del interior -pasaba acá en localidades chicas de Santa Fe- donde no había ningún comercio adherido, entonces no servía. Lo hicimos y nos dio muchísimo resultado.
Sustentabilidad
-Hay medidas de fondo y otras de coyuntura que impactan sobre los recursos de Ansés. Por un lado, la ampliación de beneficios, e incluso el otorgamiento de jubilaciones sin aportes. Por el otro, la suspensión de aportes dictada por el gobierno como medida de alivio económico. ¿Estas cuestiones no comprometen el futuro de las prestaciones previsionales?
-Con respecto al tema de los aportes, nosotros tenemos una visión de que esto mejora las cosas. No en el corto plazo, pero sí en el mediano. Porque somos conscientes de que tener un empleado registrado al ciento por ciento es muy costoso, y de hecho el trabajo informal es uno de los grandes problemas que tenemos. Si nosotros alivianamos, principalmente a las pymes y los pequeños comercios de aportes y contribuciones -lo que algunos llaman “impuestos al trabajo”-, se genera un círculo virtuoso que, en la medida en que esté acompañado por el ciclo económico, incentiva a los empleadores a blanquear a su personal.
En segundo lugar, con respecto al sistema, lo hemos balanceado. Es decir, tomamos distintas decisiones, que pasaron por el Congreso. Tuvimos cuatro leyes en estos años que, si bien fuimos minoría en las cámaras legislativas -cosa que tampoco tiene precedentes: no hubo en las últimas décadas un gobierno sin mayoría en alguna de las cámaras-, conseguimos que sean aprobadas, con un gran acompañamiento de todo el arco político. Una de ellas, por ejemplo, es que apliquemos análisis socio-económicos para entregar jubilaciones o la pensión universal al adulto mayor, que es otra ley nuestra, a personas sin aportes. Nosotros queremos dar una cobertura, queremos estar presentes como Estado, pero en los casos en que haga falta. Si la persona tiene propiedades, o tiene un alto nivel de vida, creemos que no necesita el acompañamiento del Estado, y es un esfuerzo fiscal muy alto. Y así como ésta, se aprobaron otras leyes que nos permitieron estabilizar el presupuesto en 11 puntos del PBI, que es similar a otros países.
Haberlo estabilizado ahí nos genera una satisfacción, porque ésto implica que esté el dinero para las jubilaciones venideras.
-¿Ésto a pesar de los fondos tomados en préstamo por el Estado con Ansés, que tradicionalmente ha sido usada como caja de financiamiento, y también en esta gestión?
-Ahí creo que hay que hacer una corrección. El dinero de Ansés se cuidó muchísimo, yo me ocupo especialmente de eso, y no fue una caja para el Estado. En primer lugar, porque hemos bajado mucho los costos, y fuimos muy cuidadosos con el dinero de los jubilados. Hoy Ansés, entre pagar los sueldos, mantener las 400 oficinas que tenemos y hemos mejorado mucho -hemos bajado de 6 a 3 meses la demora desde que se comienza el trámite hasta que se cobra la jubilación-, representa un 1,2 % del total del presupuesto de Ansés. Lo hemos bajado al mínimo. Es decir que todo el dinero va a donde tiene que ir, que es a la gente.
Dicho ésto, nosotros tenemos un fondo, que es el Fondo de Garantía de Sustentabilidad, que ha quedado de la época de las AFJP. Y al que también lo cuidamos. Lo que pasa es que es el fondo más grande que hay en la Argentina, y -a diferencia de lo que pasaba antes- no tiene que quedar en pesos en una cuenta sin ninguna rentabilidad. Nosotros invertimos ese dinero. Porque todos sabemos que, con la inflación que hay, si uno tiene los pesos frenados van perdiendo valor. Entonces los invertimos en bonos y en acciones, y eso genera una rentabilidad. Hoy están pagando mucho dinero los bonos argentinos, estamos con tasas altísimas. Entonces, eso nos garantiza mantener al Fondo.
-Pero su valor en dólares se redujo.
- Obviamente que las devaluaciones del peso nos castigaron, porque hay una ley que obliga a que el dinero esté invertido en Argentina. Eso tiene su parte buena, pero su contrapartida es que sufre las devaluaciones.
A nivel mundial, hay algunos que toman una decisión y otros otra. Hay países que quieren que todo el dinero esté invertido afuera, para estar cubiertos ante una crisis. Aquí se prefirió que el fondo esté invertido acá.
Pero en definitiva, el dinero está más cuidado que nunca. Antes había dinero a la vista sin invertir, había subsidios dados directamente -se llegó a subsidiar hasta el Fútbol para Todos-, nosotros cuidamos ese dinero. Y se usa, sobre todo, para pagar reajustes a los jubilados, sobre todo por la reparación histórica.
Máximo histórico
“El presupuesto del 45 % del presupuesto total a un 60 %, asi que hay una vocación del Presidente de acompañar a los jubilados y a los niños, porque son nuestros principales beneficiarios, más que nunca. La inversión social hoy en la Argentina está en su máximo histórico, lo que me parece que está bien, porque son meses difíciles y es cuando más hay que estar presente”.
“Bono demográfico” hasta 2035
-¿Es sustentable el sistema en este momento? Porque permanentemente se habla de la necesidad de reformas, de modificar la edad jubilatoria...
-Nosotros hicimos las cuatro reformas que mencioné. Tengo la convicción de que ésto no es una foto, es una película. Yo no creo en las grandes reformas de un día para el otro, porque producen mucho dolor en la población. Yo creo que al sistema lo tenemos que ir mejorando paso a paso. Nosotros hicimos estas mejoras, pero no se terminó acá. Vamos a tener que seguir haciéndolas. Hay un dato de la realidad, que es muy positivo, y es que cada vez vivimos más años. La expectativa de vida crece fuertemente todos los años en Argentina, y ésa es una buena noticia. Pero a la vez requiere que el sistema previsional se vaya corrigiendo, se vaya adaptando a estas nuevas realidades. Lo mismo sucede con el tamaño de las familias argentinas: cada vez tenemos menos hijos; hoy estamos por debajo de los dos, en promedio. Esto también hace que hacia adelante haya que pensar en cambios.
La buena noticia es que tenemos un bono demográfico, que se termina alrededor de 2035 -no es que se termina de un día para el otro. Pero hay una generación, entre los 30 y los 45, hasta 50 años, que es un producto de un período en que hubo muchos nacimientos en Argentina. Entonces tenemos mucha gente hoy activa en el mercado de trabajo. Eso genera que las cuentas estén medianamente balanceadas, pero a partir de 2035 se empieza a cambiar un poco eso, porque las siguientes generaciones tuvieron muchos menos hijos. Entonces, hay que ir preparando el sistema para las décadas que vienen.