“Hoy tenemos un 65% de avance y aproximadamente faltan unos 600 metros de conducto simple. El desagüe no está concluido y la parte que falta es la conexión del sector del hospital y el conducto doble que está para el lado del reservorio”, informó Nicolás Mijich, subsecretario de Obras y Gestión Territorial de la Provincia, en diálogo con El Litoral.
El nuevo hospital Iturraspe abrió sus puertas a la comunidad el pasado fin de semana, pero una de las incertidumbres y un tema en el que se apoyaron los detractores a la apertura del flamante nosocomio, fue que el desagüe Gorriti no estaba terminado.
Ante la consulta sobre qué sucedería en caso de la caída de abundantes precipitaciones y el posible anegamiento que se daría en el entorno al hospital Iturraspe, el subsecretario respondió: “Se hicieron trabajos preventivos limpiando los desagües antiguos, porque de alguna manera el conducto Gorriti va a reemplazar un caño viejo de chapa. Es por eso que hasta que el conducto no esté terminado la zona va a seguir funcionando como funcionó durante los últimos años”, y agregó: “Aunque la condición es mejor, con parte del desagüe usado como reservorio, más el mantenimiento de los desagües preexistentes, el conducto no está plenamente en funcionamiento”.
Por lo pronto, y para sacar conclusiones habrá que esperar a que llueva intensamente y supervisar cómo responde el drenaje del agua y si afecta o no al normal acceso de pacientes y trabajadores del nosocomio.
El desagüe tiene la característica de tener un tramo de conducto triple, uno doble y otro simple, que es lo que resta terminarse. “De calle Cafferata hacia Blas Parera avanza una cuadrilla, y de Cafferata hacia el camino viejo a Esperanza está avanzando otro, porque el conducto aunque es simple tiene características distintas, uno es de 2 por 1,40 metros; y el otro de 1,40 por 1,80 mts”, destacó Mijich.
En la calle norte al hospital (Gorriti y Blas Parera) está completándose la pavimentación por lo que el tránsito por esta calle está cortado.
Acerca de los plazos estimados para la finalización de la obra, Mijich indicó que concluiría la ejecución en el primer trimestre de 2020. “Nos hemos encontrado con algunas interferencias, por ejemplo, se tuvo que hacer un corrimiento de una línea de media tensión. Ahora nos vamos a encontrar con las cloacas de la cárcel (Las Flores), hay toda una serie de interferencias que no estaban previstas”, analizó y sostuvo que “la obra nunca se ha parado, ha habido conflictos momentáneos entre la empresa y la Uocra, pero no pasaron más que unos pocos días”.
La cuenca hídrica denominada Gorriti comprende un área de 630 hectáreas, aproximadamente, con una población de 35.000 habitantes. En total son más de 2.000 metros de una cañería de conducto triple que termina de manera simple.
Limita al sur con las calles Berutti y Matheu; al norte con Misiones y las vías del ferrocarril; al este con Azopardo, Lehman y Larguía, y al oeste con los bañados del río Salado. Los barrios que incluye son: Los Troncos, Loyola Sur, Estanislao López, Santa Marta, Liceo Norte y Ceferino Namuncurá, entre otros.
Arranca la última etapa del Larrea
El gobernador Miguel Lifschitz presentó este lunes la finalización de la obra del desagüe Larrea que comienza en la avenida Peñaloza y continúa al oeste por dicha arteria hacia el río Salado, en el noroeste de la capital provincial. Los trabajos, que se extienden por 25 cuadras, implicaron una inversión de 1.200 millones de pesos y benefician a 70 mil vecinos.
“Los trabajos forman parte de un plan director de los desagües de la capital santafesina. Es uno de los proyectos más importantes que hemos concretado en la ciudad de Santa Fe y es también es el desagüe más importante que hemos llevado acabo en toda la provincia durante nuestra gestión”, explicó el gobernador.
Lifschitz señaló que ‘de aquí a uno años, ya nadie recordará que por debajo de esa calle hay un gran conducto, pero ese conducto está y es parte de un plan director porque no se pueden hacer intervenciones en las cuencas de los arroyos o de los ríos, no se pueden hacer desagües sin tener una planificación integral”.
El desagüe Larrea forma parte de la Cuenca Flores que drena al oeste, hacia el río Salado, se proyectó un conducto rectangular de hormigón armado de dimensiones variables, que permitirá evacuar los excesos pluviales provenientes de la avenida Peñaloza, aliviando considerablemente la única salida existente en toda la cuenca.
En la primera etapa, el conducto se emplaza por calle Larrea, entre avenida Peñaloza y el Camino Viejo a Esperanza, dividiendo la licitación de las obras en tres lotes. Concluidos e inaugurados los dos primeros, se iniciaron las tareas de finalización del tercero y último. Este conducto, emplazado en calle Larrea, descargará en el canal a cielo abierto existente en el Camino Viejo a Esperanza.