Inhabilitación absoluta para ejercer el cargo, y prisión de 4 y 3 años y medio fue lo solicitado por el fiscal general Martín Suárez Faisal para los dos ex oficiales de la Brigada Antinarcóticos de Reconquista, Luciano Federico Martínez y Germán Daniel Arce -ambos en actividad-, que están siendo juzgados por golpear a dos hombres durante su detención. Además, la fiscalía reclamó 2 años de prisión en suspenso, más inhabilitación por el doble de tiempo para el médico policial Alejandro Oscar Daveau, señalado como quien encubrió la golpiza.
Durante cuatro jornadas se escuchó a los testigos declarar ante el Tribunal Oral Federal de la ciudad de Santa Fe, conformado por los Dres. Luciano Lauría -presidente-, María Ivón Vella y José María Escobar Cello, quienes dictarán sentencia el martes 29, luego de escuchar los alegatos finales del querellante Gabriel Tanino y el abogado defensor Néstor Oroño.
El 25 de marzo de 2013, en Reconquista, Martínez condujo un operativo luego de conocerse, a través de escuchas telefónicas, que Gustavo Fabián “el Perro” Cernadas le compraría estupefacientes a Ángel Luis Ramírez. Lo ocurrido esa noche fue el foco del debate, en el que hay dos versiones muy distintas, pero cuyas consecuencias son innegables. Los oficiales de la Brigada, vestidos de civil, observaban desde lejos al “Perro”, que estaba sentado en la puerta de la casa de su abuela. Ramírez arribó al lugar en motocicleta, una vez que lograron identificarlo y vieron cómo sacaba de su ropa un envoltorio con cocaína, los agentes corrieron y al grito de “¡Alto policía!” los redujeron.
Ambos fueron detenidos y condenados por esta causa, y 6 años después volvieron al TOF para declarar sobre la violencia desmedida que habrían utilizado Martínez y Arce. Se constataron múltiples fracturas y hematomas que se condicen con los relatado por las víctimas. Además de apuntar contra los oficiales, señalaron que el médico policial “nos miró así nomás”, y no constató la gravedad de sus lesiones.
Cernadas tuvo una fractura en la base orbital derecha y en el tabique, además de múltiples hematomas en la espalda y en el pecho, y los clásicos ojos de mapache. Ramírez sufrió hematomas y una fractura del maxilar inferior derecho, producto del cual, cuando le pusieron la remera sobre la cabeza, reclamaba estar asfixiándose con su propia sangre.
Si bien las lesiones están claras, las circunstancias en las que fueron ocasionadas todavía no han sido esclarecidas. Según la fiscalía, los hombres recibieron una “gravísima paliza” mientras estaban “esposados, de cara al piso”, completamente reducidos, algo que no detuvo a los oficiales, que continuaron agrediéndolos, incluso a culatazos.
Una vez en la comisaría, los por entonces detenidos relataron que sufrieron toda clase de violencias, desde insultos hasta golpes, que les propinaba la gente que pasaba por el lugar y que cuando los vió, el médico se reía junto a los policías. Además, comentaron que “en celaduría no nos querían aceptar porque estábamos muy golpeados”. El énfasis en ambos relatos: “No nos resistimos”.
Martínez y Arce cuentan otra cosa. Durante sus declaraciones ante el tribunal, explicaron cómo utilizaron “la fuerza mínima necesaria para reducir” a los sospechosos, y que una vez en la comisaría se desligaron de la custodia de los detenidos y se retiraron a elaborar el acta de procedimiento. Daveau, por su parte, señaló que su deber era observar las lesiones; “solo se puede brindar asistencia si hay peligro de vida”, y que la lesión de Ramírez le “llamó la atención”, motivo por el cual solicitó el traslado al Hospital de Reconquista con el fin de realizar una placa y así descartar lesiones importantes. Además, justificó su actuación en el caso ya que el médico de turno era otro pero “le surgió un imprevisto y lo cubrí”, algo que no le cierra a la acusación porque Daveau estaba de licencia.
El viernes pasado realizó sus alegatos finales el fiscal general Martín Suárez Faisal. La calificación legal utilizada fue la de vejaciones agravadas por violencia en concurso ideal, agravadas por tratarse de personal policial para Luciano Martínez y Germán Arce, sumando abuso de la autoridad al primero, por ser quien estaba al mando del operativo; y encubrimiento agravado por ser funcionario público; y falsificación ideológica de documento público en concurso ideal al médico Alejandro Daveau. Este martes el tribunal escuchará los alegatos del querellante Gabriel Tanino y del defensor Néstor Oroño, para luego resolver. Se espera la sentencia para ese mismo día.
Arce y Martínez declararon que la Fiscalía Federal no estaba al tanto de sus actuaciones porque su superior había ordenado que trabajaran directamente con el Juzgado Federal, luego de que, a través de escuchas en la misma causa, se diera a entender que los sospechosos eran proveedores del prosecretario administrativo de la Fiscalía Federal de Reconquista, el Dr. Gabriel Hernández. Esto fue desmentido por Suárez Faisal, que alegó que esas escuchas databan de una fecha anterior al ingreso de Hernández a la Fiscalía. A propósito de Hernández, actualmente se encuentra imputado por violencia familiar contra su hijo, y se encuentra en prisión domiciliaria con mínimas restricciones, a disposición de la justicia provincial.