El delantero Sabalero dialogó con la página de la Conmebol y contó la historia de su vida y su infancia en el barrio Cantaclaro, en Montería (Colombia).
El delantero Sabalero dialogó con la página de la Conmebol y contó la historia de su vida y su infancia en el barrio Cantaclaro, en Montería (Colombia).
Comenzando la charla, Morelo contó sobre su infancia y el fútbol: “En el barrio con mis amigos siempre estaba la pelota. Yo me destacaba, a veces no me dejaban jugar (entre risas) y me iba con los más grandes”.
Luego, contá la historia de Cantaclaro: “Cuando yo me crie se dio la invasión de gente pobre, después no nos pudieron sacar y se convirtió en barrio”. Y agregó: “Era un barrio muy complicado, había mucha pobreza y también delincuencia. Era muy vulnerable”.
Sobre su historia personal, remarcó: “Siempre me enfoqué en mi fútbol. Los que me ayudaron fueron mis padres y mis profesores de la escuela. Dios me guardó, siempre me “ofrecían” cosas pero yo me enfocaba en el fútbol y nunca le dije que sí a ciertas circunstancias”.
Y cerró: “Le debo mucho a Dios, mi familia y la pelota”.
“Si no estaba el fútbol, mi vida hubiese sido otra, quizás no estaría vivo” Wilson Morelo.
También, contó cómo fue la salida del barrio: “A los 21 pude sacar a toda mi familia del barrio. Hoy en día estoy agradecido con mi barrio, me dio mucho carácter y todavía tengo amigos de ahí que me visitan. Tuve la bendición de poder vivir las dos caras de la moneda”.
Y concluyó: “Mi barrio era así por falta de oportunidades. Hay mucha gente trabajadora, aunque también hay delincuencia. Mi padre se levantaba a las 3 de la mañana y trabajaba hasta las 5 de la tarde. Así nos sacó adelante”.