El martes 19 de noviembre, desde las 21, en Casino Santa Fe (Dique 1 del Puerto) se presentará Héroe, el grupo que explora el género lírico pop o classical crossover con identidad argentina. Alejandro Falcone (tenor spinto), Sebastián Russo (tenor ligero) y Federico Picone (barítono) llegarán con el espectáculo “Las canciones más bellas del mundo”. Las entradas anticipadas se pueden comprar en el Casino a 150 pesos o por sistema Ticketway.
Antes de la llegada, El Litoral conversó con Russo sobre las particularidades de este concierto, la continuidad del proyecto y su homenaje a los caídos en Malvinas.
—¿Cómo surgió la idea del trío? Si bien en el mundo hay varios grupos de classical crossover en el país no había.
—Somos el primer disco editado por una discográfica en el país, y según nos informó el sello en Latinoamérica también. A nivel grupal de este género los más conocidos son Il Volo e Il Divo; y Alejandro, uno de los integrantes de nuestro grupo, fue el que pergeñó toda la idea, nos convocó. Fuimos detrás del proyecto desde el año 2014, y a fines de 2016 ya salió el primer disco. Acá andamos, tirando, ya por salir el segundo disco.
—Vienen del musical alguno, vos sos más de la lírica. ¿Cómo fue la transición al género y qué tuvieron que aprender para encarar este lado más pop?
—Sí, yo vengo del palo de la ópera, Fede del palo del musical, y Ale tiene su propio espectáculo, pasó por varios géneros: es más variado. En mi caso para adecuarme al lírico pop quizás hay que dejar por momentos, más que nada en el comienzo de las canciones, la forma del canto lírico, guardándola para la parte más fuerte de la canción. Si lo escuchás a Andrea Bocelli vas a ver que empieza con una voz media rasposa, tipo Dyango, y de repente canta como tenor. El desafío vocal pasa por ese lado: ir mutando de una forma de canto a la otra según el momento de la canción. Incluso como (si bien nosotros tenemos canciones nuestras) reversionamos mucho, es muy común que el lírico pop reversione, el otro desafío es llevar una canción X al género, que tiene otra instrumentación, otra fuerza.
—¿Qué les aportó Emanuel Ortega como productor del disco?
—Fue como un aprendizaje mutuo, porque Emanuel nunca había trabajado con el lírico pop; sí obviamente viene del palo del pop y tiene toda la experiencia encima. Lo que él aportó en principio fue toda su experiencia: imaginate que se crió con un padre exitoso en la música, luego él fue cantante, después empezó a combinar esa carrera con la de productor musical. Aprendimos mucho desde lo técnico, de cómo se hacen las cosas, nos aconsejó muchísimo en los tropiezos que no debíamos cometer. Y nos pusimos de acuerdo en una estética para el disco, porque era su primer desafío en el género y para nosotros era el primer disco.
Aportó toda su visión de tantos años de él y de su familia de artistas y cantantes. Nos acompañó mucho en las grabaciones, porque si bien esto se masterizó con su equipo en Estados Unidos, las grabaciones de las voces se hicieron en el Estudio Los Pájaros, que es de su padre, Palito (Ramón Ortega). Tuvimos muchísimas noches y horas grabando, buscándole la vuelta, buscando una estética que nos guste a todos.
—El repertorio es variado. ¿Cómo fueron eligiéndolo?
—El punto de partida fue que al ser el primer grupo classical crossover en la región nos pusimos de acuerdo en que el repertorio tenía que ser latinoamericano. Ahí ya tuvimos el primer parámetro. Hay dos canciones nuestras, de propia autoría; pero las otras ocho canciones... El repertorio latinoamericano tienen de todo, por eso se eligió un tango, unos boleros.
Tomando las canciones que se pueden trasladar al género: hay algunas que no se pueden trasladar, porque su formación básica no se adapta al lírico pop. Cuando vamos a un tango, buscar qué tango podríamos volcar al classical crossover; pasamos por un montón de tangos, y si bien hay varios que se pueden volcar, el que más nos interesó fue “Mi Buenos Aires querido”. Queríamos una balada y nos inclinamos por “Volver a amar”, porque tiene mucho poder vocal: la canción original es de Cristian Castro, que es tenor y tiene muchas notas agudas, estaba bueno para abordarlo por ese lado.
Ya para el segundo disco, que está prácticamente consumado y es parte de nuestros espectáculos desde que comenzó el año, estamos trabajando repertorio mundial: tiene canciones italianas, americanas, es mucho más variado.
—El espectáculo que van a traer ya va a tener algunas de esas canciones que se están grabando.
—Ya está todo el repertorio definido, así que suponemos que a principios del año próximo sale. Pero a partir de 2019 comenzamos a hacer un nuevo espectáculo que se llama “Las canciones más bellas del mundo”, que no tiene sólo el repertorio latinoamericano del primer disco, sino que la gente de Santa Fe se va a encontrar con clásicos italianos, americanos, nuestros, súper variado.
Lo que tiene también nuestro espectáculo es que es bien argentino: si vas a ver a Il Divo, que son excelentes cantantes, no tienen nuestra idiosincrasia, es un show más estático. En nuestro show la gente canta con nosotros, aplaude con nosotros; hay un ida y vuelta constante porque nos conocemos, hablamos el mismo idioma.
—¿Qué formación instrumental usan?
—El lírico pop se trabaja con música electrónica, con orquesta sinfónica, y con los cuatro instrumentos de rock (guitarra, bajo, batería y teclados). Lo que es sinfónica, con trombones, violines, violas, lo tenemos en grabaciones de primer nivel, porque podemos aplicar todo eso un par de veces al año. Cuando nos encontramos con una técnica, un escenario, que se adecue a esa magnitud de músicos. Si no algo más chico somos nosotros con guitarra, bajo, batería y teclados, y todo lo que es orquesta sinfónica viene por media pista; y si no la formación más básica (que es la que llevaremos a Santa Fe) que somos nosotros cantando sobre pistas.
—Dedicaron “Desarma y sangra” de Charly García a los ex combatientes de Malvinas, y “Aleluya” con música de Leonard Cohen a los caídos en el conflicto; grabaron los videos en las islas. ¿Cómo fue la experiencia y el vínculo con ellos?
—La experiencia fue maravillosa, muy fuerte, más de lo que uno pensaba. Desde comienzos de año que estábamos detrás de ese viaje, con los permisos, los inversores y demás. Pudimos viajar en abril; filmamos tres videoclips; el tercero no está todavía rodando porque está concursando para Viña del Mar (sólo concursar canciones inéditas, no las podemos subir a las redes), con guitarras de Ricardo Mollo: es un tema nuestro, un himno por la paz que se filmó en distintos escenarios de Malvinas.
Después se filmó en el cementerio de Darwin el “Aleluya” de Cohen, que es como un rezo, una plegaria por todos aquellos que cayeron en batalla. Después hicimos “Desarma y sangra”, que es parte de nuestro primer disco pero no tenía video. Lo hicimos en un espigón porque tuvimos la suerte (fue casualidad) de hospedarnos con 25 ex combatientes. Les dijimos si querían participar del videoclip, se re conmovieron y dijeron que sí. Había que buscar un lugar, juntarse un ratito y hacerlo rápido, porque allá el clima social es bastante hostil para con nosotros. En la última tarde que nos quedaba nos juntamos en un espigón a las cuatro de la tarde y en una hora filmamos un video increíble que ya está en las redes.
Ese fue nuestro homenaje, junto a nuestra canción “Unidos por la paz”: es un pedido para que la guerra no vuelva para nadie: es un camino impensable ni para recuperar las islas ni para cualquier cosa que queramos lograr.