Juan Manuel Fernández | @jotafernan
La terminal de Santa Fe realizó una jornada con ronda de negocios entre generadores de mercadería de la región y un trader del sur brasileño. El objetivo es fomentar negocios de nicho para mercadería con calidad especial a través de la hidrovía, explicó el presidente del Ente Administrador.
Juan Manuel Fernández | @jotafernan
Las autoridades del puerto de Santa Fe avanzan en un plan para concretar, a través de la hidrovía, ventas de trigo “premium” hacia el sur brasileño, donde existe una gran demanda de grano con altos contenidos de gluten para la industria molinera. Se trata de una oportunidad que podría aprovecharse gracias a conjugación de varios factores: una región productora de materia prima acorde, almacenaje en puerto con capacidad para segregar mercadería, compradores interesados en destino y una logística de escala moderada, mediante el uso de barcazas, más propicia para este tipo de negocios. Incluso la existencia del laboratorio de análisis de la Bolsa de Comercio local dentro de las instalaciones portuarias podría dinamizar las operaciones.
“Estamos apuntando a hacer un puerto de delicatessen de trigo”, sintetizó el presidente del Ente Administrador del Puerto de Santa Fe, Sebastián Simez, tras una jornada de trabajo y ronda de negocios que tuvo lugar ayer en la terminal, de la que participaron la empresa brasileña Serra Morena -como potencial comprador- y varios firmas del agro de la región como Cooperativa Guillermo Lehmann, Unión Agrícola de Avellaneda, AFA y Agroservicios Humboldt, entre otras. También estuvieron Senasa, la empresa naviera Milisenda y el Laboratorio de la Bolsa de Comercio “que hace de garantía de calidad de los productores”.
Simez explicó: “estamos viendo que nosotros tenemos la oportunidad, por las características que tienen los silos, que son relativamente chicos y muchos, de segregar la mercadería”. Por lo tanto, en lugar de orientar el movimiento a cargar buques con grandes volúmenes de grano estándar, se plantearon un negocio de nicho para proveer cantidades moderadas de mercadería con la calidad solicitada por el cliente (especialmente trigo con alto contenido de gluten).
El otro objetivo es fomentar la exportación directa de actores regionales sin el costo de los grandes puertos. Al respeto, el directivo reiteró el mismo mensaje que dio el año pasado cuando volvió a almacenarse y embarcase trigo en los silos del puerto tras casi cinco años de ausencia: “siempre decimos lo mismo; estamos por una cuestión pública, no nos interesa la rentabilidad puntal sino que tenga un beneficio el productor local y eso le redunde en dinero que reinvierta en la zona”. Por eso remarcó: “buscamos que el negocio lo hagan las cooperativas; esperamos que este año se de alguno y el que viene también”.
Serra Morena es una empresa del sur brasileño dedicada a la exportación, importación y logística de granos que posee terminales portuarias propias en Rio Grande do Sul y Santa Catarina y “están muy metidos en el negocio del trigo”, dijo Simez. “Nos vamos con una buena impresión”, dijo tras la ronda de negocios que ofició como un primer acercamiento entre las partes. En una aproximación al potencial del negocio, mencionó que “las producción de panettone (pan dulce) en Brasil es la más grande del mundo y para eso necesitan determinado gluten”.
El gerente comercial del puerto, Nicolás Casanello, corroboró que el objetivo es llegar al sur brasileño por la hidrovía. Hoy -explicó- la barcaza permite trabajar con menos volumen de grano y de dinero, además de una dosificación diferente. Pero aclaró que existen “restricciones que tienen que ver con la navegabilidad”. Un buque, si bien no tendría esas limitantes, implicaría en cambio “asumir otro tipo de compromisos; como conseguir 10.000 toneladas, estructurar el negocio por otro volumen”.
De la jornada también participó Juan Ignacio Cece, consultor en comercio exterior que asesora a las autoridades del puerto local. “Entendemos que puede haber una sinergia muy importante porque están demandando calidad”, dijo sobre las perspectivas que genera el trader brasileño. También valoró la estructura del puerto y el área de abastecimiento en la región, que invitan a “hacer una segregación interesante que atienda las demandas que Sierra Morena plantea”. Sin embargo indicó que el envío por barcazas y el puerto de Foz do Iguazú plantean un límite: “teniendo todo sobre ruedas se podría operar una barcaza por semana, o sea 6.000 toneladas al mes”.
Simez insistió con la idea de que Santa Fe sea “el puerto de las cooperativas”, con condiciones diferenciales de las terminales del sur. Y para ello remarcó las inversiones que vienen realizando en un amarradero, dragado y cambio de cintas transportadoras para hacer “un complejo conveniente”. Además de evitar el costo de los grandes puertos, se apunta a que se definan negocios especiales con mercadería de una determinada calidad. “Producir algo distinto y mejor ya es valor agregado”, subrayó; y agregó que actualmente en el laboratorio de análisis de la Bolsa de Comercio los trigos de la región arrojan niveles de 25% de gluten. “Tenemos muchos contratos con varias cooperativas que están empezando a dejar el grano y ahora estamos tratando de que empiecen a exportar”, se entusiasmó.