En el Paraninfo de la UNL se realizó el jueves por la noche la avant-première de la serie “Derecho Viejo” inspirada en la novela homónima del periodista y escritor Rogelio Alaniz. Este trabajo, filmado en la Facultad de Derecho y sostenido por las interpretaciones de Luis Brandoni y Florencia Torrente, consta de cuatro capítulos de 40 minutos cada uno que se emitirán a través de la pantalla de la Televisión Pública desde el próximo jueves (21 de noviembre) a las 22.
La historia -cuya versión televisiva dirige Pablo Giorgelli y cuenta con la intervención de varios actores santafesinos- está ambientada en la primera parte de la década de 1960 y se estructura a partir del relato de un viejo profesor cuya mirada recorre la vida estudiantil universitaria de aquel tiempo.
Entre los personajes centrales aparecen Kraus, histórico presidente del Centro de Estudiantes que hará lo necesario para mantenerse en el poder y Mara Ocampo quien desea cambiar las reglas del juego. Básicamente, tal como se informó desde la producción, habla del ascenso político de una dirigente estudiantil, pero también “es la historia del ocaso de lo establecido hasta entonces”.
Aunque enfatizó en que se trata de ficción, Alaniz explicó desde su rol como autor de la novela que sirvió de base al proyecto, la gravitación que tiene en la trama la propia Facultad de Derecho. “Incluso, en términos míticos, se podría decir que es la protagonista, porque allí pasan muchas cosas. Podríamos decir que es una novela multitudinaria, con muchos protagonistas, en tanto el personaje central es la propia facultad. Después, hay estudiantes que hacen política, se enamoran, se pelean, movilizan intrigas, cometen actos ilegales y luchan. Así se desarrollan diversas historias, por lo menos tres o cuatro centrales”, señaló.
—¿Son las mismas que se respetan en la adaptación?
—Están respetadas, con las dificultades y discusiones que se abren siempre en estos temas, donde el novelista nunca termina de estar de acuerdo con el director y el guionista. Pero esto forma parte ya de las reglas del juego.
—Es una discusión que suele estar presente cada vez que se adapta una obra literaria al cine o la televisión, en el sentido en que son lenguajes diferentes, con sus particularidades.
—Eso yo lo discutiría. Por supuesto que la técnica es distinta. Lo que no creo que sea distinto es la percepción. Un escritor, cuando escribe, lo hace con imágenes. Yo tengo una imagen cuando escribo. Está bien, lo hago con palabras, los otros con una cámara, pero la imagen es parecida. Esto es lo que uno discute. Además, yo me dediqué a pensar la novela. El director llega después y trabaja sobre una percepción que no es suya. Es un tema largo para conversar.
—De todas maneras esta adaptación de “Derecho Viejo” no consiste para vos una experiencia nueva: ya otras veces se llevaron obras tuyas a la pantalla.
—Si. Es un clásico que hay disidencias. De todas maneras la obra, en sus líneas fundamentales, está respetada.
—¿Incorporaste en la novela elementos autobiográficos?
—No. La historia está ambientada muy al principio de los años ‘60. Yo en esa época estaba en la primaria. Soy viejo pero no tanto. Así que no hay más elementos autobiográficos que los que inevitablemente hay cuando uno escribe. No son memorias o anécdotas. De todas maneras, estoy hace muchos años que estoy metido ahí (en la universidad), por lo que está claro que hablo desde una experiencia, pero que está ordenada de una manera distinta a lo que fue mi itinerario biográfico.
—¿Y por qué elegiste esas circunstancias históricas específicas para ambientar la historia?
—Precisamente, para tomar distancia de mi biografía. Segundo, esa primera mitad de la década del ‘60 es un período anterior a la llegada de la guerrilla y de las formas más violentas de la política, que empiezan a partir de la segunda mitad de la década del 60’, después del golpe de estado de (Juan Carlos) Onganía por poner una fecha emblemática. En esos primeros años ‘60 hay política en la Universidad, discusiones y debates, pero están planteados en otros términos. Además, yo digo 1960 y puntos suspensivos, para no ubicar la acción en un período histórico preciso. Esa ambiguedad es deliberada. Los personajes son verosímiles, son de esa época, pero no son las historias de nadie. Hay que insistir mucho en el tema de la ficción, porque como la Facutad de Derecho es un espacio público donde pasaron cientos de miles de estudiantes en los últimos 50 años, la tentación de buscar referencias históricas y biográficas es muy fuerte. He querido eliminar esas tentaciones, pero al mismo tiempo que quien lea eso y pasó por la facultad sepa que es su facultad.
—Una cuestión que no tiene que ver con la trama pero me parece trascendente tiene que ver con lo que implica en términos de federalismo que se realicen este tipo de producciones fuera de Capital Federal y que se incorporen actores santafesinos.
—Hay muchos actores santafesinos. Además, insisto, la protagonista es la Facultad de Derecho y la Universidad Nacional del Litoral. En ese sentido, está muy claro como funciona esa presencia.
La presentación de la serie se produce en el marco de los 100 años de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales (FCJS).
Durante la proyección realizada en el Paraninfo, además de parte de la serie, se exhibió un audiovisual que dejó registró del detrás de escena de la realización del producto final.