"No podemos ser consumidos por Donald Trump", alertó en la apertura del encuentro el experimentado senador Bernie Sanders a sus nueve compañeros de escenario en el debate en la ciudad de Atlanta, al señalar que siguiendo ese camino perderán la elección del año próximo.
Pero al final todos sucumbieron ante la tentación de atacar a Trump, que enfrentó una de las jornadas más duras de las audiencias públicas celebradas dentro de la investigación de juicio político que le sigue la Cámara de Representantes por haber pedido a Ucrania que investigara al precandidato demócrata Joe Biden.
Fue precisamente ese proceso el que abrió las preguntas y desplazó gran parte de los temas de la discusión, que esta vez no abordó la problemática de las armas.
Horas después de que el embajador ante la Unión Europea (UE), Gordon Sondland, admitiera en una declaración demoledora que todo lo que hizo en Ucrania fue bajo las directivas de Trump, los aspirantes demócratas no ahorraron críticas hacia el gobernante.
"Tenemos que establecer el principio de que nadie va a estar por encima de la ley", puntualizó la senadora Elizabeth Warren, quien consideró haber visto lo suficiente como para que Trump sea destituido.
Sanders se plegó a la ola e indicó que Trump "no solamente es un mentiroso patológico" sino el "presidente más corrupto de la historia del país", y apuntó que la gente considera que si quebrantó la ley "debería ser procesado como cualquier otro individuo".
El ex vicepresidente Biden, quien hizo gala de su experiencia política, aseguró que de llegar al poder dejaría de vender armas a Arabia Saudita y responsabilizó al "príncipe coronado" del asesinato del periodista Jamal Khashoggi.
También indicó que buscaría que las Naciones Unidas condenen a China por no cumplir sus compromisos con Hong Kong.
Sanders planteó que Washington busque acercar posiciones entre Irán y Arabia Saudita e incluso entre Israel y Palestina, citaron las agencias de noticias EFE y DPA.
Con cuatro mujeres aspirantes y cuatro periodistas haciendo preguntas, el asunto de género no estuvo ausente de la controversia.
"A las mujeres se les pide un estándar más alto", reclamó la senadora Amy Klobuchar, quien en una confidencia admitió haber recurrido a todos quienes podía para financiar su campaña, incluidos sus ex novios, que, dijo, aportaron 17.000 dólares.
"Si crees que una mujer no puede vencer a Donald Trump, la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi lo hace todos los días", subrayó entre aplausos.