El 7 de setiembre no es una fecha más en la historia del fútbol argentino. Ese día de 1979, la selección de Menotti obtenía en Japón el Mundial juvenil y aquella consagración elevaba a la más alta consideración a ese equipo que hacía madrugar a todos los argentinos y que hoy se lo recuerda, a 40 años, como una expresión genuina del verdadero paladar futbolístico del hincha argentino.
Sergio García; Carabelli, Simón, Rossi y Alvez; Barbas, Rinaldi y Maradona; Escudero, Ramón Díaz y Calderón fue la base que hoy se recita todavía de memoria. No es fácil ni común que esto pase. Con ese equipo ocurrió.
Argentina fue campeón mundial y contó con la presencia de un santafesino. Así como, luego, Nery Pumpido y Pedro Pablo Pasculli en 1986, anteriormente Leopoldo Luque en 1978 y más acá en el tiempo Martín Perezlindo con la juvenil que dirigía Pekerman, Rubén Rossi fue un titular indiscutido y una de las piezas en las que se asentó el rendimiento futbolístico de esa selección que pergeñó don Ernesto Duchini y que terminó de moldear, a su gusto y semejanza, el Flaco Menotti.
Rubén Rossi jugaba en Colón por aquellos tiempos, pero luego, ya como “ayudador” (no le gusta los cargos de coordinador, director del fútbol amateur o simplemente “formador” con los que se lo conoció) trabajó durante mucho tiempo en Unión y retornó posteriormente a Colón, para desempeñarse durante más de seis años y llevar adelante un verdadero proyecto que se extendió hasta el 2013 y que permitió la aparición de varias figuras en el primer equipo.
Rossi viene de dictar un congreso en México, es convocado desde distintas partes del país y del mundo, tiene raices bien santafesinas (nunca deja de mencionar la “famosa canchita de la via” en su barrio de Barranquitas) y es hijo del desaparecido “Pato”, un hombre que marcó también a fuego a varias generaciones de jugadores en nuestra ciudad y se lo recuerda con mucha admiración por todo lo que le dio al fútbol de Santa Fe.
Rubén Rossi recibió este jueves a la mañana la declaración de “ciudadano destacado” de la ciudad de Santa Fe por parte del Concejo Municipal, una distinción justa y merecida, que honra la trayectoria de este profesional que hace pocas semanas recibió la lamentable desaparición física de su madre.