Luis Rodrigo | [email protected]
El proyecto de Presupuesto 2020 dividió a la mayoría peronista de la Cámara alta. Los efectos de este jueves pueden ir más allá de 2019. La fábula de la unidad en la diversidad.
Luis Rodrigo | [email protected]
“Ya te dije yo que la comadreja era overa”, le susurró al oído un observador, en tono campero, o otro que no creía en lo que veía: el PJ en el Senado se había dividido y votaba, finalmente, en dos grupos.
Los unos (seis senadores) junto a sus pares radicales y socialistas, para aprobar el Presupuesto 2020 elaborado por el gobernador Miguel Lifstchitz; los otros (cinco igualmente peronistas) en contra, y a favor de los deseos del gobernador electo Omar Perotti.
Los unos son Armando Traferri (San Lorenzo), Rubén Pirola (Las Colonias), Guillermo Cornaglia (Belgrano), José Baucero (San Javier), Joaquín Gramajo (9 de Julio) y Osvaldo Sosa (Vera). Todos renovaron sus bancas.
Y los otros, Alcides Calvo (Castellanos), Ricardo Kaufmann (Garay), Cristina Berra (San Martín), Eduardo Rosconi (Caseros) y Danilo Capitani (San Jerónimo), que será parte del gabinete provincial. Se les sumarán Marcos Castelló (La Capital) y Marcelo Lewandowski (Rosario).
La frase que pinta la escena equivale a decir “si yo te digo que la chancha es verde, es porque tengo el pelo en la mano”, pero la palabra “comadreja” tiene otras connotaciones en las fábulas. Dicha en un observador interesado ayuda a la caracterización del otro. En los cuentos las comadrejas son hábiles, inteligentes y pueden hacer trampa. Siempre son ganadoras, pero si son overas...
* * *
Parecía que una parte de los senadores peronistas soltarían la cuerda a tiempo, que la tensarían tanto como la prudencia lo indique y que seguirían negociando, tal como pasó cada vez que fue necesario frente a gobernadores del Frente. Esta vez no fue así.
Con el correr de los meses, desde que el justicialismo ganó la carrera a la Casa Gris, se hicieron más evidentes las diferencias entre algunos senadores del PJ y el gobernador electo Omar Perotti. Los involucrados repiten que hace medio año que no tienen un contacto directo con el senador nacional y así lo dejaron sentado en el discurso de 13 carillas que leyó en su banca Traferri, otrora integrante de la Comisión de Transición nombrada “por Omar” y ahora líder de los díscolos “de Perotti”. (El uso del nombre o el apellido divide las aguas justicialistas).
La pulseada pasó de los gestos a las declaraciones, durante septiembre y octubre, y ahora en noviembre alcanzó su punto más alto, en la sesión del 21 de noviembre. Hubo un quiebre en el bloque. ¿Se habrá quebrado?
* * *
La sangre llegó al río y ahora los senadores que se plantaron ya no pueden recomponer la relación por sí solos. El próximo titular del Ejecutivo los convidó, como compañero, con el acto de la “unidad en la diversidad”, en un salón del Puerto, sin exponerlos ante todos los demás dirigentes del peronismo.
Su discurso no incluyó ninguna referencia para quienes saquen “los pies del plato” y trazó un límite que todos pueden compartir: el lado correcto es el de cuidar “de los más humildes”. Ni una mención a lo que iba ocurrir unas horas después. Entre los más cercanos al rafaelino se dice que esa “fue la última vez que les dejó la puerta abierta”.
Habrá que ver, porque en verdad los necesita. Si logra sumar los seis senadores peronistas que no reconocen jefes con los otros seis que, con más o menos pasión, se autoperciben oficialistas, a la Casa Gris solo le faltaría sumar un senador radical para tener dos tercios en el Senado.
Eso significaría poder imponer su criterio, al elegirla como Cámara de origen, ante un ping pong con Diputados que tendrá mayoría del Frente y la jefatura de Lifschitz.
Como este jueves de sesión bisagra Hugo Rasetto (UCR-Iriondo) votó en silencio y de forma idéntica a los justicialistas que responden al próximo gobernador (no como sus correligionarios), ya se le pone en la espalda el número 13, pero de un viejo equipo de 11, que logró su jugador número 12 con uno de sus integrantes electo por el Frente. El 13 podría ser decisivo. Pero para sumarlo antes hay que llegar a 12.