La escultura ‘La piedad‘, obra maestra del Renacimiento, que Miguel Ángel esculpió en su vejez, que lo frustró y trató de destruir, está siendo restaurada ante los ojos del público en su casa, el Museo de la Ópera del Duomo de Florencia.
La escultura ‘La piedad‘, obra maestra del Renacimiento, que Miguel Ángel esculpió en su vejez, que lo frustró y trató de destruir, está siendo restaurada ante los ojos del público en su casa, el Museo de la Ópera del Duomo de Florencia.
Según informó la agencia de noticias EFE, la escultura, una de las varias piedades que Buonarroti esculpió a lo largo de su vida, mostraba las marcas del paso del tiempo sobre su superficie marmórea, como grietas o manchas por el humo de las velas, y por eso ahora se tratará de devolverle su antiguo lustro.
Las autoridades del museo de la catedral han dispuesto que la restauración sea ante los ojos del público y se centrará en limpiarla y devolverle su tridimensionalidad, eclipsada por las manchas que, a su vez, impiden la lectura de su superficie.
Desde ayer los visitantes del museo pueden ver a los restauradores tras una mampara estudiando la obra, en una fase preliminar para su diagnóstico, mientras que la restauración propiamente dicha se iniciará a comienzos del 2020, indicaron a Efe integrantes del museo.
‘La Piedad Bandini‘,de casi dos metros de altura, es una de las obras maestras de Miguel Ángel, representa en su particular estilo ‘serpentinato‘ y ‘non finito‘ el descendimiento de Cristo, que yace en brazos de la Virgen María, de María Magdalena y de un Nicodemo con el rostro del autor.
Se cree que el artista la tomó a martillazos asaltado por la insatisfacción y la rabia al constatar una imperfección en el mármol. Las marcas son hoy visibles en el codo, el pecho, la espalda y la pierna izquierda de Cristo.
La escultura se salvó gracias a que Miguel Ángel se la regaló a uno de sus discípulos, Antonio Da Casteldurante, y este la hizo reparar por Tiberio Calcagni que se la vendió al banquero Francesco Bandini por 200 escudos para que decorara su villa en Montecavallo.
A finales del siglo XVII el Gran Duque Cósimo III de Médici la compró para decorar las tumbas de su dinastía en San Lorenzo, hasta que un siglo después fue reubicada en la catedral o Duomo de Florencia y finalmente, en 1981, quedó instalada en su museo.
Con información de Telam