Netflix produjo “Los dos papas”, que se estrena el 5 de diciembre. Anthony Hopkins y Jonathan Pryce intepretan a Benedicto XVI y Francisco. El film ahonda en el intercambio que se produce entre ellos y sus miradas sobre el rol de la Iglesia Católica. No es la primera vez que el cine refleja tramas vinculadas con el sucesor de San Pedro.
Gentileza Netflix Benedicto XVI (interpretado por Anthony Hopkins) susurra al oído de Jorge Bergoglio (en la piel de Jonathan Pryce) en Los dos papas , de próximo estreno.
Entre los estrenos de Netflix previstos para diciembre, figura “Los dos papas” (The Two Popes). Es un film dirigido por Fernando Meirelles (a quien en Argentina se recuerda particularmente por “Ciudad de Dios”) a partir de un guión desarrollado por Anthony McCarten (responsable de “La teoría del todo”, “Las horas más oscuras” y “Bohemian Rhapsody”) que explora la relación entre el Papa Benedicto XVI, a quien encarna Anthony Hopkins y el Papa Francisco, en este caso interpretado por Jonathan Pryce.
Concretamente, pone énfasis en los motivos que llevaron a Joseph Ratzinger a dejar su cargo en 2013 y las visiones opuestas con su sucesor, Jorge Mario Bergoglio, respecto al rol de la Iglesia en el mundo moderno. El arribo de este film sirve como cimiento para repasar una serie de filmes de distintas épocas que pusieron de relieve el rol del Papa y de la Iglesia Católica, ante las demandas del contexto.
"Las sandalias del pescador” (1968): Este film inspirado en el best seller de Morris West, publicado en 1963, analiza el rol de la Iglesia y de sus líderes durante un conflicto global, en este caso la Guerra Fría. Narra la historia de un arzobispo ucraniano (descomunal actuación de Anthony Quinn) que tras ser liberado luego de veinte años como prisionero político en la Unión Soviética, es enviado al Vaticano donde inesperadamente es elegido Papa. Convertido en Cirilo I enfrenta un capítulo álgido de la Guerra Fría: El presidente chino ha amenazado con atacar a Estados Unidos y sus aliados y también a la Unión Soviética. El día de su coronación, ante una multitud se quita la tiara papal en un gesto de humildad y anuncia la enajenación de los bienes materiales de la Iglesia católica para paliar la hambruna del pueblo chino.
“Pope Joan” (1972): El director Michael Anderson (quien poco tiempo antes había filmado “Las sandalias del pescador”) se inspiró en una leyenda medieval que señala que el Papa Juan, erigido dirigente máximo de la Iglesia al promediar el año 855, era en realidad una mujer que ocultó su verdadero sexo. La película (cuyo guión fue elaborado por John Briley, especialista en dramas históricos, creador del libreto de “Gandhi”) es eficaz en su cuidadosa ambientación, en un estimable reparto que incorpora a Liv Ullmann (en el papel protagónico), Franco Nero, Maximilian Schell y Olivia de Havilland y una evocadora música de Maurice Jarre. Pero también es un acercamiento al rol de la mujer en el Medioevo.
“El padrino III” (1990): No es estrictamente una película sobre el Papa. Es el cierre de la trilogía que arrancó Francis Ford Coppola en 1972 a partir de la obra de Mario Puzo y constituye (entre otras cosas) un estudio sobre la capacidad corruptora del poder desmedido. Sin embargo, la gravitación que tienen en la trama las maniobras irregulares del Banco del Vaticano resultan determinantes y el director las utiliza para reforzar su tesis, planteada en el libro a través de una cita de Balzac: detrás de cada gran fortuna se esconde un crimen. Hay una escena particularmente memorable en la cual Michael Corleone (Al Pacino) confiesa sus crímenes en el interior mismo del Vaticano ante el cardenal que luego será Papa.
“El baño del Papa” (2007): Esta película uruguaya, galardonada en varios festivales internacionales, está ambientada en 1988. El entonces Papa Juan Pablo II, anuncia, en el marco de una de sus giras, su pasos por una pequeña localidad fronteriza de Uruguay. Esto abre las expectativas de los habitantes y uno de ellos decido construir letrinas delante de su casa para alquilarlas a los casi 50.000 visitantes que se esperan. La supuesta visita papal es tan solo la excusa argumental (el McGuffin, diría Alfred Hitchcock) que eligen los directores para desarrollar una aguda crítica social: este hecho saca a relucir las mejores cualidades y los peores vicios del ser humano.
“Habemus Papam” (2011): Esta comedia dramática de origen italiano fue escrita y dirigida por Nanni Moretti (“Caro diario”, “La habitación del hijo”) y supone una original vuelta de tuerca: el hombre que es elegido Papa durante un cónclave, sufre un ataque de pánico y se niega a asumir el cargo. Ante la incertidumbre que genera esta situación, los obispos y cardenales deciden convocar a un psicoanalista para que trate de ayudarlo. Mientras tanto, en un clima de incertidumbre, los fieles católicos de todo el mundo aguardan una definición. El veterano actor francés Michel Piccoli interpreta al cardenal devenido en Papa a su pesar y el propio Moretti al profesional que lo trata en este ingenioso filme que aborda tópicos como la realización personal, las imposiciones sociales y la responsabilidad.
“Francisco, el padre Jorge” (2015): la elección en 2013 de Jorge Bergoglio como sucesor de Benedicto XVI conmovió al mundo entero y en especial a los argentinos. Hubo entonces una fuerte demanda de cualquier fuente que permita profundizar sobre la vida del argentino que se convirtió en uno de los hombres más poderosos del mundo. Entonces el guionista y director Beda Docampo Feijóo partió del libro de Elisabetta Pique y reconstruyó el complejo itinerario que siguió Bergoglio desde el descubrimiento de su vocación religiosa hasta hasta su designación como arzobispo de Buenos Aires y su posterior conversión en el Papa Francisco. Darío Grandinetti encarna a Bergoglio. Silvia Abascal, Leticia Brédice, Carlos Hipólito, Alejandro Awada y Jorge Marrale completan el elenco.